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Los Valores Morales


Enviado por   •  20 de Febrero de 2013  •  2.784 Palabras (12 Páginas)  •  456 Visitas

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LOS VALORES HUMANOS. BREVE EVOLUCIÓN HISTÓRICA

Los intentos de encontrar una definición del concepto de valores humanos han tenido lugar desde tiempos remotos, así fueron del interés de representantes de la filosofía como Platón para el cual valor "es lo que da la verdad a los objetos cognoscibles, la luz y belleza a las cosas, etc., en una palabra es la fuente de todo ser en el hombre y fuera de él. Por su parte, Aristóteles abordó en su obra el tema de la moral y las concepciones del valor que tienen los bienes. El pensamiento filosófico de los siglos XVII y XVIII donde se desarrolla el concepto de valores humanos sobre la base de que el valor de todos las cosas es su precio dado por el propio hombre, lo cual presupone la persistencia de una concepción subjetiva del término tal como lo sustenta el filósofo materialista inglés Thomas Hobbes (Primera mitad del siglo XVII).

Hasta este momento de la historia de los valores y luego en la axiología burguesa, se expresa el significado externo de los objetos para el hombre, se hace un análisis idealista subjetivo, y desde este punto de vista los valores se reducen a propiedades naturales.

Otro momento que da continuidad a la evolución del concepto de valores humanos se encuentra en el pensamiento clásico alemán de finales del siglo XVIII y principios del XIX, donde este concepto se eleva sobre la noción del bien vinculándola con significaciones económicas pero siempre determinados por la posición del hombre como punto de partida, la cual le da permanencia a un enfoque subjetivista del problema.

En la segunda mitad del siglo XIX, con la agudización de las contradicciones propias de la sociedad capitalista, es cuando el estudio de los valores ocupó un lugar propio e independiente en la filosofía burguesa convirtiéndose en una de sus partes integrantes.

Posteriormente diversos investigadores y estudiosos del tema aportan definiciones desde las más simples hasta las más generales.

Zaira Rodríguez aborda los valores con una diferenciación entre los valores de las cosas (valores objetivos) y valores de la conciencia (valores subjetivos). Para esta autora los valores como objetos o determinaciones espirituales no son otra cosa que la expresión concentrada de las relaciones sociales.[3]" Por lo que finalmente los valores tienen un carácter objetivo.

Según González Rey, "los valores son todos los motivos que se constituyen, se configuran, en el proceso de socialización del hombre (...) Un valor se instaura a nivel psicológico de dos formas: los valores formales, que regulan el comportamiento del hombre ante situaciones de presión o control externos, y creo que no son los que debemos formar, y los valores personalizados , expresión legítima y auténtica del sujeto que los asume, y que son, en mi opinión, los valores que debemos fomentar...[4]

Hay que reconocer que existen valores universales propios de todos los seres humanos y esos valores poseen las características propias de una generación; y de un lugar específico del mundo.

El mundo de hoy inmerso en profundas crisis económicas, políticas, financieras y sociales retoma un nuevo redimensionamiento de los valores humanos, pero es necesario primeramente, identificarlos y determinar cuál es el contenido de ellos en la generación de hoy, en correspondencia con las condiciones en que se vive. Esa es la tarea que se tiene planteada en estos momentos para poner en el lugar que le corresponde, para perfeccionar su actitud y para hacerlo más efectivo en su papel.

Es necesario aclarar que el valor humano depende en lo fundamental del medio social en que se desenvuelve el hombre, porque se relaciona con la forma en que se asimilan esas condiciones sociales. De ahí que hay que preparar al hombre para que responda al medio social en que vive y esto está estrechamente relacionado con los valores humanos.

Según Milton Rokeach, profesor de la Universidad de Míchigan, el valor "es una convicción o creencia estable en el tiempo que un determinado modo de conducta o una finalidad existencial es personal o socialmente preferible a su modo opuesto de conducta o a su finalidad existencial contraria.

Aquí se demuestra el carácter estable y duradero de los valores formados en las personas. Advierte que a cada valor le corresponde un antivalor que son los que hay que combatir.

Otra interesante interpretación la hace el Dr. Antonio Pascual Acosta, Consejero de educación y ciencia de la Junta de Andalucía quien define los valores humanos como:

"Ideales que actúan al modo de causas finales, esto es, son, por una parte, el motor que pone en marcha nuestra acción y, a la vez, la meta que queremos alcanzar una vez puestos los medios adecuados. Por lo tanto, los valores son finalidades y no medios y, por ello, estimables por sí mismos y no con vista a alguna otra cosa"

Los valores se pueden clasificar en valores éticos-morales, político-ideológicos, socio-culturales, artísticos, estéticos, ambientalistas, etc.

Sin dudas que no son estas las únicas clasificaciones o agrupaciones de valores que existen, pero son entre otras las más trabajadas.

La formación de valores se debe iniciar en la familia y extender con marcadas fuerzas a las instituciones educativas, donde el niño comienza a apreciar y percibir sentimientos y valores elementales de convivencia grupal y social de acuerdo con sus años de vida.

Hay que desarrollarlo en todos los niveles de enseñanza, transitando desde la educación infantil hacia la educación superior. Se debe acrecentar notablemente en este último, de manera que cada nivel de enseñanza cumpla con el deber que le corresponde, considerando el nivel de profundidad requerido.

Pero es más bien un proceso que se extiende como tendencia a toda la vida del hombre, pues éste siempre está abierto a influencias positivas o negativas sin excluir, claro está, la incidencia de modelos-padres, maestros, figuras políticas, pensadores – y el decisivo aporte del arte, la literatura y los múltiples medios de comunicación masiva en su conjunto. Estos últimos se convierten en trasmisores y modeladores de un estilo específico de vida.

La educación en valores no es algo nuevo en el ámbito educativo, ni debe verse necesariamente como algo añadido, o como una simple orientación más que se convierte en algo externo y formal; no pueden entenderse solo como un tema más sino como toda una proyección estratégica de la escuela. Su importancia es, por tanto, de ayer, de hoy y de siempre; y su urgencia actual se debe, entre otras razones, a las difíciles condiciones que sufre nuestro país.

Trabajar desde lo educativo para que el maestro alcance una profunda formación cultural,

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