MI MUNDO DE VIDA ESCOLAR

MI MUNDO DE VIDA ESCOLAR

    Ser maestro es una carrera de vida,  en una experiencia que se disfruta y se padece, se inventa y se reinventa.

    Elegí la docencia porque siento que nació en mí. Crecí rodeada de familiares docentes, la más cercana y gran influyente en mí  ha sido mi madre. Desde muy pequeña cuando me preguntaban que me gustaría ser de grande, mi respuesta era “Quiero ser maestra”.  La vida en un hogar de docente me hizo admirar más a mi madre y  comprender que  es una carrera de vida porque es una de las profesiones que requiere la mayor parte de nuestro “tiempo libre”; implica muchos compromisos que no cubren en el tiempo destinado a la jornada escolar como por ejemplo estar en constante actualización, planear las clases, revisar tareas, preparar eventos cívicos, participar en eventos culturales tanto de la escuela como de la comunidad, conocer el contexto y sobre todo cuidar su imagen ante la sociedad. Conlleva una responsabilidad que debe ser asumida con profesionalidad, requiere sensibilidad para poder atender las necesidades de aprendizaje de los alumnos exigidas por el entorno social y cultural en el que se encuentran. Desde allí  comenzó mi interés por esta vocación y hoy sigue vigente. Con mucha convicción cursé mis estudios  en la Universidad de Oriente (UDO) núcleo -Sucre de donde egresé obteniendo el título de Licenciada en Educación Integral, mención Lengua.

   Mi labor como docente inició en el año 2006 al ingresar a la institución educativa Liceo Bolivariano “Creación Cantarrana” en donde hasta la fecha laboro.  Ingresé formando parte del personal docente de aula, siendo responsable de 36 horas  impartiendo conocimiento en varias asignaturas a estudiantes de educación media general. Desde ese momento, al asumir por primera vez un aula de clase, supe que tendría que enfrentar muchos retos y que no sería fácil querer cambiar la vida de nuestros estudiantes a través del aprendizaje; que cada paso que diera sería crucial en la vida de otra persona; pero aun así lo hice con mucho entusiasmo y dedicación

Desde entonces, durante mi práctica docente en la institución he vivido experiencias enriquecedoras, me he nutrido tanto de lo positivo como de lo negativo y me he dedicado no a impartir conocimiento de un área de formación específica, sino a hacer lo posible por la formación integral de los estudiantes. A diario he recibido  sonrisas, inquietudes, sugerencias, agradecimientos, dudas y sobre todo, aprendizaje; porque gracias a quienes enseñamos, aprendemos un poco más todos los días.

    Durante los 12 años de servicio en esta institución he compartido mi labor con gran parte del personal docente, administrativo y obrero comprometido con el proceso de enseñanza aprendizaje y con la integración escuela comunidad, así como también he observado que existe parte del personal que no muestra compromiso por dicha labor, a pesar de que es alto el porcentaje de ellos que viven en la comunidad y por tanto deberían participar activamente en pro del bienestar de todos los que la conforman. No ha sido fácil que comprendan que  es competencia de todos el cumplimiento de las normas de convivencia escolar,  la búsqueda de soluciones a la deficiencia en el servicio de electricidad y de agua potable, la falta de seguridad en algunas áreas y otras debilidades que presenta  la institución no sólo en infraestructura sino en todo lo concerniente al proceso de enseñanza aprendizaje. Estas  se han ido detectando año tras año y se han aplicado diversas estrategias para abordarlas de la manera más conveniente para todos los miembros que hacen vida dentro y fuera de la institución.

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