ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Los Frutos Del Ser Humano


Enviado por   •  18 de Febrero de 2014  •  3.517 Palabras (15 Páginas)  •  705 Visitas

Página 1 de 15

Los frutos del ser humano.

Empezamos con la definición de concepto de fruto, para mi es el termino de un buen proceso de todos los seres vivos (vegetales, animales y humanos) con los resultados del cuidado y atención que se tuvo dentro de ese proceso , obteniendo durante ese periodo una evolución en nuestra madurez, dicen que lo espiritual el crecimiento se puede dar en cualquier etapa, siempre y cuando se cubran ciertos parámetros .Dice el autor que “ el fruto es un producto que actualiza las potencialidades de los seres vivos para conservar las especies, aprovecha los órganos adecuados, el instinto, el trabajo, el ingenio, la imaginación y el entorno: tierra, aire, agua, etcétera” y que la potencia al acto, en el caso del fruto, es una fecundación que requiere de algo o alguien externo, pero no todo lo que se consigue tiene carácter de fruto pues, como dice Tomas de Aquino.- soló los actos humanos últimos y deleitables se llaman frutos, estamos acostumbrados a ver y a oír la palabra fruto en las plantas, pero nosotros mismos como seres vivos simulamos ser ese árbol que si esta en buena tierra crecerá , se reproducirá si tiene agua dará buenos frutos, el agua para nosotros seria tomando en consideración lo que dice el autor, seria nuestra inteligencia , nuestra voluntad, nuestros propios actos que darán frutos y estos animados por la espiritualidad que en ocasiones no son intangibles.

Los frutos que manifiestan el perfeccionamiento en la naturaleza humana.

En lo general, la dinámica afectiva se manifiesta como agrado o desagrado, provocando las reacciones de acercamiento o huida. La frontera de afectividad es imprecisa y muchas veces parece trenzarse más con lo corpóreo.

En los animales es un llamado imperioso a satisfacer las necesidades propias, en las personas queda impregnado de contenidos riquísimos porque se involucran y expresan sentimientos, recuerdos, deseos, etc. Y sobre todo, se manifiestan las esencias captadas; de allí emerge la amplia gama de símbolos y metáforas que sugieren y dibujan lo intangibles, por ejemplo, las dimensiones del mar sugieren la inmensidad; de ir y venir de las olas, la eternidad. Los símbolos y las metáforas al ser conscientemente valorados, actividad propia del ser humano, provocan la necesidad de conservarlos para reproducirlos y disfrutarlos con otros, no solo contemporáneos sino de tiempos futuros

El ser humano puede hacer valoraciones gracias a sus conciencia que es un dictamen de inteligencia, tales juicios están presentes aunque la persona, por su edad, no sea aún capaz de dictaminar, pues cuenta con la sindéresis, inclinación a hábito de los primeros principios en el ámbito moral, génesis de la conciencia, esto significa que un juicio no es una mera adecuación externa, sino la capacidad interior de discernir.

Por todo ello.

El hombre no vive en un universo puramente físico, sino un universo simbólico. Lengua mito, arte y religión.

Cualquier progreso humano en el campo del pensamiento y de la experiencia refuerza este tejido.

La naturaleza humana que todos tenemos en común determina el modo peculiar de ser de quienes la poseemos. En la naturaleza de la persona se encuentran las fuerzas elementales cuyo poder trabajará ella misma aprovechándolas en el mejor de los casos o desnaturalizándolas si la actividad se queda meramente en fines mundanos, triviales o artificiosos.

El ser humano y su naturaleza

El ser humano es intrínsecamente una unidad corpóreo-espiritual. La corporeidad está del todo informada y animada por el alma espiritual, cuya riqueza se manifiesta a través del cuerpo. Por la espiritualidad es una persona; por el cuerpo es individuo.

El alma humana actúa poniendo a trabajar las dos facultades que le son propias: inteligencia y voluntad, la primera actúa en el ámbito cognoscitivo. En cambio la voluntad opera en el ámbito apetitivo, (apetito superior o apetito espiritual humano). La inteligencia persigue la verdad; la voluntad, el bien procesos que se allanan con la educación. El cuerpo vivificado por el alma espiritual actúa gracias a sus órganos que a la vez forman parte de aparatos como el circulatorio, el respiratorio, el reproductor.

La inteligencia y la voluntad se influyen recíprocamente, en ocasiones se afirma la superioridad de la inteligencia y otras, la de la voluntad. Si se considera la inteligencia en si misma, resulta superior a la voluntad. Pues la inteligencia busca la razón misma del bien apetecible; en cambio, el objeto de la voluntad es el bien apetecible cuyo concepto está en la inteligencia. De modo relativo, la voluntad es a veces más excelente que la inteligencia, cuando su objeto es más noble que el de la potencia intelectiva. Así, es más noble amar a Dios que conocerlo.

En cuanto a la estimulación de las facultades, la inteligencia mueve a la voluntad porque le presenta bienes conocidos. Pero la voluntad mueve a la inteligencia como causa eficiente, para que ejecute o se aplique a sus respectivos actos: conocer, juzgar, estudiar, razonar, relacionar.

La manera de expresar lo meramente corporal o lo espiritual esta graduada por la afectividad que manifiesta el modo como se guían las pasiones, emociones y sentimientos, con mayor o menor independencia de lo físico.

La naturaleza se conoce a través de sus operaciones que en el caso de los humanos son las siguientes.

 Desarrollo de capacidades corpóreo-afectivo-espirituales(por el conocimiento y la realización libre del fin que se posee de manera implícita)

La pedagogía ha de ofrecer los medios para facilitar que el educando se acerque operativamente, con su inteligencia a la verdad y con su voluntad al bien. El afecto matiza lo corpóreo y lo espiritual.

La actualización del objeto de las facultades humanas se alcanzar con el ejercicio de las características de la persona- intimidad, comunicabilidad y libertad- sobre las propias facultades y el entorno.

La ética es la ciencia que califica el quehacer humano de acuerdo con la cercanía o lejanía que la persona logra con sus acciones, respecto al fin implícito en su naturaleza

Julian Marias señala tres áreas; la analítica, que descubre los requisitos o condiciones necesarias y por eso universales de la vida concreta; a esto corresponde lo proyectivo, el futuro, la libertad y la necesidad de preferir o elegir. En segundo lugar, la estructura empírica porque el conocimiento es experimental, pero no meramente accidental sino con carácter estructural permanente o al menos duradero; aquí quedan la sensibilidad, la condición sexuada y la posibilidad amorosa. El tercero es la concreción histórico-social, el modo de acontecer en el que se realizan

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (21 Kb)
Leer 14 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com