Los tres directivos y la crisis feroz

Autor: Paco Muro

EL PEZ QUE NO QUISO EVOLUCIONAR

Los animales acuáticos fueron convocados por la tortuga ya que el nivel del agua en los últimos años había descendido. La tortuga hizo reflexión que “eso ya lo había visto en otras zonas y pronosticaba que se aproximaban siglos de sequía”.

Todos pensaban que no había razón para convocarlos ya que había agua de sobra. La tortuga insistió y comento que todavía estaban a tiempo para sobrevivir y esto sería a través de la EVOLUCION. La tortuga ofreció entrenamiento para que cada día que pasara cada uno de los habitantes se preparara para sobrevivir fuera del agua así como cambiar paulatinamente la alimentación.

Todos menos el Barbillo, se negó a participar pareciéndole exagerado todo lo que estaban haciendo, pronto llego el tiempo de sequía y el Barbillo al no estar preparado para sobrevivir fuera del agua comenzó a estar en agonía justo entonces pasó la tortuga a su lado y le dijo.

- “Tuviste la misma oportunidad que los demás, en este mundo de cambios constantes, evolucionar no es una opción, es una obligación para sobrevivir” –

-

El Barbillo lejos de comprender se compadeció de el mismo, la tortuga solo pudo decirle que al igual que el tuvo la oportunidad de evolucionar y aún cuando le hizo por no tomarlo en serio se quedo mediocre pero ha aprendido y seguirá esforzándose para seguir evolucionando. El Barbillo murió en el barro, en el barrizal de los inmovilistas, de los que no quieren cambiar, en el lodo de los mediocres que embriagados por la abundancia de hoy no saben ver la necesidad de cambio, de evolución, para seguir existiendo mañana.

Al igual que el pez hay muchos trabajadores que no quieren evolucionar con el mundo moderno.

LOS TRES DIRECTIVOS Y LA CRISIS FEROZ

Eranse una vez tres directivos que decidieron poner en marcha un negocio, cada uno tenía una capacidad de compromiso y trabajo diferente.

El primero, decidió construirlo con escasa estructura, personal económico y mínimas inversiones. El segundo gustoso de la imagen y de las apariencia puso una elegante oficina y publicidad elegante. El tercero construyó una empresa sólida con valores éticos y personal altamente capacitado.

El primero tuvo ingresos inmediatos por sus bajos precios y su servicio mediocre quedaba oculto por la alta rotación del cliente. El segundo tardo ligeramente en ver los ingresos ya que por su excelente imagen cautivo a los clientes. El tercero en base a su filosofía tardo un poco más pero conforme pasaba el tiempo consolidaba más su empresa.

Llegó la crisis tanto al primero como al segundo golpeo sin misericordia ya que sus empresas no se encontraban tan sólidas como el tercero, este último gracias a sus valores empresariales convertían la tempestad en oportunidades. Un día recibió la visita de sus viejos compañeros y escuchó paciente sus penas y males, cuando acabaron de lamentarse les dijo:

“Amigos, se recoge lo que se siembra, y siempre han de venir malos tiempos, pues todo año tiene su invierno”.

REESTRUCTURAR CON EL METODO DE LA HORMIGA

En un período de recesión económica una empresa con una plantilla sobredimensionada, se planteó un reajuste de personal para su supervivencia la cual se llamaba la Hormiga, S.A.

La forma más rentable de reducir costos fue eliminarle una pata a la hormiga, así lo hicieron y fue exitoso; sin embargo la recesión duro más de lo previstos y tuvieron que quitarle otra pata a la hormiga.

Con sus 4 patas la hormiga continuo caminando como pudo, en pocos meses el rendimiento de la hormiga bajó y lo que parecía una solución se convirtió en un mayor retroceso. Ante tal situación había que tomar decisiones drásticas “Quitaron otra pata a la hormiga”. A pesar que la recesión tocaba claramente a su fin y empezaba una recuperación que exigía aumentar la velocidad.

Incomprensiblemente la hormiga no daba la talla, a pesar de las reestructuraciones oportunas, las reingeniería de procesos y un plan de disminución de coste los resultados eran negativos. El comité se volvió a reunir para tomar decisiones y el resultado final fue “nuevamente eliminar otra pata”, esta práctica la realizaron nuevamente hasta que la hormiga ya no pudo sostenerse a pesar de las implementaciones de mejoras hechas por los directivos.

La hormiga acabó por morir de hambre. Recortar gastos comerciales ó disminuir personal secundario son actuaciones típicas de empresas que actúan con escaso talento.

Dejar a la hormiga paralítica nunca ha sido ni será la solución. La formación y la publicidad de calidad bien hecha son gratis, ya que revierten más de lo que cuestan.

MI COCHE NO ANDA

Un ejecutivo, preocupado por una pérdida de potencia de su vehículo se dirigió a un taller para dar con la pieza defectuosa.

Se revisó la transmisión, la inyección, la dirección asistida o lo que es lo mismo, el departamento financiero, el comercial, el de producción, etc., y todos ellos daban muestra de un desgaste. Después de revisar cada uno de los departamento y sin hallar fallas tuvieron que llamar a un viejo mecánico basado en experiencia. Tras darse una vuelta con el coche y tocar un par de cosas, dio sus conclusiones al jefe del taller. , ¡Peró oiga! ¿Cómo se atreve?, salto enseguida el propietario.

< No, si no digo que hay que cambiarle a usted, le sugiero que modifique su forma de conducir, y ya verá los resultados>

Cuando las empresas empiezan a “no andar”, ¿no deberíamos los directivos empezar a buscar el posible problema mirándonos al espejo?.

Como dijo Heráclito: “El camino de subida y de bajada son el mismo” .

Una vez alcanzado un estadio superior, para seguir ascendiendo hay que buscar un nuevo camino, una nueva forma de hacer un nuevo organigrama,

...