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La gestión de la economía y las finanzas

andreinachireEnsayo15 de Julio de 2013

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INTRODUCCION

A lo largo de la historia, la forma de manejar la economía y las finanzas ha sufrido toda clase de cambios para adaptarse a las nuevas necesidades. Anteriormente, las denominadas "finanzas tradicionales" eran básicamente descriptivas, se estudiaban más para entenderlas y explicarlas que para provocar un verdadero cambio o tomar decisiones. Las finanzas modernas, en cambio, tienen la finalidad de explicar fenómenos financieros para diseñar las mejores estrategias para administrar empresas de todo tipo.

En la actualidad, las finanzas han devenido un sector decisivo en la vida del país y la sociedad. La ciencia ha comenzado a aplicarse en este campo de la economía y cada vez hace más énfasis en la importancia de la metodología y el orden para llegar al éxito financiero. Es por eso que hablar de finanzas modernas en nuestro contexto es pensar en el manejo del dinero y sus derivados en relación con el mundo actual.

Es importante tomar en cuenta que el punto crucial para la vida económica actual es el riesgo financiero. El riesgo financiero está directamente relacionado con la incertidumbre que implica la incapacidad de predecir el comportamiento exacto de los procesos económicos y financieros. El rendimiento es lo que uno espera obtener por encima de lo que se está invirtiendo en el mercado. Hay una relación directa entre riesgo y rendimiento, es decir, un activo financiero que ofrezca mayor riesgo, usualmente tiene un mayor rendimiento implícito (aunque no se perciba).

RIESGO Y RENDIMIENTO

El riesgo es la probabilidad de perder todo o parte de lo que estamos invirtiendo. Básicamente, la fuente de riesgo es la incertidumbre, que proviene del hecho de que no se puede saber exactamente lo que sucederá en el futuro. No se puede adivinar cual va a ser el precio del dólar o de una acción por ejemplo. Las decisiones se toman con una expectativa de ganancias, que en el futuro se pueden realizar o no.

El riesgo se podría definir como la diferencia entre el rendimiento esperado y el realizado. Prácticamente todas las inversiones conllevan la posibilidad de que haya una diferencia entre el rendimiento que se presume tendrá el activo y el rendimiento que realmente se obtiene de él. Más aún, esta diferencia puede ser bastante grande en ocasiones. Entre mayor sea la posibilidad de que el rendimiento realizado y el esperado y entre más grande sea esta diferencia, el riesgo de la inversión es mayor.

Podemos ver el riesgo de la manera en que esté relacionado con un activo individual o con una cartera, un conjunto, o grupo, de activos.

Por lo general, los administradores financieros tratan de evitar el riesgo. Pues la mayoría de los administradores tienen aversión al riesgo. Los administradores tienden a ser conservadores cuando aceptan el riesgo.

En el sentido más básico, riesgo es la posibilidad de una perdida financiera. Los activos que tienen más posibilidades de pérdida se consideran más riesgosos que aquellos que tienen menos posibilidades de pérdida. Se puede decir mas formalmente, el termino riesgo se utiliza de manera indistinta con incertidumbre para referirse a la variabilidad de rendimientos asociados con un activo dado.

Mientras que el rendimiento es lo que uno espera obtener por encima de lo que se está invirtiendo en el mercado. Hay una relación directa entre riesgo y rendimiento, es decir, un activo financiero que ofrezca mayor riesgo, usualmente tiene un mayor riesgo implícito (aunque no se perciba). El rendimiento se puede ver como el incentivo que tienen que tener los agentes para vencer la natural aversión al riesgo.

El rendimiento es un medio adecuado de expresar el desempeño financiero de una inversión. Una manera de expresar el rendimiento es hacerlo en términos monetarios.

A la hora de decidir en qué activos colocar el capital, los agentes tienen en cuenta tres variables:

 Riesgo

 Rendimiento

 Liquidez

El análisis de estas tres variables puede ser realizado en forma consciente o puede estar implícito en la decisión sin haberse realizado conscientemente.

RIESGO SISTEMATICO

Básicamente, el riesgo sistemático es el que podríamos llamar el riesgo inherente a un mercado. Es el que tiene que ver con el movimiento que presenta el precio de una acción en particular, comparado con el del mercado en general. Es decir, si el mercado sube 5% ¿cómo podemos esperar que reaccione una acción en particular?

