Los Pobres Nacen Ciegos

LOS POBRES NACEN CIEGOS.

Por: Josué Ramón Álvarez

Cuando se es pobre, los libros, los pinceles, los violines, los tutúes, las cámaras fotográficas y todo lo que signifique un medio para llegar al arte, perecen objetos sagrados o al menos prohibidos por el resto de humanos, y entonces las bellas artes se convierten en algo inaccesible y la dignificación del hombre por medio de ellas, pasa a ser un verdadero privilegio. Al menos en lo que a las expresiones del arte legitimadas por la sociedad se refiere, es decir, a lo que todo el mundo acepta como bello y como arte, aclarando que no estoy diciendo que sea esta la única posibilidad de arte, pero aunque esta sea nada más una visión de belleza, no se puede negar que es una verdad artística deseable y que los pobres estamos vedados de ella. Quiero comenzar referirme al tema de distinción en el acceso a las artes , apoyándome en un hecho de una conferencia universitaria que versaba sobre ética deportiva, el expositor, un experimentado catedrático universitario, hizo una fuerte crítica a la negligencia del estado en el apoyo hacia las artes y deportes; a la cultura en general. Una a de mis compañeras, ex estudiante de de la Escuela Nacional de Música, alzó la mano y la voz , y compartió un comentario de una de sus maestras, “en un país donde a veces no hay qué comer, las artes se convierten en un lujo” el licenciado simplemente se llamó al silencio. He aquí un pensamiento al que me adhiero.

Y quiero partir desde mi experiencia; crecí en uno de los barrios marginales de la Comayagüela, comíamos todos los días, pero a costillas de penurias maternas y con dificultad fuimos a la escuela pública, a mi madre, jamás se le pasó por la cabeza que pudiera yo o cualquiera de sus hijos, llegar a ejecutar un instrumento musical, pintar, practicar danza o actuar. Lo que ella proyectó siempre para nosotros, era, estudiar una carrera a nivel de secundaria, que trabajáramos y si era deseo nuestro, continuar con los estudios universitarios, circunstancialmente he sido el único de tres , que con mucha fortuna, ha llegado al nivel universitario e incursionado en el mundo de las artes. De hecho, estudié, no obligado pero si influenciado, un bachillerato en Mecánica Industrial, que por no decir nada, muy poco me gustaba , pero que se avizoraba esperanzador en cuanto a remuneración se refiere, no tanto así en relación a realización personal, porque siempre preferí las artes.

Cuando hay grandes dificultades económicas, nadie piensa en las artes, aunque haya una necesidad de lo estético o de crear , porque ellas implican un gasto extra, ya sea que estas se disfruten o se practiquen. La práctica de las artes no significa un escape expedito a las peripecias económicas que cualquier familia de Honduras u otro país con la economía deprimida, paradójicamente cuando un artista se gana un nombre, o sea que se legitima como buen artista, resuelve su vida, desde el punto de vista material, esto, al menos en algunos países, pero ese no es el tema que ahora me atañe. No hay interés, porque el medio donde Juan o Pedro se desenvuelven no está impregnado de ellas (hablo de las bellas artes), no forman parte del ambiente, y para un niño pobre son cosas etéreas, de novelas y películas.

Hay una variable que quizá algunos podrían pensar, no he tomado en cuenta, se puede alguien preguntar: ¿No son Las instituciones educativas nichos de fomento de las bellas artes y apertura de oportunidades hacia ellas? En teoría debe serlo, pero realmente los centros educativo, al menos donde yo hice mi camino académico y otros que he conocido, no lo son, debo decir que egresé de educación primaria sin saber si quiera qué cosa era un poema, y los cuentos los conocí por medio de la televisión, y si existe un acercamiento hacia las artes es paupérrimo Pero es que en la escuela pasa lo mismo que en las familias, lo importante son los estudios del español (hablar, leer y escribir bien) y matemáticas, se piensa que el país no necesita artistas sino que necesita de emprendedores, ejecutivos y profesionales de la ciencia, aunque esto no se diga de manera explícita, y no está mal, y no digo que no se necesite, pero, que estas ramas de realización profesional sean necesarias, no implica una exclusión de los artistas. Además como plantea Pierre Bourdieu, el sentido estético, el gusto del oído o de ojos se forma en el ambiente del niño o del joven, en el acceso a los museos, a la lectura, al teatro, y se sabe que los pobres no hacen eso, entonces, desde que se nace en determinado

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