LÍDERES Y EDUCADORES Análisis
Enviado por vera0510 • 2 de Septiembre de 2014 • 1.703 Palabras (7 Páginas) • 379 Visitas
No hace mucho la labor educativa era vista como la profesión más significativa de todas, los maestros eran el ejemplo para una generación de ciudadanos, de conducta y carácter basados en valores y conocimientos. Lastimosamente la forma de enseñar se destacaba por la rigidez y poco contacto armonioso entre los docentes y los alumnos, el proceso se llevaba a cabo de una forma casi mecánica, donde el aprendizaje era memorístico y no incitaba a la reflexión.
Sin duda alguna todo este proceso ha cambiado, la educación se enfrenta hoy en día a la era de la comunicación e información, la cual está al alcance de todos aquellos que tiene acceso a una computadora y como consecuencia la labor del maestro “necesita una trasformación”. Este movimiento trajo consigo nuevos descubrimientos y a estos unos más, es decir que en cuestión de horas el conocimiento que se tiene se vuelve obsoleto, una constante reforma precisa de una modificación que pueda seguir el paso del mismo progreso.
Muchos países ponen en manifiesto que su prioridad es la educación, se determinó que la ignorancia de los ciudadanos iletrados no permite el desarrollo de una nación y sumándose les, los miles de problemas que aquejan a la población tales como: la pobreza, la desnutrición, el hambre….etc. Por lo tanto la educación proyecta hacia un futuro prometedor ¡pero¡ para llegar a ese entonces ¿Qué necesitamos? El sistema educativo debe de contemplar todas las posibilidades que potencialicen este proceso, no basta con la simple intuición de querer mejora la educación en sí, es necesario generar cambios que abran paso a los avances y permitan a los alumnos un aprendizaje significativo.
El cambio revolucionario vino a poner en jaque al maestro y su forma de enseñar, cuestionándolo sobre sus acciones dentro del salón de clase y lo invito a ver con más claridad por que hacen lo que hacen “En que contribuye su labor al desarrollo de su comunidad y de la Nación en general” el maestro ha de considerar su vocación más allá de una remuneración económica, tomando conciencia de lo importante que es su profesión, dejando a tras todo acomodamiento y desanimo, para renacer de las cenizas, convirtiendo su tradicional manera de enseñar en un proceso que marcará a una generación, capaz de proponer las acciones que lleven el compás del progreso.
En el pasado el docente era el poseedor absoluto del conocimiento, el cuál fue trasmitido por muchos años con un solo protagonista –el maestro- el estudiante no tenía la voluntad ni el fundamento necesario para confrontar el pensamiento de esté, limitándose a recibir y recitar las ideas que el profesor imponía. Esta situación trajo como consecuencia que el docente se acomodara y dejara de interesarse por crear mentes capaces de reflexionar y pensar por sí solas.
Ahora se requiere que el maestro reconozca que no es el poseedor del conocimiento, la relación educativa es bilateral ambos aprenden uno del otro, por lo tanto a de valorar la inteligencia y criticidad de sus estudiantes. Su misión se enfoca en entender las diferentes maneras de aprender de los estudiantes, potencializando sus habilidades de interacción para convertirse en meros colaboradores capaces de realizar trabajo en conjunto con el fin de consumar las metas propuestas.
¿Qué papel desempeña el maestro? El maestro desarrolla un papel crucial dentro de la liberación de pensamiento del estudiante; la historia de nuestra sociedad ha enmarcada nuestras mentes y pensamientos, el progreso experimento con la población, primero los que poseían la tierra eran los que más recursos tenían para sobrevivir, después las grandes fábricas manufactureras requerían del servicio de mano de obra de campesinos que no podían seguir con sus siembras, y requerían de un salario que supliera sus necesidades y de esta manera era visto como recurso humano o fuerza de trabajo (no indispensable la habilidad intelectual), posteriormente las fabricas abren sus puertas, requiriendo la capacidad de ejecutar máquinas capaces de remplazar el trabajo humano, dejando sin empleo a muchos, aquí surgía las primeras instancias de requerir a personas con mano calificada (sus funciones eran ejecutadas en orden jerárquico).
Para entonces las personas eran instruidas y formadas para desempeñar un trabajo que rindiera lo suficiente para vivir lo mejor posible, las escuelas preparaban a los estudiantes para cumplir con el rol que la sociedad solicitaba (las empresas). Se tenía la idea que los estudiantes necesitaban aprender a recibir órdenes, ejecutar instrucciones, todo esto garantizaría que ellos tendrían un trabajo seguro y estable; sin contemplar la posibilidad de que está percepción cambiaria años más tarde, la sociedad acuno el progreso en manos de la tecnología y la informática, dando un giro de ciento ochenta grados, pues no solamente ya no era indispensable que el estudiante fuera un robot mecánico.
Y es precisamente a este punto donde se quería llegar, pues es aquí donde la labor educativa emprende cambios significativos en la labor docente, pidiéndole dejar aún lado los procesos memorísticos a los que se estaba acostumbrado en las aulas, retando al impartidor del conocimiento a accionar las mentes adormiladas de los estudiantes, acomodados y acostumbrados
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