Limpieza
Enviado por heterodinamicoss • 3 de Diciembre de 2013 • Práctica o problema • 4.133 Palabras (17 Páginas) • 179 Visitas
DEFINICION.
¿Qué es Jugar?
Es el primer acto creativo del ser humano. Comienza cuando el niño es bebé, a través del vínculo que se establece con la realidad exterior y las fantasías, necesidades y deseos que va adquiriendo. Cuando un niño toma un objeto cualquiera y lo hace volar, está creando un momento único e irrepetible que es absolutamente suyo. Porque ese jugar no sabe de pautas preestablecidas, no entiende de exigencias del medio, no hay un "hacerlo bien".
¿Por qué juega a lo que juega el niño pequeño?
Las teorías al respecto son varias y han sido profusamente tratadas por diferentes autores, por, lo que creemos útil a los efectos de nuestra labor, realizar una síntesis critica de las mismas con proyección hacia la utilización pedagógica del juego.
El juego es un ejercicio preparatorio que constituye en la 1º edad de los humanos como en la de los animales, un procedimiento instintivo de adquisición de comportamientos adaptados a las situaciones que el adulto tendrá afrontar posteriormente.
Surge de considerar a esta actividad como una conducta adaptativa, partiendo de 3 ideas
1. El juego sirve para desarrollar instintos útiles para la vida,
2. Permite un desarrollo de los órganos y sus funciones,
3. Los instintos se deben a una selección natural.
Esta teoría, de naturaleza biológica sirve para explicar algunos juegos elementales que realiza el niño, pero deja de lado aspectos subjetivos en diversas modalidades de juegos como los simbólicos y los sociales. Por otra parte no considera la actualidad del juego para el propio niño, como forma de expresión de su momento histórico y vital como forma de interpretar la realidad en que vive.
IMPORTANCIA
El juego es importante para el desarrollo cerebral del niño. Aunque los pequeños nacen con su cerebro completo, debe irse madurando para cada día que pase tengan mayores habilidades para el aprendizaje. El juego, es la forma más importante para ayudar al bebé a desarrollar cada una de las áreas mencionadas anteriormente.
Cuando los niños juegan desarrollan su memoria, mejoran su lenguaje y establecen relaciones sociales. En otras palabras, el juego aporta los cimientos para el pensamiento más complejo.
La primera forma en que los niños aprenden es a través de la imitación. Durante los dos primeros meses, los niños imitan los gestos de los adultos. Hacia los cuatro meses, entablan una "conversación", es decir, cuando se les habla, ellos responden con algún sonido. Y así sucesivamente van aprendiendo otras conductas por la imitación, por tanto, entre más jueguen los padres con los niños, éstos aprenderán más rápido, y su desarrollo será mejor.
Inicialmente, el contacto con la madre es parte fundamental en su desarrollo. Cuando ella lo mira, lo acaricia, lo besa, lo alimenta, juega con él, se va favoreciendo la toma de consciencia por parte del bebé de su propio ser, aprende a diferenciar que es distinto a los demás, y va reconociendo sus capacidades.
El bebé va empezando a manifestar sus habilidades creativas con sus gestos y movimientos, e ira aprendiendo a demostrar sus necesidades. A continuación se presenta algunos aspectos claves a tener en cuenta del desarrollo del bebé por cada período de edad durante su primer año. Al finalizar cada apartado, se describen los juegos que se pueden llevar a cabo para estimular al bebé; estos han sido seleccionados con base en las habilidades del niño en cada etapa de su desarrollo durante su primer año de vida, de tal forma que se le provea una estimulación adecuada favoreciendo el progreso intelectual, físico y emocional del niño.
OBJETIVOS.
En esta etapa, el niño está empezando a conocer su entorno y lo hará a través de sus sentidos. Los juegos y actividades de estimulación temprana deben estar orientados de acuerdo a los siguientes criterios:
• Es necesario fortalecer los músculos del cuello del bebé y promover el control cefálico.
• Desarrollar los sentidos del bebé (táctil, auditivo, visual, olfativo y gustativo).
• En los tres primeros meses, el bebé puede ver los objetos a una distancia de 25 a 30 cm. aproximadamente y los colores contraste: blanco, negro y rojo son los que llaman más su atención.
• Recuerde que en el recién nacido la atención es involuntaria, no lo fuerce a realizar los juegos.
FORMAS DE JUEGOS Y CACARETISTICAS
El juego debe ser una de las principales ocupaciones de los niños. Es el laboratorio en el que los niños aprenden cómo funciona el mundo, quiénes son, quiénes podrían ser y qué pueden hacer o no hacer. Pero no todos los juegos son iguales, ni por su estilo ni por sus efectos. Si observas atentamente los distintos tipos de juegos que realiza tu hijo, verás cómo se enfrenta al mundo.
Juego simbólico.
Para un bebé o niño pequeñito, un bloque es un bloque. Si le dan más de uno, puede que forme una columna o que tire uno por cada lado. Pero en cuanto esté cerca de cumplir los dos años, empezará a hacer muchas más cosas con los bloques: una casa, un coche o cualquier otra cosa.
Los juguetes se convierten en símbolos de otros objetos. Una niña puede tratar de alimentar a su muñeca como si fuera otro bebé. Si la observas atentamente, quizá la veas coger a su muñeca u osito de peluche del mismo modo que tú la coges a ella.
Este tipo de representación simbólica demuestra lo complejo que comienza a ser su cerebro. También le permite prepararse para enfrentarse a los acontecimientos que la rodean y que en ocasiones la asustan. Por ejemplo, si el pediatra que tiene que examinar los oídos de la niña para ver si hay infección es sensible al llanto y tiene experiencia, puede comenzar mirando los oídos de la muñeca que ha traído ella consigo. De este modo, la pequeña sabe de antemano qué le van a hacer, lo cual contribuye a eliminar su ansiedad.
Juego paralelo.
Los niños pequeños necesitan compañeros de juegos, aunque juegan con ellos de forma bastante distinta a como juegan los niños mayores. Deja a dos pequeños de 18 meses con juguetes parecidos en la misma habitación y verás que no parecen prestarse mucha atención.
Pero si les observas atentamente, pronto notarás que si uno coge un camión, el otro hace lo mismo. Si el primer niño mira ese camión y dice “No” (una de las palabras favoritas de un niño de esta edad), es probable que el segundo le imite y grite igualmente “¡No!”. Si los pequeños son ya suficientemente mayores para emitir palabras, quizá les oigas mantener lo que parece una conversación sin sentido.“Perrito va coche”. “¡Ese camión grande!” “¿Tiene hambre perrito?” “Camión mío.
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