Los 3 Arboles
Enviado por karen.zarate • 25 de Febrero de 2012 • 3.266 Palabras (14 Páginas) • 512 Visitas
LOS TRES ÁRBOLES
Había una vez tres árboles en una colina de un bosque.
Hablaban acerca de sus sueños y esperanzas yel primero dijo: "Algún día seré un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Estaré decorado con labrados artísticos y tallados finos; todos verán mi belleza".
El segundo árbol dijo, "Algún día seré una poderosa embarcación. Llevaré los más grandes reyes y reinas a través de los océanos, e iré a todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza, fuerza y mi poderoso casco".
Finalmente el tercer árbol dijo: " Yo quiero crecer para ser el mas recto y grande de todos los árboles en el bosque. La gente me verá en la cima de la colina, mirará mis poderosas ramas y pensarán en el Dios de los cielos, y cuán cerca estoy de alcanzarlo. Seré el mas grande árbol de todos los tiempos y la gente siempre me recordará".
Después de unos años de que los árboles oraban para que sus sueños se convirtieran en realidad, un grupo de leñadores vino donde estaban los árboles. Cuando uno vio al primer árbol dijo: "Este parece un árbol fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero", y comenzó a cortarlo. El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría convertirlo en un cofre para tesoros.
El otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol: "Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al carpintero del puerto". El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino a convertirse en una poderosa embarcación.
El último leñador se acercó al tercer árbol; éste estaba muy asustado, pues sabía que si lo cortaban, su sueño nunca se volvería realidad. El leñador dijo entonces: "No necesito nada especial del árbol que corte, así que tomaré este". Y cortó al tercer árbol.
Cuando el primer árbol llegó donde el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era por lo que tanto había orado.
El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesto en un lago. Y vio como sus sueños de ser una gran embarcación cargando reyes había llegado a su final.
El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad de una bodega.
Años más tarde, los árboles olvidaron sus sueños esperanzas por las que tanto habían orado. Entonces un día un hombre y una mujer llegaron al pesebre. Ella dio a luz un niño, y lo colocó en la paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol. El hombre deseaba haber podido tener una cuna para su bebé, pero este cajón debería serlo. El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que había contenido el más grande tesoro de la historia.
Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa en la cual habían convertido al segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca. Mientras ellos estaban en el agua una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres. Los hombres despertaron al que dormía, éste se levantó y dijo:"Calma! Quédate quieto!", y la tormenta y las olas se detuvieron. En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que había llevado al Rey de Reyes y Señor de Señores.
Finalmente, un tiempo después alguien vino y tomó al tercer árbol convertido en tablas. Fue cargado por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al Hombre que lo cargaba. Se detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir en la cima de la colina. Cuando llegó el domingo, el tercer árbol se dio cuenta de que él fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la Cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en él.
Moraleja de esta historia: Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene un plan para ti. Si pones tu confianza en Él, te dará grandes regalos a su tiempo. Recuerda que cada árbol obtuvo lo que pidió, solo que no en la forma en que pensaban. No siempre sabemos lo que Dios planea para nosotros, solo sabemos que: Sus caminos no son nuestros caminos pero...sus caminos siempre son los mejores.
Bueno, si quereis pasaros y leer lo que se escribe por la página de la parroquia de Alboraya la dirección es: http://www.parroquiaalboraya.com/home.htm
En el libro de visitas hay cuentos, reflexiones... y opiniones de todo aquel que quiere escribir. También os recomiendo que leais la carta de la semana de Jovi (el párroco de Alboraya) que aparece en el butlletí.
Un abrazo para tod@s y dejad que Dios os guíe SIEMPRE
LA PREGUNTA
Lo vi esa mañana del 23 de marzo de 1998, sentado en un banco gris de la plaza Garay. Veinte pasos me separaban
de él. Mi ansiedad sólo uno.
Su longevo perfil me habló inmediatamente de ingleses,
portugueses y criollos. O más bien de sajones, celtas y
españoles. Observé que sus ojos (detrás de la ventana indecisa
de sus párpados), buscaban los sonidos de una ciudad olvidada
por otra Buenos Aires. No lo sé. Solamente mi recuerdo,
mutado por los días y las ganas, podrá a través de algún sueño o
algún lector, devolverme su espontáneo gesto perdido.
De sus superpuestas manos nacía un bastón color marrón
opaco. Su inmóvil cuerpo fue, por un instante, traicionado por
un leve movimiento de su cabeza. Pero tan leve y tan fugaz fue
éste, que hoy, cuatro años después, al querer describirlo, dudo
de su autenticidad. Nadie más habitaba esa extraña mañana
aquella plaza. Más recién ahora me percato de eso. Cuando
observamos inexorables un punto fijo, su entorno se torna
inútil e inexistente. Convirtiendo al observador en la persona
observada. Aún siendo el propio Dios el entorno de Lucifer.
En ningún momento me desconcertó lo irracional de mi
visión. Porque nunca (más allá de mi delatable euforia) creí
inadmisible un suceso semejante.
Aún entre sombras y lejanía pude descifrar que sus labios
modulaban un verso pausado, en un idioma, que a juzgar por
su fervor, bañaba su sangre. Palabras para nadie que como un
secreto descuidado compartió conmigo. Pues de aquel poema
en sus labios mudos, llegaron a mí los nombres Dickens, Wells
...