La locura del quijote

Introducción

Mediante el siguiente trabajo monográfico sobre una de las obras más destacadas de la literatura castellana --“El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha--, se procura demostrar que el protagonista de dicha novela es, sin lugar a dudas, el más cuerdo de todos los personajes que pueblan sus páginas, y no un viejo hidalgo a quien se le seco el cerebro, de tanto leer obras de caballería.

En primer lugar, se dedicara un capítulo a enumerar, y acto seguido desarrollar, algunas de las razones por las cuales Don Alonso Quijano --verdadero nombre del Quijote—podría ser considerado un demente. En el mismo también se citaran ciertos especialistas en el tema cuyos argumentos, de alguna forma, buscan poner en evidencia qué tan loco estaría el Quijote.

Luego, en el segundo capítulo, tratare de hacerle ver al lector que, a pesar de que hay superficiales indicios para suponer que el secundado por Sancho Panza está fuera de sus cabales, a partir de un escrutinio algo más profundo, nos podemos dar cuenta que esta es una errada conclusión y que, en verdad, él es el más cuerdo de todos. Para tal fin, al igual que en el capítulo anterior, serán citados algunos especialistas que demuestran esta postura. Con este mismo propósito también serán dadas algunas pautas acerca de qué se consideraba “estar loco” en tiempos de Cervantes.

En la conclusión pondré en la balanza los argumentos a favor de cada una de las dos ya mencionadas ideas acerca del estado mental del Quijote, tratando de hacer pesar la idea de la cordura de dicho personaje, y con esto demostrar que el protagonista de las andanzas es el más cuerdo de todos.

“El loco”

Don Quijote de la Mancha es, probablemente, uno de los personajes más controversiales de la historia de la literatura castellana. Este es considerado por algunos analistas del tema un loco, pero para llegar a saber si realmente se lo puede considerar un demente se debería ver la definición de semejante estado mental. Un loco es: “Persona que ha perdido la razón”^[1]. Y esta es sin lugar a dudas una definición más que acertada para el quijote. Ya que la definición dice muy claramente que ha perdido la razón. Cosa que verdaderamente le ha sucedido al quijote como consecuencia de la exagerada lectura de libros de caballería que han terminado por volverle loco, haciéndole creer que él era uno de ellos.

Según el psicoanalista Francisco Alonso Fernández, “El quijote es una obra psicopatológica protagonizada por un enfermo mental”^[2], sin dejar ningún lugar a dudas respecto de su posición. El mismo afirma que el objetico del quijote era ni más ni menos que relatar la vida de un débil mental.

Sin embargo resulta un tanto difícil de creer que el objetivo de tan grandiosa obra sea tan miserable. Haciendo aun más difícil esta tarea el hecho de que llevamos siglos pensando y heredando la idea de que el quijote es un verdadero héroe.

Para defender su posición el doctor Alonso afirma:

“"Había conocido a muchos enfermos mentales en el manicomio de Sevilla y además, él mismo debió ayudar en ocasiones a su padre, que era un cirujano barbero. También es posible que se inspirara en un personaje real que vivía en Argamasilla de Alba y que se llamaba Domingo Pacheco. Lo cierto es que todos los psiquiatras que tenemos cierta experiencia hemos visto a enfermos mentales muy parecidos al hidalgo Alonso Quijano (y digo Alonso Quijano porque Don Quijote es un usurpador, puesto que le birló el estrellato y el protagonismo a Alonso Quijano, y hasta la gloria a Cervantes)".^[3]

Por lo que siguiendo un poco con esta línea, claro que el quijote podría ser considerado un loco, pero en caso de que lo fuera, en qué tipo de trastorno se lo encasillaría a Alonso Quijano. Según algunos psicólogos y especialista Don Quijote de La Mancha es una persona que sufre los síntomas de un trastorno maniaco depresivo o hoy llamado bipolaridad. Los principales síntomas de este son el elevado nivel de energía y el repentino cambio de humor sin ninguna aparente razón lógica.

Pero en que se basan los psicólogos para poder afirmar que el quijote padece de este mal, muy frecuente hoy en día, ya que hay en Argentina 650.000 personas que padecen de este mal.^[4]Ellos se basan en que el quijote tiene por momentos unos delirios de grandeza que le hacen pensar que es el mejor caballero del mundo. Los rasgos depresivos y melancólicos de Don Quijote se ven, por ejemplo, cuando va a hacer penitencia a Sierra Morena o durante la ensoñación que experimenta en la cueva de Montesino.

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