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Lactario I (de 0 A 6 Meses)


Enviado por   •  30 de Agosto de 2013  •  25.045 Palabras (101 Páginas)  •  352 Visitas

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Caracterización del niño del primer ciclo del nivel inicial

“Lactario 1”

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EDUCACIÓN INICIAL

BUENOS AIRES. REPÚBLICA ARGENTINA

El Nivel Inicial, en la República Argentina, desde sus orígenes se perfila con una identidad confusa y a veces contradictoria. Las antinomias “asistencial / educativo” y “socialización / educación” se han manifestado en su evolución histórica.

La infancia comienza a ser cuidada en nuestro territorio - en el espacio público – desde 1779, cuando el Virrey Vertiz funda en la ciudad de Buenos Aíres la “Casa de Niños Expósitos”, institución destinada a los niños abandonados que necesitaban asistencia. Esta institución, años después, queda bajo la responsabilidad de las Hermanas de Caridad, por falta de fondos del virreinato. Es en 1822, que una reforma legal del clero determina la desaparición de la orden religiosa, habilitando la creación de la Sociedad de Beneficencia por parte de Bernardino Rivadavia. Este introduce la Educación Inicial en el país, ligada a proyectos políticos liberales de modernización impulsando la creación de las primeras instituciones destinadas a niños menores de seis años, influenciado por la visita que había realizado en Londres a las escuelas Infantiles organizadas por Robert Owen. El aporte pedagógico en estas primeras experiencias fue realizado por Maria Sánchez de Mendeville.

Es Sarmiento quien propone un primer modelo de institución educativa para la primera infancia, impactado por las “Cunas Públicas” y “Salas de Asilo” de Francia. A su vez, sienta las bases acerca del rol de la mujer en estas instituciones y de la importancia que cobran en la vida de los niños como espacios de homogenización social, siendo incluso capaces de modificar las pautas culturales de sus familias.

En 1869, Sarmiento contrata a las maestras norteamericanas Fanny Wood y Fanny Dudley, para la Escuela Normal de San Juan. En febrero de 1870, Sarmiento con la colaboración de Juana Manso inauguran Jardines de infantes subvencionados por el Estado en la Ciudad de Buenos Aires, en el que se introduce el Método Froebeliano. Es esta mujer, de fuertes convicciones quien plantea la importancia de la educación mixta, de los jardines de infantes, del aprendizaje placentero como continuidad de la vida familiar. Con la llegada de Sara Eccleston se inicia la formación de Kindergarterinas.

En 1875 la sanción de la Ley de Educación de la Provincia de Buenos Aires, estipula como función de los Consejos Escolares de Distrito la creación de escuelas y de Jardines de Infantes. Es en 1885, que se funda en la ciudad de La Plata el primero de ellos. Esta señal de un Estado presente constituye el crecimiento del Nivel.

En 1884, se sanciona la Ley de Educación Común N° 1420, incorporando en ella al Jardín de Infantes al sistema educativo argentino. Establece la creación de Jardines de Infantes en las ciudades donde fuera posible dotarlos suficientemente, quedando de esta manera en manos de las jurisdicciones la posibilidad y decisión de crearlos.

En distintos ámbitos el Jardín de Infantes era cuestionado, Leopoldo Lugones trabajó para convencer a directores de escuelas normales y hasta al Ministro de Instrucción Pública, Joaquín V González, de lo poco eficaz y perjudicial que podía resultar que lo niños iniciaran la escolaridad antes de los siete años; al mismo tiempo que resultaba excesivamente costoso. En 1894 se detiene así, crecimiento del Nivel, llegándose a cerrar muchos de ellos, incluso la Escuela Normal de Jardines de Infantes de Capital Federal.

Además, la inserción de la mujer en el mundo laboral a través de la docencia fue cuestionada en una sociedad católica y patriarcal. El rol que se asignaba a la mujer estaba reservado a la vida doméstica.

En las primeras décadas del siglo XX, la evolución cuantitativa de las Instituciones preescolares es lenta, y dirigida a sectores sociales altos. En la segunda década del siglo XX, con el advenimiento del gobierno de Yrigoyen llegaron las influencias de la renovación pedagógica llamada Escuela Nueva. Se caracterizaban por ser respetuosas de las diferencias, de los deseos de los alumnos, atentos al aprendizaje en contacto con la naturaleza, capaces de estimular el placer por el aprendizaje, por el arte y la libre expresión. Por ese entonces el Jardín de Infantes se encontraba ante el reto de la inclusión de los niños provenientes de los sectores más empobrecidos.

En 1933, comienza a diferenciarse el Nivel Inicial respecto de la estructura de la escuela primaria. Las ideas de las hermanas Agazzi, Montessori y Decroly quienes representan los adelantos en la acción educativa del Jardín de Infantes, fueron rápidamente adoptadas por los educadores argentinos.

Recién en 1946 con la Ley Simini de Educación Preescolar, se acentúa la concepción pedagógica del nivel, y la necesidad de su universalización. El nivel adquiere autonomía definitiva en suelo bonaerense, con la creación de la Dirección General de Escuelas y Cultura por Ley Provincial, en 1965.

En 1972 a cien años de la creación del primer Jardín de Infantes Argentino, se elabora el primer documento curricular para el Nivel Pre-escolar.

En la década siguiente, se replantea la extensión de la educación inicial hacia los más pequeños, que ya había sido considerada en los planes sociales y educativos de 1945 a 1955. La realidad y necesidad de la madre trabajadora, es contemplada con la sanción de la Ley Nacional (1973) que crea un instituto de Jardines Maternales Zonales, un primer intento en el paso de la “guardería” al Jardín Maternal reconociendo a este como espacio de cuidado y enseñanza a los niños de sectores más desfavorecidos. Se buscaba con el término “Jardín Maternal”, oponerse y superar el modelo “guardería” de carácter puramente asistencial, donde el personal no necesitaba preparación especial, solo interés por los niños; por una institución que cumpla una misión educativa.

En los años siguientes, la situación política en época del gobierno militar, no contribuye a la expansión del nivel. La implementación de currículo tecnicistas, comienza a restringir la libertad de expresión y creatividad que se había alcanzado.

Ya en la década del ’80 con el regreso a la democracia el Nivel cobra nuevo impulso. En 1978 se firman acuerdos entre los Ministerios de Educación y Salud Pública que dan vida a los Jardines Maternales. Así el Estado pone a disposición de las madres trabajadoras un espacio formativo y ya no sólo asistencial. Las luchas docentes logran incorporar su figura a su Estatuto, de modo tal que se logra un marco legal que permite vislumbrar

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