Las comunicaciones en el origen de la cultura.
Enviado por gergiomar • 10 de Marzo de 2014 • Tesis • 2.647 Palabras (11 Páginas) • 235 Visitas
Tomás Austin Millán
Sociólogo, Antropólogo Social.
Las comunicaciones en el origen de la cultura.
Desde hace varias décadas sabemos que el hombre apareció sobre la tierra como producto de un proceso de evolución en que unas especies de seres fueron superados por otras más evolucionadas que las anteriores. De esta manera, el Driopitecus (existió entre 20 y 10 millones de años atrás) dio paso al Ramapitecus que existió entre unos 12 a 7 u 8 millones de años atrás; para luego dar paso al Australopitecus que existió entre 5 a 1/2 millones de años. El australopitecus tenía ya las características principales del ser humano: caminaba erguido, se reproducía por una sola cría y vivía en grupos compactos pero pequeños. Luego vendrían otras especies de hominideos como el Homo habilis, que toma ese nombre porque junto a sus restos se encontraron raspadores de piedra (trozos de piedra a los que se les hicieron cantos afilados a propósito) y es de suponer que si tenía habilidad para usar la piedra, también la tuvo para usar huesos y palos según su voluntad. Sabemos que el Australopitecus tenía un desarrollo de inteligencia como el de un niño de tres años, como el chimpancé.
De esa manera se describe la evolución, pero, ¿cómo aparece la capacidad cultural? La hipótesis aceptada hoy sostiene que cuando los primeros hominideos tuvieron que acostumbrarse a vivir en grupos de familias en las planicies de África, dada su extrema debilidad y fragilidad frente a otros animales africanos, adoptó una forma de vida colaborativa que los obligaba a ir más allá de la simple actividad innata e instintiva. De manera que para cooperarse mutuamente tuvieron a la vez que desarrollar formas de comunicación, quedando en descubierto que ambas característica humanas, cooperación y comunicación, fueron consustanciales en los albores de la humanidad, es decir, la una sin la otra no puede existir (son como la rueda y el eje: la rueda sin eje es solo un disco y el eje sin rueda solo una barra).
Para sobrevivir, los primitivos seres humanos debieron organizarse cooperativamente, coordinando sus conductas consensualmente. Pero para organizarse de esa manera debieron darles significados (mentales) a los sonidos que emitían con la garganta y a los movimientos y gestos que hacían con el cuerpo. Además, debió situar toda esta información con respecto al contexto en que se producía. Esto último se refiere a que un gesto o palabra, hasta el día de hoy, tiene distinto significado según sea el lugar en que se emite: no es lo mismo decir ¡cuidado! cuando se juega a la pelota, que cuando se está de excursión por una montaña o atravesando un río. En el primer caso no implica peligro, en los segundos se refiere a distintos grados de peligro, dependiendo del medioambiente.
Las dificultades de comunicación de los primeros tiempos, cuando la cantidad de significados asignados a la información emitida y recibida era muy limitada, debió haber sido tan difícil, tensionanté y complicada para los primeros hominideos como sigue siéndolo para un niño de dos años, que trata de comunicarse sin poder hacerlo ni entender mucho de lo que pasa a su alrededor. un psicólogo cognitivo asevera los siguiente: “Nuestro inteligencia, por sí sola, es incapaz de hacernos comprender las situaciones que nos depara un mundo cada vez más cambiante y complicado ... Es evidente que no podemos alcanzar al conocimiento pleno, y mucho menos prever racionalmente los acontecimientos o la simple vida cotidiana ... y la emoción es un mecanismo que nos permite pasar inmediatamente de un estado mental a otro, cambiar nuestras prioridades y retrogradar nuestra acción en función de los hechos” “Sepa controlar sus emociones para tener éxito”. en CONOZCA MÁS, de Septiembre 1990.
Cooperación y comunicación por un lado y emoción y racionalidad por otro, son dos pares de características humanas que crecieron al unísono afectándose y condicionándose mutuamente en la forma que se describe:
Con lo que queda demostrado que la comunicación fue una de las formas más importantes que se desarrollaron como características humanas en los principios de la humanidad porque estuvo y está en directa relación con la acción colectiva, la expresión de las emociones para sí mismo y hacia los demás y canalizando públicamente el producto de la racionalidad humana. Si no hubiese sido posible acrecentar la capacidad de comunicación de los primeros hominideos no habría habido especie humana como hoy la vivimos.
Queda por destacar otro fenómeno interrelacionado: lo que se acrecentó como capacidad de comunicación fue la habilidad mental para conferir significados en común a gestos señas, sonidos de la garganta (que pasarían a constituir palabras) y al uso determinado de algunos elementos del medioambiente como palos y piedras para significar peligro o territorialidad. Así la comunicación es significación desde los orígenes de la humanidad.
Del paleolítico al neolítico
En el paleolítico también la comunicación entre los seres humanos fue fundamental para su supervivencia ya sea para permitir una mejor cooperación o para superar accidentes y desastres.
Ciertos descubrimientos permitieron especular que los hombres de Neandertal “probablemente tenían un lenguaje rudimentario, conceptualmente pobre pero definitivamente hablado... hace 50.000 años, repentinamente algo cambió. Nuestros ancestros sufrieron una revolución tecnológica que les permitió fabricar armas más afiladas e inventar lanzas, arco, flechas y otras armas arrojadizas. Nadie sabe por qué ocurrió esto, aunque la teorización más aceptada es que el homo sapiens finalmente desarrolló un lenguaje complejo, lo que le permitió una mayor transmisión de información y una feroz aceleración en el conocimiento disponible”. (Neandertals, el despertar de la humanidad. CONOZCA MAS Nº 4, 1996).
De esta época de la humanidad son la mayoría de las pinturas rupestres y los grandes monumentos megalíticos esparcidos especialmente por el Noroeste de Europa. Se piensa que mucha de la pintura rupestre está destinada a expresar sentimientos religiosos y mágicos, posiblemente con carácter propiciatorio: si se pinta un mamut, se espera que la pintura refleje al espíritu de éstos y permita cazarlos con facilidad. En cuanto a las construcciones megalíticas, muchas de ellas sugieren calendarios que mediante la lectura de la sombra del sol indicaban cuándo terminaba un año y comenzaba otro, en el solsticio de invierno. También muchos megalitos estaban destinados a servir de altares de rituales religiosos porque su ubicación no está en relación ni con el sol ni con otras formas como los puntos cardinales.
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