Existen acciones de alta bursatilidad cuyos precios se siguen muy de cerca las tendencias del mercado. Sin embargo, existen otras que se mueven en dirección opuesta a las mismas. Es por ello que mediante una diversificación adecuada de los instrumentos de nuestra cartera, que incluyan ambos tipos de acciones (y otros), el riesgo sistemático se puede reducir al máximo (prácticamente eliminar). Un fondo indizado, por ejemplo, se mueve igual que el mercado: este es un claro ejemplo de un riesgo sistemático que está controlado.

El riesgo Sistemático o de Mercado, que no depende de las características individuales del titulo, sino de otros factores (coyuntura económica general) que inciden sobre el comportamiento de los precios en el mercado de valores. A este tipo de riesgo también se le denomina como "No Diversificable", ya que no será posible eliminarlo mediante la diversificación, dada la correlación existente entre la rentabilidad del titulo en cuestión con las rentabilidades de otros títulos a través del Índice Bursátil que resume la evolución del mercado.

RIESGO NO SISTEMATICO

El riesgo no sistemático es el riesgo particular de cada emisora, es decir, es aquél que resulta de factores propios y específicos de cada instrumento. En el caso del mercado accionario, por ejemplo, podemos decir que el riesgo no sistemático es el que tiene que ver con el descubrimiento de un nuevo producto o de una nueva técnica que puede hacer “despegar” a una empresa, con una fusión, etc. Es decir, situaciones que afectan de manera particular a esa empresa y no al resto. En el caso del mercado de dinero, por ejemplo, el riesgo no sistemático es el que tiene que ver con el incremento o degradación de la calificación relativa a la capacidad de pago de la empresa que emite el instrumento en particular.

La rentabilidad de un valor mobiliario esta afectado por dos tipos de riesgos: Un riesgo propio o "especifico" que depende de las características especificas de la entidad o empresa emisora, naturaleza de sus actividad productiva, competencia de la gerencia, solvencia financiera ect. y este tipo de riesgo también se le conoce como "no sistemático o no diversificable"

ESTIMACION DE BETA

El coeficiente Beta es una medida de la volatilidad de un activo (una acción o un valor) relativa a la variabilidad del mercado, de modo que valores altos de Beta denotan más volatilidad y Beta 1,0 es equivalencia con el mercado.

Para valores o acciones en concreto, su Coeficiente Beta (β) se calcula usando análisis de regresión contra un índice representativo del valor del mercado, por ejemplo Ibex 35, en la Bolsa española. Siendo Beta una manera de estimar el riesgo del activo sobre la media de activos; los coeficientes Beta se utilizan para diversificar la composición de una cartera de activos, mezclando convenientemente activos con β distintos.

Beta mide únicamente el riesgo sistemático, es decir aquel riesgo que no es posible eliminar diversificando la cartera en distintos tipos de activos. De tal forma que un inversor que tiene su dinero concentrado en pocos negocios (por ejemplo el socio fundador de una empresa, que ha invertido allí la mayor parte de su riqueza personal) no encontrará al beta como una medida representativa de su riesgo; puesto que el mismo subestimará el riesgo específico.

Tradicionalmente, el coeficiente beta se obtiene por medio de una regresión lineal de dos variables según el supuesto de que el rendimiento en exceso de la acción, analizada como una serie de tiempo, tiene varianza condicional homoscedástica. Aunque el modelo capm y otros modelos que miden el riesgo de un activo han recibido severas críticas, en los años recientes podemos encontrar una clase de modelos, pertenecientes a la teoría de series de tiempo, que tratan de superar las ineficiencias estructurales de los modelos financieros. Esta clase de modelos son los llamados modelos de heteroscedasticidad condicional autorregresiva (arch, garch y arch-m). El modelo arch y el modelo garch, como antecedentes del modelo arch-m, estudian la varianza condicional variable en el tiempo a partir de relaciones de variables rezagadas. El modelo arch expresa la varianza condicional en función lineal del cuadrado de las innovaciones rezagadas, y el modelo garch determina la varianza condicional en función de las innovaciones y de la varianza retrasada varios periodos. Una extensión del modelo arch y del modelo garch es el modelo arch-m, el cual se aplica principalmente en la medición del riesgo y el rendimiento esperado de un activo riesgoso. Este modelo hace depender a la media condicional de la varianza condicional variable. El método que utiliza el modelo arch-m para estimar el precio al riesgo variable es introducir la varianza condicional de las series de tiempo financieras como un regresor del rendimiento esperado de un activo riesgoso. Este método resuelve las limitaciones estructurales de los modelos financieros.

Con el fin de estimar el coeficiente beta mediante el modelo capm y con las aportaciones teóricas del modelo arch-m para una

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