La obra de Ignacio Manuel Altamirano
Enviado por karyynabeats • 27 de Abril de 2014 • Trabajo • 1.867 Palabras (8 Páginas) • 261 Visitas
Ignacio Manuel Altamirano Basilio; (Tixtla, Guerreros, 1834 - San Remo, 1893) Escritor mexicano al que se considera padre de la literatura nacional y maestro de la segunda generación romántica.
Nacido en el seno de una familia indígena, Altamirano cumple sus catorce años sin hablar todavía castellano, lengua de la cultura oficial, y por lo tanto, sin saber leer ni escribir.
Inicia precisamente por aquel entonces un proceso de alfabetización que sorprende por su rapidez y consigue, en 1849, una beca para estudiar en el Instituto Literario de Toluca, donde imparte sus enseñanzas Ignacio Ramírez, el Nigromante, intelectual mulato y librepensador, futuro ministro con Porfirio Díaz, cuyo interés por la juventud indígena le convierte en mentor y amigo de Altamirano.
• La obra de Ignacio Manuel Altamirano
Su concepto del hombre y de la patria, su incansable actividad cultural, su defensa de los valores indigenistas, su decidida apuesta por las ideas de progreso justifican que se le haya comparado con una de las figuras míticas de la historia de México, al afirmar que fue el apóstol de la cultura como Juárez lo fue de la libertad mexicana.
La obra educativa de Manuel Altamirano fue también notabilísima, y puede afirmarse que, sin su figura, la cultura mexicana se habría visto notablemente empobrecida. Fue profesor en la Escuela Nacional Preparatoria, la Escuela de Comercio, la de Jurisprudencia, la Nacional de Profesores y otros establecimientos docentes; así, tanto por su vida como por su incesante magisterio, Altamirano se ganó el título de "Maestro. Sus novelas Clemencia (1868), Julia (1870) y La Navidad en las montañas (1871) se consideran fundacionales para la narrativa mexicana.
l. YAUTEPEC
Es un pueblo ubicado en la carretera libre de Cuernavaca, rumbo a Tepoztlán. Las casas están decoradas con colores chillantes y crecen durante todo el año. La población es tranquila, laboriosa, pacífica, sincera, sencilla y hospitalaria. En el aspecto político, dependen de Cuernavaca.(Morelos).
Yautepec presenta un aspecto original y pintoresco. Es un pueblo mitad oriental y mitad americano. Oriental, porque los árboles que forman ese bosque de que hemos hablado son naranjos y limoneros, grandes, frondosos, cargados siempre de frutos y de azahares que embalsaman la atmósfera con sus aromas embriagadores. Naranjos y limoneros por donde quiera, con extraordinaria profusión. Diríase que allí estos árboles son el producto espontáneo de la tierra; tal es la exuberancia con que se dan, agrupándose, estorbándose, formando ásperas y sombrías bóvedas en las huertas grandes o pequeñas que cultivan todos los vecinos, y rozando con sus ramajes de un verde brillante y oscuro y cargados de pomas de oro los aleros de teja o de bálago de las casas. Mignon no extrañaría su patria, en Yautepec, donde los naranjos y limoneros florecen en todas las estaciones.
ll EL TERROR
Una noche de agosto de 1861, la población se resguardaba temprano en sus casas por el terror que le tenían a los bandidos, conocidos comúnmente como los plateados pues éstos realizaban impunemente saqueos, matanzas, raptos, incendios y exterminios en los pueblos y haciendas aledañas al sur del Estado de México. Yautepec no estaba exento de dichos asaltos, así que de día colocaban vigías en las torres de las iglesias para dar aviso a la población de la llegada y partida de bandoleros, de esta forma, los habitantes de Yautepec tenían tiempo de esconderse en sus casas y las iglesias. Pero esto de noche era imposible, así que estaban siempre expuestos. La guardia civil no podía intervenir porque el país se encontraba en medio de una guerra civil, dejando así a los bandoleros actuar
libremente. Este crimen fue introducido al país por el español Cobos, y los bandoleros eran conocidos como los plateados por su vestimenta. A veces los plateados establecían un centro de operaciones, una especie de cuartel general, desde donde uno o varios jefes ordenaban los asaltos y los plagios y dirigían cartas a los hacendados y a los vecinos acomodados pidiendo dinero, cartas que era preciso obsequiar so pena de perder la vida sin remedio. Allí también solían tener los escondites en que encerraban a los plagiados, sometiéndolos a los más crueles tormentos. Por el tiempo de que estamos hablando, ese cuartel general de bandido se hallaba en Xochimancas, hacienda antigua y arruinada, no lejos de Yautepec y situada a propósito para evitar una sorpresa.
lll. LAS DOS AMIGAS
En un huerto en Yautepec, vivían Manuela joven de 20 años, tez pálida, ojos negros, cejas aterciopeladas, cabello negro y con aspecto aristocrático y Doña Antonia madre de Manuela, anciana de buenas costumbres y honrada. Esta última tenía una ahijada más o menos de la misma edad que Manuela, Pilar, joven morena criolla que denuncia a la hija humilde del pueblo y con carácter opuesto a Manuela que era huérfana pero Doña Antonia se había encargado de cuidarla desde pequeña. En el jardín Pilar y Manuela tejían guirnaldas de rosas y azahares cuando Doña Antonia le reprochó a su hija el rechazo que le tiene a Nicolás, un muchacho del pueblo y herrero de la hacienda de Atlihuayan, que desea casarse con ella. Manuela sólo siente repulsión y descontento por el herrero, lo considera un indio horrible y molesta a Pilar porque comprende que ella sí está enamorada de Nicolás. Doña Antonia trata de convencer a su hija de las ventajas de casarse con Nicolás, pues es un hombre honrado y bueno, que además protegería a Manuela de los plateados y la llevaría lejos de los peligros de Yautepec.
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