Los Trabajadores Y La Relacion Industrial
Enviado por eimmy07 • 6 de Julio de 2011 • 9.806 Palabras (40 Páginas) • 853 Visitas
LOS TRABAJADORES Y LA RELACIÓN INDUSTRIAL
Las relaciones industriales o RR.II. refieren al vínculo que se establece entre la parte administrativa de una empresa y los trabajadores. Muchas veces, la relación se entabla entre los directivos y el sindicato (en representación de los trabajadores).
Se trata de un conjunto de normas, procedimientos y recomendaciones que se desarrollan con el objetivo de alcanzar la eficiencia y cumplir con los objetivos de la empresa.
Las relaciones industriales como disciplina surgen de la creencia de que la principal ventaja competitiva de una empresa es su gente, es decir, las personas que trabajan en ella. Por lo tanto, para el éxito de los negocios de la empresa, es imprescindible que sus directivos y empleados trabajen en armonía en pos de los objetivos empresariales.
Los responsables de recursos humanos deben seleccionar, formar y entrenar a la fuerza laboral de forma adecuada para que ésta logre su desarrollo personal y profesional. De esta manera, la empresa contará con empleados motivados que impulsarán sus acciones.
Cabe destacar que los actores que intervienen en las relaciones industriales son los ejecutantes de las reglas que gobiernan su convivencia. Este es un proceso activo, donde se crean reglas o se adaptan las existentes según el contexto. Por eso, la tarea de las relaciones industriales es administrar e interpretar los procesos productivos, donde estas reglas funcionan como guía.
Hay reglas que son generales (se originan en el gobierno, por ejemplos aquellas que fijan el salario mínimo) y otras que son particulares (dependerán del grado de institucionalización del sector y la empresa).
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
EL ANTIGUO RÉGIMEN
Las enormes transformaciones económicas que conocerá Europa (comenzando estos cambios Gran Bretaña) a partir del siglo XVIII modificarán en gran medida un conjunto de instituciones políticas, sociales y económicas vigentes en muchos países desde al menos el siglo XVI que suelen denominarse como El Antiguo Régimen. El nombre fue utilizado por primera vez por dirigentes de la Revolución Francesa en un sentido crítico: los revolucionarios pretendían terminar con todo lo que constituía ese Antiguo Régimen. Aquí nos ocuparemos fundamentalmente de los aspectos económicos, aunque dando también las claves básicas para comprender las instituciones políticas y sociales de esta época.
POLÍTICA Y SOCIEDAD EN EL ANTIGUO RÉGIMEN
En cuanto a la política la forma del estado durante el Antiguo Régimen es la Monarquía Absoluta. El rey considera que su poder es de origen divino (Dios ha delegado en él) y, por tanto, ilimitado (sólo responden ante Dios). Los monarcas absolutos concentran en sus manos el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial, mandan sobre el ejército y todas las instituciones del estado. El estado en su conjunto (incluyendo sus habitantes-súbditos) no son sino una propiedad personal del Rey.
Las sociedades del Antiguo Régimen se caracterizan por tener una población estancada, sometida periódicamente a las llamadas crisis de subsistencia, y que aún no han conocido la revolución demográfica que hará crecer la población europea a ritmos nunca antes conocidos. Se trata de una sociedad formada por grupos muy cerrados: la sociedad estamental.
La sociedad estamental se caracteriza por la desigualdad legal entre los diferentes grupos sociales o estamentos. De un lado distinguimos el grupo de los Privilegiados, constituidos por la nobleza y el alto clero, que poseían enormes riquezas provenientes de las rentas de la tierra y gozaba de exenciones fiscales -estaban excluidos del pago de varios impuestos-, eran juzgados según leyes distintas a las del pueblo, y se reservaban los cargos más importantes del ejército, la iglesia y el estado.
De otro lado tendríamos al estamento no privilegiado (o tercer estado), que no era un grupo nada homogéneo, pues cabían en él, desde ricos comerciantes y banqueros (que nada envidiaban a la nobleza en cuanto a riqueza) hasta el más humilde de los campesinos, pero que tenían en común el hecho de ser quienes sostenían económicamente el país con su trabajo, y el estado con sus impuestos. El tercer estado constituía habitualmente 9/10 de la población, de ellos la mayoría campesinos pobres.
LA ECONOMÍA DEL ANTIGUO RÉGIMEN
Las economías tienen una fortísima base agraria: dos tercios, incluso tres cuartos de la población se ocupan de tareas agropecuarias. Se trata de una agricultura en general caracterizada por su bajísima productividad, por estar dirigida al autoconsumo (el campesino piensa fundamental en alimentarse directamente el mismo y sus familias con el producto de sus tierras) y no a la comercialización, y por la utilización de técnicas y herramientas que apenas han conocido cambios en varios siglos: la utilización del arado romano sigue siendo general en casi toda Europa y el mantenimiento del barbecho (dejar sin cultivar cada año un tercio o la mitad de las tierras para que esta recupere sus nutrientes) en la rotación de cultivos como técnica de fertilización de las tierras.
Además en muchas zonas se conservan estructuras del llamado régimen señorial típicas de la Edad Media: muchos campesinos en teoría hombres libres, debían sin embargo pagar impuestos a su señor (normalmente algún gran propietario de la zona con un título de nobleza o algún cargo eclesiástico) en forma de pagos en moneda, en especie (una parte de la cosecha) o personal (trabajando gratis durante varias jornadas en las tierras del señor). Además estos campesinos debían aceptar la autoridad judicial del señor y estaban obligados a utilizar (pagando) el molino o el lagar, e incluso a pedir su autorización para casarse. Todavía en el siglo XVII en muchas zonas de Europa esos campesinos tenían prohibido moverse de sus tierras y buscar otro trabajo, obligación que heredaban sus hijos. Sin embargo este sistema señorial se había debilitado con la peste que diezmó la población europea desde fines del siglo XIV: los señores debieron "aflojar" la presión sobre los campesinos. En los siglos XV y XVI, con la mayor circulación monetaria muchos campesinos cambiaron sus obligaciones por pagos en dinero. Además las monarquías absolutas recortaron el poder de los señores, en especial su capacidad para ejercer justicia y cobrar impuestos. De esta manera, mientras en algunos países del este de Europa el régimen señorial sigue vigente de lleno, en Gran Bretaña ya casi ha desaparecido, lo que es considerado por muchos historiadores como favorable para la modernización de la agricultura y de la economía en general que se producirá en este país a partir
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