La fuerza en el fútbol

JOSE GUILLERMO GONZALEZ OLAVE

FUERZA EN EL FUTBOL

El futbol es un deporte de oposición-cooperación, de carácter aciclico, donde impera la incertidumbre y la gran cantidad de variables que pueden afectar al desarrollo de los partidos. Una de las principales variables son las capacidades condicionales de los futbolistas que se define como  “las características individuales de la persona, determinantes en la condición física, se fundamentan en las acciones mecánicas y en los procesos energéticos y metabólicos de rendimiento de la musculatura voluntaria, no implican situaciones de elaboración sensorial complejas (Gutiérrez, 2010). A. Hohmann y Cols (2005) definen como capacidades condicionales energéticas a la resistencia, la fuerza y la velocidad. Estas capacidades condicionales son sumamente importantes para el desarrollo del futbolista, ya que estas le harán más fácil o menos dificultoso cierto tipo de decisiones y acciones técnico-tácticas en el terreno de juego. En el presente ensayo hablaremos de la fuerza en el futbol.

Para entrar en detalle, primero tenemos que definir el concepto de fuerza. La fuerza es un producto de una acción muscular iniciada y orquestada por procesos eléctricos en el sistema nervioso; y se define como la capacidad de un musculo o grupos de musculos determinados para generar una fuerza muscular bajo condiciones específicas (Verkhoshansky 2000).

Muchos entrenadores no creen que el entrenamiento para aumentar la fuerza sea importante para los jugadores de futbol, por el típico argumento de que el aumento de los músculos y la potencia producida por el entrenamiento con pesas no son específicos al futbol.

Pero esto es equivocado, ya que la fuerza y la potencia marcan la diferencia cuando se trata de ganar un mano a mano con un adversario, ganar pelotas aéreas o el hecho más importante en el futbol, marcar un gol. Además de todo lo que atañe a la fuerza en situaciones técnico-tacticas y en el desarrollo  del juego, la fuerza muscular (de forma equilibrada) optimiza el desempeño y previene lesiones.

A primera vista, el entrenamiento con pesas parece contradecir los requisitos de los deportes aeróbicos. El entrenamiento con pesas agranda las células musculares, incrementándolas en tamaño y fuerza. Sin embargo, la cantidad de mitocondria no aumenta. La mitocondria consiste en pequeñísimas estructuras dentro de las células que son las responsables del metabolismo aeróbico,  y más específicamente, es el proceso por el cual el oxígeno y la comida son transformados en energía (ATP). Debido a que el fútbol depende en gran medida de la energía aeróbica y a la optimización de la densidad mitocondrial, el entrenamiento con pesas parecería entrar en conflicto con los principios del acondicionamiento aeróbico. Pero, el entrenamiento de la fuerza con pesas en el futbol es mucho más complejo que el efecto que causa en la mitocondria y partiendo de esto, podemos tomar ciertas conclusiones positivas sobre este método de entrenamiento.

En primer lugar, el entrenamiento con pesas fortalece los tejidos conectivos de los músculos, fascia, tendones y ligamentos. El entrenamiento con pesas estimula la producción de colágeno, una sustancia que constituye la mayor parte del tejido conectivo. Un mayor colágeno en los músculos disminuye el riesgo de sufrir torceduras de músculos, tendones y ligamentos.

En segundo lugar, el desempeño atlético a menudo se encuentra limitado por el debilitamiento de los músculos y por la falta de equilibrio. Los movimientos repetitivos del futbol y de todas las actividades físicas tienden a crear una fuerza desequilibrada. Cuando músculos opuestos tienen grandes diferencias en su fuerza, el músculo más débil se encuentra propenso a sufrir lesiones. Ese desequilibrio muscular es una causa frecuente de lesiones. Por ejemplo, generalmente los jugadores tienen mucha más fuerza en los cuádriceps que en los isquiotibiales y el tendón de la corva.

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