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“Los Niños de Hoy” Desarrollo de un nuevo paradigma en la Educación


Enviado por   •  22 de Octubre de 2015  •  Trabajo  •  11.788 Palabras (48 Páginas)  •  168 Visitas

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 “Los Niños de Hoy”

Desarrollo de un nuevo paradigma en la Educación

Abordaje de una nueva Conciencia del Hombre


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 “El Niño, la familia y el entorno”

Curso a distancia “Los Niños de Hoy” – www.caminosalser.com[pic 4][pic 5]

Introducción

No hay nada que ayude más a los niños que el propio cambio.

El mayor compromiso de un padre debería ser crecer. Su responsabilidad

mayor es encontrarse primero consigo mismo, para poder luego encontrarse con el niño.

Auto-educarse para educar. Sanarse para ayudar a sanar, y para no generar

heridas nuevas.

Pero ¿qué es encontrarse consigo mismo? ¿Qué es crecer o cambiar?

Tal vez es tomarse un tiempo de silencio para reflexionar, escuchar las propias preguntas, y buscar respuestas con sinceridad...

Puede ser también aprender a separar la propia vida adulta: limitaciones,

emociones, potenciales, de lo que es la vida del niño.

Si un padre no tiene claridad sobre su camino, si no se ha detenido a reflexionar qué le pertenece a él, y qué al niño, esto repercutirá en su relación con él.

Cuando no hay claridad en el rumbo de la vida, lo niños pasan a ser la meta: el punto de realización. Él niño es el que trae las felicidades y las tristezas, y cuando crece y se va, la angustia mayor.

Por supuesto que un niño nos traerá alegrías, preocupaciones, momentos inolvidables, intensos, profundos, pero nadie puede otorgarnos plenitud ni sentido a nuestra existencia.

Cuando un padre se siente dueño de su hijo, cuando lo exige y tiene más expectativas sobre la vida del niño que sobre la propia, está errándole al blanco.

La paternidad – maternidad es algo que trae grandes y profundas satisfacciones al ser humano, sin embargo, si depositamos allí algo que no corresponde, lo veremos en la relación con el niño, o repercutirá en un sentimiento dentro que nos dirá: “Sí, estoy feliz con esto, pero falta algo…”. Ese algo no se lo puede dar nadie. Es un encuentro con la propia completud.

Si usted desea ser un verdadero referente, aquí le dejo unas preguntas para facilitarle el inicio a la reflexión:

¿Le encuentra a su vida un sentido más allá de practicar la paternidad o maternidad? ¿Se siente un ser completo más allá del hecho de ser padre o madre?

¿Cuánto de su subjetividad le traslada al niño, cuánto de sus propias limitaciones?

Así como se evalúa al niño en lo que hizo bien o mal, ¿usted hace una autoevaluación de su forma de ser, sentir, pensar, hablar ante el niño o ante su propia vida?

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Curso a distancia “Los Niños de Hoy” – www.caminosalser.com[pic 6]

Una condición necesaria para ser un verdadero guía y educador de un niño de esta generación, es estar flexible y abierto al cambio, principalmente al propio.

Cuanto más nos acerquemos a nuestro bienestar, más dichosos y relajados nos sentiremos, porque más anclados estaremos en lo más verdadero: nuestro espíritu.

Esto se verá luego en nuestras relaciones: cuanto más armoniosas estén,

estarán hablando de nuestro estado interno.

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Curso a distancia “Los Niños de Hoy” – www.caminosalser.com[pic 7]

El adulto como guía espiritual[pic 8]

Los Niños de Hoy necesitan adultos anclados en sí mismos; adultos que estén en contacto con su espíritu, y que sientan este contacto como parte esencial de su camino.

Ellos nos recuerdan que para educarlos será esencial que el adulto esté comprometido con su camino, y que lo que se les dé, parta de la vida del adulto verdaderamente.

Esto no significa saberlo todo, no equivocarse o no dudar, se trata de estar despierto ante todos los sucesos vividos, y suceda lo que suceda, poder rescatar siempre el aprendizaje.

El Espíritu le da al ser humano la bendición de ser alguien único, de hacer

algo único, creativo e individual de su vida. Esto es lo que buscan los Niños de Hoy, adultos vitales, receptivos; atentos, abiertos y valientes para realizar cambios.

Cuando un niño percibe al adulto anclado espiritualmente, con verdadero compromiso sobre su vida, se entrega. Siente confianza y seguridad, y se entrega.

El Niño de Hoy está muy atento al estado interior del adulto que quiere educarlo. Nada de él es motivado, si el adulto que está delante, no porta su verdadera impronta.

Muchos de los actuales problemas en la educación se desprenden, de que el adulto aún no se ha encontrado consigo mismo. No tiene poder sobre su vida, le teme al cambio, desconoce su mayor potencial o lo evita, se siente

inseguro de sí mismo, y esta inseguridad y pérdida de rumbo la lleva a todo lo que hace.

El Niño de Hoy necesita adultos verdaderamente contenedores, que se sientan capaces de llevar adelante una educación viva y plena. Necesita espacios que ofrezcan actividades con sentido; adultos que le encuentren sentido a lo que hacen. Lo que muchas veces hemos llamado “pasión”, esto es lo que buscan

en los adultos. Pasión, que es amor en estado de acción; y para que haya

amor, debe haber un espíritu latiendo en lo que hagamos.

Mientras esto no aparezca, el niño permanecerá indiferente, dormido en apariencia, difícil ante el análisis social. Este niño irá de aquí para allá insatisfecho, pidiendo guías, contención, y rechazando a todo aquel que no la ofrezca.

El modelo social nos ha llevado hacia el repetir y obedecer a otro que “sabe más que yo”. ¿Acaso, por esta razón, no nos encontramos ante una sociedad débil espiritualmente, perdida de su rumbo esencial, buscando el sentido a tientas?

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