La oposicion humana

LA OPOSICION HUMANA

El ser humano es un animal político; todos independientemente de nuestra posición social, nuestra nacionalidad, nuestra raza, etc. Tenemos la tendencia a crear grupos y establecer lazos emocionales con otras personas; buscamos en esas instancias sociales una identidad, una aprobación y sobre todo una legitimación propia, ya que el ser humano al configurarse como un ser con una dimensión plural deviene en que la sociedad sea y requiera de pluralidad. Lo anteriormente dicho tiene como una de sus consecuencias; en la mayor parte de casos; el desarrollo de un pensamiento crítico frente a temas de interés. Pero, aparte de cumplir una función significativa en el sano desarrollo de la psiquis del ser humano también proporciona una herramienta indispensable en una posible necesidad de refutar al estado del cual hacemos parte. El cual por medio de la desigualdad, la corrupción y demás fenómenos socio-políticos negativos y deplorables nos insta a luchar contra ella misma, y por nuestros derechos los cuales deberían ser inherentes al ser humano.

La sociedad es un sistema de relaciones interpersonales masivo, es una entidad infinitamente abstracta, pero que está presente en todos los aspectos de la vida humana y en sus civilizaciones; incluso, podemos decir que una organización social y cívica es intrínsecamente humano. Para comprender un poco más la influencia de este organismo plantearemos una metáfora: un día un humano cualquiera, que nunca tuvo un problema con el mismo se despierta y en su mente encuentra una incesante maraña de imperativos y opiniones, que viven en una mundo platónico de ideas. Esto  complica su vida diaria y lo impulsa a cometer una serie de errores perjudiciales para el mismo lo que deviene en una decadencia en varias áreas personales de vida. Para resumir la sociedad es como ese humano. Podemos identificar la esquizofrenia como una característica de la sociedad, en orden de la anterior comparación podemos decir que: la sociedad es equiparable a un gran organismo humano, y como tal, posee varias bacterias que atentan contra la integridad del mismo, el problema yace en identificar quienes son los virus y quienes la cura.

A primera vista, el término “movimiento social” puede evocar en la memoria alguna clase de historia del siglo XX sobre guerrillas e izquierda política. Las personas tienen, en su mayoría, una mala impresión de lo que un movimiento social significa, muchos creen que estos deben estar ligados a polos políticos extremistas o a una cosmovisión del cambio cercana al anarquismo y la violencia; nada más falso. La visión de la sociedad de alguien perteneciente a algo así como los movimientos sociales, que son tan diversos que casi cualquier interacción reciproca de un pequeño grupo cae en esta categoría; es la de alguien revolucionario, pero de igual modo superfluo y confundido, sin embargo, “en un mundo tibio y mediocre, pacato, cobarde e hipócrita, donde la gigantesca mayoría cede, negocia y hace concesiones, de repente tropezarse con un radical es una lección de entereza, de convicción profunda, de severidad física y espiritual […] ”(Mendoza, 2014); claro no todos los movimientos caen en esta categoría los más influyentes lo hacen.  Los movimientos sociales como base en la creación y el desarrollo de un pensamiento crítico son fundamentales en generar puntos de lucha desde los cuales de pueda pelear por los derechos de manera eficaz, además de proporcionar herramientas en la construcción de un pensamiento colectivo capaz de impulsar la sociedad civil.

Actualmente, el planeta está en una etapa de cambios bruscos, un cambio de ola diría Toffler. Estos cambios se esparcen a lo largo de la economía, la cultura, la política y la sociedad, afectando a su vez a la ecología del mundo. Cada punto de participación civil es vital en el proceso de adaptación social al cual nos somete esta nueva tierra globalizada, claro que estas instancias sociales llevan su influencia mas allá de ser un punto de participación ciudadana y hoy en día se ha convertido en el principal frente de batalla contra aquello que sea identificado como  una amenaza para la libertad global.

Aunque, los miembros de la sociedad se configuren en grupos para apelar en contra de la injusticia y la desigualdad, el sistema diseñado inconscientemente por nosotros mismos, es un impedimento más que digno para figurar como villano en alguna novela adolescente. La conciencia conspirativa nos ha llevado a pensar que mas allá de nosotros como una especie de dios, esta un sistema mundial que nos controla. En esta medida es bueno revisar Buda Blues, un escrito de Mario Mendoza, en el que explora su teoría sobre la cosa un organismo que manejo los hilos de un mundo que va en picada hacia la distopia. Aunque probable estamos olvidando que cualquier sistema así sea económico tiene su faceta de movimiento social, así es que se crean relaciones interpersonales sujeto-empresa, en vez de sujeto- sujeto.

Entrando en materia, los movimientos sociales se incluyen en la categoría de los actores políticos colectivos ya que a pesar de sus grandes diferencias con os partidos políticos        y los grupos de presión e interés comparten características con los mismos, no podemos dejar a un lado el poder transformador de los movimientos sociales. “Los conceptos (sustantivos) hegemónicos no son, en el plano pragmático, una propiedad inalienable del pensamiento convencional o liberal. Una de las dimensiones del contexto  actual del continente es precisamente la capacidad que los movimientos sociales han mostrado para usar de modo contra hegemónico  y para fines contra hegemónicos instrumentos  o conceptos hegemónicos” (Sousa, 2010) la labor transformadora de los movimientos sociales  debe trabajar con una teoría de retaguardia anti hegemónica que impulse la transformación mundial mediante la sorpresa.

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