Lineamientos
Enviado por latn86 • 29 de Abril de 2015 • 8.259 Palabras (34 Páginas) • 178 Visitas
Lineamientos.
L a Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) presenta áreas de oportunidad que es importante identificar y aprovechar para dar sentido a los esfuerzos acumulados y encauzar positivamente el ánimo de cambio y de mejora continua con el que convergen en la educación las maestras y los maestros, las madres y los padres de familia, las y los estudiantes, y una comunidad académica y social realmente interesada en la Educación Básica.
Para la implementación de la Reforma de la Educación Secundaria en 2006 se emitió el documento La orientación y la tutoría en la escuela secundaria. Lineamientos para la formación y la atención de los adolescentes. Como resultado de las acciones, se realizaron ajustes a los Lineamientos con el objeto de orientar y potenciar el esfuerzo de los tutores y equipos colegiados en las escuelas secundarias, en sus diversos servicios, y coadyuvar en la conformación de espacios propicios para el aprendizaje, así como centrar la mirada en los adolescentes y su formación integral y se considera pertinente modificar el nombre del espacio curricular por el de Tutoría, con la finalidad de diferenciarla del trabajo que realizan otros actores educativos dentro de la secundaria, como el orientador educativo.
A lo largo de la educación preescolar, primaria y secundaria, los alumnos viven formas de acercamiento al conocimiento, experiencias de convivencia y ambientes de aprendizaje que constituyen elementos necesarios para favorecer el desarrollo paulatino de las competencias para la vida. Por lo general, en las aulas de preescolar es posible una atención más cercana al alumno, donde se le brindan oportunidades formativas enfocadas en la promoción de competencias cognitivas y socioafectivas, las cuales son base para el aprendizaje permanente. Estas competencias se continúan promoviendo en la escuela primaria, donde se abordan situaciones y se incorpora información que lleva al alumno a desarrollar un nuevo y más amplio concepto de la realidad.
Las competencias en desarrollo desde estos dos niveles se profundizan en la secundaria mediante la movilización de diferentes conocimientos, habilidades y actitudes que las asignaturas incluidas en el mapa curricular promueven en los alumnos, desde las distintas disciplinas o áreas del conocimiento y tratamientos específicos de cada una.
En la cotidianidad del aula los alumnos de preescolar y de primaria se apoyan en mayor medida. La base del apoyo es la integración que su maestro hace al relacionar los diversos conocimientos trabajados cuando pasan de un contenido a otro, además de mantener un trato mucho más directo y personalizado con ellos durante toda la jornada escolar.
En la secundaria, aunque en apariencia la estructura del aula sea similar a la de primaria, y los sujetos se encuentren en ella como parte de un grupo de pares, el alumno realiza un proceso de apropiación del conocimiento más autónomo, que le implica integrar los aprendizajes y volverlos significativos para la comprensión del mundo, dado que el trabajo con las asignaturas en este nivel lo realizan diferentes docentes que cuentan con diversos perfiles formativos.
Asimismo, es necesario considerar las distintas dinámicas de trabajo que los docentes de secundaria llevan a cabo al enfocarse en los contenidos que deben aprenderse, y en las personas que aprenden; aunado al número de alumnos y grupos que cada docente atiende.
La escuela secundaria debe dirigir sus esfuerzos y encaminar sus acciones hacia la continuidad de los procesos formativos que los alumnos inician en preescolar y primaria. Así, promoverá su desarrollo como personas reflexivas y analíticas, capaces de tomar decisiones responsables que contribuyan a su formación como ciudadanos democráticos e íntegros.
El desarrollo de las competencias para la vida debe promoverse en los distintos trayectos de la Educación Básica. La meta es el logro del perfil de egreso en la educación secundaria para que la persona pueda continuar su desarrollo durante toda la vida.
La respuesta a estos retos demanda a docentes, alumnos, directivos y todo el personal de la escuela secundaria, incluidas desde luego las familias, integrar una comunidad de aprendizaje, que tiene como soporte fundamental el trabajo colaborativo. Esto implica, entre otros aspectos, que los docentes de una escuela compartan información y reflexionen juntos sobre las características de los alumnos; sus intereses, necesidades, fortalezas, problemas y los retos académicos que les plantea cada asignatura, así como el apoyo que necesitan de manera individual y en grupo.
Un desafío más de los docentes de secundaria consiste en relacionar la vida y los intereses personales de los alumnos con los temas, discusiones y aprendizajes que se desarrollan en el aula. Como se sabe, el aprendizaje significativo se obtiene mediante la vinculación de las motivaciones y preocupaciones de los adolescentes dentro y fuera de la escuela para lograr que consideren ésta como un espacio propio y realmente necesario para su desarrollo personal.
Por esta razón, es importante reconocer, respetar y valorar la diversidad de características e intereses que existen entre los alumnos, y considerar que esta diversidad se expresa de múltiples maneras; tanto en las formas en que responden a las tareas que la escuela les plantea, su disposición ante el estudio, su capacidad para solicitar apoyo a los compañeros y docentes, como en cuestiones más personales: la manera de valorar su propia participación en la interacción con los otros, su actitud frente al conocimiento, el saber y la cultura; su disposición o no para entender el aprendizaje como una tarea de interés y beneficio personal y social, el modo de afrontar los conflictos y la capacidad de tomar decisiones; además de los valores con los cuales se conducen en su vida diaria.
El desarrollo de las potencialidades de cada alumno en su proceso de aprendizaje constituye una responsabilidad que requiere acciones articuladas de la comunidad de aprendizaje. Por ello, el trabajo colegiado constituye un soporte para la atención de los alumnos, y lograrlo implica un reto más para la secundaria.
El trabajo colegiado aumenta las posibilidades de que los adolescentes encuentren en la escuela secundaria un espacio que enriquezca su desarrollo y de que hablen y reflexionen con docentes capaces de constituirse como interlocutores atentos, quienes, además de colaborar con su formación desde la especificidad de una asignatura, sean sensibles y muestren interés y disposición para acompañarlos, comprensiva y solidariamente como personas comprometidas con las tareas de la comunidad de aprendizaje a la que pertenecen.
La finalidad es propiciar el trabajo colegiado que favorezca constituir la escuela como un espacio
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