Leyes
Enviado por 204098 • 13 de Septiembre de 2014 • Tesis • 2.760 Palabras (12 Páginas) • 164 Visitas
1. QUE ES EL TRABAJO
El trabajo es la actividad realizada por el hombre, con la meta de recibir algo a cambio, es decir, una remuneración; así tanto el que contrata al trabajador para determinada tarea, como el trabajador mismo, se benefician mutuamente. Cuando el trabajo se efectúa involuntariamente, se está hablando de trabajo forzoso.
Los trabajadores se asocian en sindicatos o gremios, para proteger y fomentar sus intereses comunes.
En la antigüedad, la presencia de esclavos, que desarrollaban trabajos forzosos, era algo muy común; éstos brindaban sus servicios a cambio de casa y comida; eran maltratados y manejados como objetos, a tal punto que podían ser vendidos o comprados; sin otorgárseles ningún tipo de derecho. Actualmente, esta práctica es considerada ilegal.
El derecho al trabajo es uno de los derechos humanos más importantes, junto a los derechos del trabajador, los cuales son bastante recientes. Éstos surgieron en el siglo XIX cuando los trabajadores oprimidos por la Revolución Industrial (siglo XVIII) reclamaron por el reconocimiento de sus reivindicaciones laborales.
Si bien concebimos al trabajo como algo propio de la naturaleza humana, si lo vemos desde otra perspectiva, los animales también trabajan, los miembros de una misma especie combinan sus labores para ayudarse en un fin determinado; por ejemplo, para protegerse de un depredador.
El término trabajo es además utilizado como sinónimo de esfuerzo, es decir, que utilizamos esta palabra para referirnos a algo que nos es difícil, pero no obstante luchamos por conseguirlo. Por ejemplo: a Santiago le costó mucho trabajo comprar su primera casa.
El empleo es un elemento esencial para el sostenimiento y desarrollo de cualquier sociedad. En términos globales, porque es la base de la economía productiva y, como tal, un factor básico para el crecimiento y funcionamiento económico. Pero el empleo funciona también como factor de cohesión y justicia social, posibilitando la participación de las personas, la distribución de la riqueza, la garantía de los derechos…
Además, a nivel individual, el empleo actúa como elemento de integración social, permite la mejora de los estándares de vida y las cotas de bienestar personal y social y, en definitiva, permite a las personas llevar una vida más digna. Lógicamente estamos hablando siempre de los empleos que cumplen los mínimos estándares de calidad.
El desempleo es una situación anómala, fuera de lo deseable. Si el empleo es un factor de inclusión e integración de las personas dentro de la sociedad de la que forman parte, el desempleo es lo contrario, un factor de desintregración. Al quedar al margen de la estructura productiva, las personas desempleadas se alejan simbólica y fácticamente del sistema global de sus sociedades, de la participación, la riqueza y la garantía de los derechos que se articulan en torno al empleo.
Una persona desempleada recibe, en el mejor de los casos, una remuneración limitada, escasa por lo general. Esto restringe sus capacidades personales de desarrollo, y a menudo también las familiares. El desempleo, a su vez, aleja a las personas de otras posibilidades de participación social y de oportunidades de socialización, por no contar con los medios suficientes para poder participar activamente en la dinámica social.
El desempleo, por tanto, expone a las personas a una situación de vulnerabilidad ante la exclusión social. Hay una cuestión de status y reconocimiento e interacción asociado al empleo
2.- REVOLUCION FRANCESA
La Revolución Francesa fue el cambio político más importante que se produjo en Europa, a fines del siglo XVIII. No fue sólo importante para Francia, sino que sirvió de ejemplo para otros países , en donde se desataron conflictos sociales similares, en contra de un régimen anacrónico y opresor, como era la monarquía. Esta revolución significó el triunfo de un pueblo pobre, oprimido y cansado de las injusticias, sobre los privilegios de la nobleza feudal y del estado absolutista.
CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN
La mala economía del país fue el gran detonante y vehículo de esta Revolución. Hacia 1775, Francia sufrió una gran crisis debido principalmente a las guerras y la mala administración del dinero publico, que provocó un aumento de impuestos en el campesinado y la burguesía. También influyeron los préstamos a las colonias inglesas en América durante la Guerra de la Independencia y las pérdidas generadas por la derrota en la Guerra Francesa e India o Guerra de los Siete Años frente a los británicos (1754-1763).
Fue entonces cuando el rey Luis XVI puso al frente de la administración nacional a Anne Robert Jacques Turgot en 1774, que ejerció su cargo de manera notable en los dos primeros años, a partir de los cuales su política se empezó a relajar, hasta que por las presiones recibidas dimitió en 1781. Jacques Necker, su sucesor, publicó un extracto de las finanzas reales, en las que se observaba claramente el enorme gasto que suponía mantener los estamentos privilegiados, por lo que el pueblo exigió la convocatoria de los Estados Generales. El rey accedió a convocar elecciones nacionales en 1788. En los Estados Generales de 1789, nobleza y clero se negaron al voto de individuo, ya que saldrían perdiendo. Entonces se creó la Asamblea Nacional Constituyente, integrada únicamente por el tercer estado. Debido a las represalias de Luis XVI contra los componentes de la Asamblea, éstos respondieron realizando el Juramento del Juego de Pelota, mediante el cual la Asamblea Nacional Constituyente (o únicamente Constituyente) se comprometió a redactar una Constitución para Francia desafiando el poder, ahora mermado, del rey. Esta propuesta no encontró oposición violenta por parte de nobleza y clero, que incluso se integraron en la idea tras su oposición.
El rey, tras las represalias iniciales, adoptó una postura de apoyo a la Constituyente para conseguir el apoyo del pueblo. Por eso causó estupor la concentración de soldados alrededor de París tras las represalias, ya se suponía el apoyo del rey a la Constituyente. Todo esto generó la idea de una posible disolución por la fuerza de la Constituyente. Esto, unido a la escasez de alimentos, provocó la revolución popular que culminó con la toma de la Bastilla y la del Ayuntamiento, lo que fue secundado por levantamientos populares en la gran mayoría de las ciudades francesas.
ANTECEDENTES DE LA REVOLUCION
Toda revolución es un estado de excepción en la vida de las sociedades y como tal ha de ser considerada la francesa. Esto no quiere decir que se produjeran de un modo esporádico, sino que más bien tiene una serie de antecedentes de varia índole y se realiza tras la gestación de un
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