Liderando La Revolucion

Liderando la revolución

Gary Hamel, en sus texto Liderando La Revolución, manifiesta las ventajas que representa el avance tecnológico, el progreso; el manifiesta recomendaciones apropiadas desde su punto de vista que puede seguir aquellas organizaciones que deseen mantener día a día un lugar privilegiado en un mercado competitivo.

En el mundo que hoy vivimos los empresarios tienen un gran compromiso, no sólo con los clientes, quienes son el principal elemento dentro de la organización, sino también con sus trabajadores y particularmente con ellos mismos como propietarios. Estar a la vanguardia de la competencia y de la exigencia del entorno, exige un mayor compromiso y la innovación y avance tecnológico es el medio que permite poder cumplir las expectativas esperadas.

En la actualidad es bien sabido que no todas las empresas son creativas e innovadoras y esta puede ser una de las causas que haya contribuido en su quiebra, o que simplemente hayan o estén perdiendo prestigio en el mercado.

Hoy en día las organizaciones necesitan urgentemente líderes que produzcan ideas nuevas, que les den brillo a las que ya existen, que luchen no en contra de la naturaleza, sino de la hegemonía del poder establecido; son los “activistas revolucionarios” de Hamel. El contexto es favorable: democracia informativa, aversión a la autoridad, relevancia del capital intelectual y el capitalismo popular.

Un punto que me pareció importante del texto, son las reglas que las compañías pueden seguir para así estar a la par en la innovación y tecnología existente.

a.- Opere con expectativas no razonables, pues es muy difícil que una compañía mejores sus propias aspiraciones.

b.- Disponga de definiciones flexibles de su negocio.

c.- Apalanque su potencial como empresa en una misión, que va más allá de los objetivos financieros, comerciales, tecnológicos y corporativos.

d.- No haga oídos sordos a quien le haga propuestas verdaderamente revolucionarias.

e.- Creé dentro de la organización un mercado abierto para las nuevas ideas. Este es el combustible del espíritu emprendedor.

f.- facilite, paralelamente un mercado de recursos financieros disponibles para la propuesta que se salga de la ortodoxia corporativa. El riesgo precisa de capital arriesgado.

g.- Desarrolle talento que aprecie el riesgo y las ganas por afrontarlo, es decir, fomente en las personas de su empresa el afán por ir más allá.

h.- Simultáneamente lleve a cabo experimentos bajo riesgo.

En definitiva. Las empresas no necesitan a más gente; necesitan gente que sepa reducir el riesgo de las grandes aspiraciones.

Si nuestras empresas Venezolanas pusieran en práctica aunque fuese algunas de estas recomendaciones su rentabilidad y posicionamiento

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