Las Fronteras.

INTRODUCCIÓN

Mucho se habla de Fronteras, límites que establecemos no solo entre grupos sociales, sino también entre naciones. Algunas personas pensarán que estas líneas no deberían de existir porque coartan nuestra libertad de movernos o nos separan más, pero decidir abandonar o no nuestro hogar habla mucho de nuestra cultura.

Entendemos como Cultura, según el antropólogo inglés Edward Burnet:

“El conjunto complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, la costumbre, y cualquier otra capacidad o hábitos adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad”.

La historia universal nos ha dado muchos ejemplos sobre fronteras. Por ejemplo, tenemos a la Gran Muralla China, edificada para proteger al imperio chino de una invasión mongol. También el Muro de la Vergüenza en Berlín, que separaba a las Repúblicas Alemanas, es otro caso. No yéndonos tan lejos, la Green Card también es considerada un objeto que no permite a los residentes estadounidenses vivir sin distinción de los civiles nacionales, debido a que, deben portarla consigo todo el tiempo. Estos elementos, son algunos que causaron o causan distancia entre más de dos individuos que no pertenecen a la misma cultura.

Existen fronteras más allá de lo material, tan poco tangibles, que es solo el derecho y el sentimiento, lo que los identifica como pueblo, por ejemplo, la patria. Se tienen rasgos que etiquetan a un individuo, creyendo un estilo de vida estereotipado, que es proyectado al mundo, pero que se vuelve típica la realidad. Que es si es blanco, si sus ojos están rasgados, si su cabello es pelirrojo, que si ponen anillos en el cuello, que si las mujeres se cubren la cara, todo tiene una categoría. A pesar de ser una mezcla de culturas, un clásico sello de Hecho en México, se encuentra pintado en nuestro lenguaje, en nuestras facciones cuando con orgullo, repudio o vergüenza nos identifican con guacamole, ponchos, tacos y tez morena.

En un lugar donde todos son encasillados en perfiles y nadie es neutro, aceptar quienes somos, las costumbres, las tradiciones, el arte y las creencias de nuestra tierra es el primer paso para entender y valorar al resto de las culturas, para no olvidar nuestras raíces frente a los cambios. Aunque México, teniendo un país vecino tan dominante como Estados Unidos, es imposible no americanizarnos un poco… pero que, aun si vas o si vienes; si nunca vas o si te quedas allá, estimes tu identidad.

Para hablar del mercantilismo en México, primero hay que aterrizar en la situación actual del país y ser capaces de respondernos ¿Qué fronteras nos impone el mercantilismo?

 México es un país que denota “malinchismo” en muchos aspectos, ya casi nadie compra productos Mexicanos, por que se piensa que el producto, al ser extranjero, tiene una mejor calidad ¿Por qué se piensa esto? Por que se ha rebajado y denigrado el producto mexicano y al mismo tiempo, hemos denigrado el trabajo del Mexicano.

“El mexicano es flojo, el mexicano es tonto, el mexicano es conformista, el mexicano sólo sirve para la mano de obra”

Estas y muchas frases más, nos han etiquetado a través de los años y lo peor no es que así nos etiqueten, si no, que el mexicano ya se lo creyó, y entonces se crea una idea, una idea que se vuelve la primera frontera, Y esa es la que México tiene con Estados Unidos. No se está hablando, de una frontera en cuestión a territorio, si no que se ha catalogado a Estados Unidos como un ideal a alcanzar, en lo que respecta a las costumbres y al los productos que estos consumen.

Estados Unidos se ha vendido como el país perfecto, y nosotros le hemos comprado la idea. Las canciones que se escuchan en la radio se han llenado de música extranjera, los programas más vistos en la televisión, la comida, la ropa, hasta los productos de limpieza, todo se ha vuelto en una compra y venta de productos “Americanos” ¿Por qué?

Cuantos Mexicanos se han ido al extranjero en busca del llamado “Sueño Americano”, ¿Y qué consiguen con esa búsqueda? La mayoría son enviados a trabajo de campo o bien a los trabajos que “nadie quiere” siendo denigrados y explotados, claro no es el caso de todos, otros si logran alcanzar o rozar el tan famoso sueño.

En las escuelas nos enseñan ya desde primaria, a algunos desde Kínder, a hablar inglés, nos dicen que es importante, que nos ayudará en el futuro y dejamos de lado las lenguas de México, que poco a poco han ido desapareciendo.

Festejamos a Barack Obama con su reforma para los migrantes, pero a los sudamericanos, los tratamos como si no tuvieran valor o calidad como personas.

Ahora ¿Qué pasa con los que nos quedamos en México? “Resignados” a vivir en nuestro país,  creamos las segundas fronteras, las famosas Clases sociales.

Las clases sociales se dividen en Ricos, clase media y pobres,  pero siendo analíticos,  los podríamos dividir en dos, Muy ricos y pobres, siendo estos últimos la gran mayoría.

Si no tienes el nuevo IPhone, si no tienes ropa de marca, si no tienes un carro del año, si no viajas al extranjero en cada periodo de vacaciones, entonces, estás en la clase social baja y eso, es mal visto. Mientras más compres y más tengas mejor.

Nuestra patria está vendida, vendida en partidos de fútbol donde uno llora al entonar el himno mexicano, pero cada lunes en el acto cívico, actuamos con pesadez y flojera; vendida en festejos impropios de nuestro país, haciendo menos las festividades patrias, vendida en el sueño americano, donde se está mejor, donde estamos alejados de nuestro México.

¿Qué fronteras nos impone el mercantilismo? El mercantilismo nos ofrece un producto, pero nosotros somos los creadores de dichas fronteras al comprarlo.

La Metamorfosis de la Palabra.

Si bien como hemos visto en los dos apartados anteriores, las fronteras significan división, diferencias, poder, no tan solo en los individuos sino también entre las naciones, actualmente se crean fronteras para distinguir quienes son los mejores, separar lo bueno de lo malo y de esta manera impedir que nadie pueda entrar del lado en donde está considerado lo “mejor”. Esto lo podemos ver entre la frontera de México y E.U. en donde un muro es lo que nos separa ¿Pará qué? Para que los inmigrantes ilegales de distintas sociedades y culturas no puedan pasar a los Estados Unidos.

George Steiner nos dice:

La línea divisoria separaba lo superior de lo inferior, lo mayor de lo menor, la civilización del primitivismo atrasado, la instrucción de la ignorancia, la madurez de la edad de la inmadurez, los hombres de las mujeres, y en cada caso estaba implícita una distinción de superioridad.

Así ocurre en todas partes, se crean fronteras para dividir, esto también se puede ver en la misma sociedad en donde un grupo o una persona marcan su dominio o territorio con el fin de que nadie pueda entrar a este y apoderarse de él.

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