Los Dioses Rojos

En “Los orígenes del fundamentalismo en el judaísmo, el cristianismo y el islam”, Karen Armstrong nos habla de la historia de las tres grandes religiones monoteístas así cómo su paso hacia la modernidad trajo consigo la formación de grupos fundamentalistas (en todas las tradiciones) que se deben de estudiar no como movimientos aislados ultraconservadores sino como una consecuencia o reacción del proceso modernizador que busca en los orígenes y fundamentos respuestas que la religiosidad actual (o de cada época) no pueden contestar.

La tesis central de Armstrong es que al iniciarse el proceso que desembocaría en la modernidad, afectó a todas las tradiciones monoteístas que a su vez generaron movimientos reaccionarios. En el caso de los judíos, un nuevo estudio de los orígenes llevó al surgimiento de la cábala Luriana, en los musulmanes al cisma entre los shiítas y sunnitas y en el caso de los cristianos, a un resurgimiento de la interpretación literal de los escritos sagrados llevada a cabo por las religiones protestantes que rompieron cabalmente con la doctrina establecida. Todos estos regresos a los orígenes adquirieron su fuerza en momentos de tensión e incertidumbre política y se asentaron en la sociedad hasta que carecieron de sentido provocando el surgimiento de nuevos movimientos que seguían protestando contra el ethos moderno como se dio entre los grupos radicales del Estado de Israel, en los movimientos nacionalistas palestinos y en las sectas ultraconservadoras de Estados Unidos y el resto de los países occidentales.

Sin lugar a dudas, no podemos entender la historia contemporánea sin comprender el papel que jugaron todos estos movimientos reaccionarios en cada época. Para ello enfocaremos nuestro análisis en dos ideas que aparecieron claramente contextualizadas en “Los orígenes del fundamentalismo” pero que se explicaron marginalmente: el mythos y el logos.

Carl Jung llegó a validar la existencia de arquetipos autónomos que más allá de los complejos, estaban enraizados o extendidos en el mito colectivo. En otras palabras, Jung nos dice que la vieja mitología posee una colección de simbolismo la cual, si no puede ser discernida directamente de la lectura literal de ellos, poseen características interpretativas que son comunes en todas las mitologías. Para Armstrong, “la carencia de mitos en nuestra sociedad [ha conducido al desarrollo] de la ciencia del psicoanálisis para ayudarnos a explorar ese mundo interior”.

En “Lo sagrado y lo profano” Mircea Eliade arguye que lo sagrado (el mythos) se presenta como algo diferente a lo profano (el logos). Las hierofanías que se manifiestan en un objeto común convierte a ese objeto en otra cosa, sin dejar de ser él mismo. Lo que para el mundo profano y la conciencia moderna puede ser un acto meramente orgánico como la alimentación o la sexualidad para el hombre religioso es un sacramento o una comunión con lo

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