Lectura De Savater
Enviado por brisethmelissa • 13 de Noviembre de 2013 • 497 Palabras (2 Páginas) • 273 Visitas
Savater nos hace ver un panorama en cuanto a los puntos a tomar en cuenta para las tomas de decisiones, que desde mi punto de vista estoy de acuerdo, y el sustento se da en lo siguiente:
El autor detalla en su lectura cuestiones que podríamos llamar “fuentes formales de la moralidad”, el cual no nos dice qué hay que hacer, sino cómo hay que decidir lo que hacemos; no nos dice cuáles son a su juicio los criterios de moralidad, sino cómo los encontramos, qué forma reviste una decisión ética, cuáles son sus fuentes auténticas.
Savater nos dice que nosotros no elegimos lo que nos pasa pero sí que hacer frente a lo que nos pasa. Es decir que tenemos que elegir entre dos situaciones por más de que prefiramos no tener que elegir. El hombre es libre por que no tiene otra alternativa.
La mayoría de las elecciones de nuestra vida son instintivas, ya que nos resulta más cómodo y rápido, es decir lo hace porque quiere y, a la vez, sin querer.
Todas nuestras elecciones son por algún motivo. Entendemos por motivo aquellas razones que crees tener para hacer algo. Existen diferentes tipos de motivos como son: Las ordenes: en él una autoridad que nos rige nos manda a hacer una actividad; Las costumbres: que son aquellas cosas que hacemos rutinariamente porque nos las han inculcado, es decir hacer siempre ese mismo gesto y ya lo repite casi sin pensar y los caprichos: que son motivos que tiene la características que le apetece sin más, la pura gana.
Se debe tener en cuenta que cada motivo tiene su propio peso. Las órdenes sacan fuerza del miedo a una represalia o también del afecto y la confianza, las costumbres vienen de la comodidad, la rutina y la presión de los demás (se le imponen sin pedirle permiso), en cambio los caprichos le salen de dentro (es espontáneo) sin que nadie se los mande.
Casi siempre nuestro comportamiento tiene como motivaciones las órdenes, las costumbres o los impulsos. Pero en ocasiones, no basta con atenerse a las órdenes ni a las costumbres, ni mucho menos a los caprichos: hay que inventar soluciones razonadas.
Por tanto, ésas tres no pueden ser las fuentes formales exclusivas de la decisión moral, y normalmente no son las fuentes adecuadas cuando se trata de tomar una decisión grave. Sabemos que todo ser humano es susceptible de equivocarse, es mejor que nosotros no aceptemos las órdenes y las costumbres ni nuestros caprichos sin someterlos a una profunda reflexión, frente a ciertas situaciones relevantes de nuestra vida, precisando el problema, analizándolo, evaluándolo y eligiendo diversas alternativas, para ver si son convenientes o inconvenientes de acuerdo el nivel de desarrollo moral en el que se mueva nuestro espíritu y sin perder nunca de vista el proyecto de una buena vida humana.
En conclusión, la reflexión del porqué hacemos esto o aquello, nos lleva a darnos cuenta de que tenemos que estar siempre alerta en la toma
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