MIOLOGIA.

Miología

Osorio, Karollan; Ramírez Ipuz, Juan Carlos                                                   Fisiología

Licenciatura en Ciencias Naturales: Física, Química y Biología

Universidad Surcolombiana, Neiva (H)

El ser humano es un complejo de células, que forman un organismo autónomo y capaz de realizar acciones propias por sí mismo. Para iniciar hablar de miología (estudio de los músculos) es necesario dar un vistazo desde el punto de vista micro hasta llegar a macro.

Desde el punto de vista microscópico, los musculos en su mayoría son originados en los discos embrionarios, exactamente en el mesodermo, a medida del crecimiento del embrión  estas células van diferenciándose y formando cada uno de los tipos de músculos. Estos musculos son originados a partir de uno de los tejidos primordiales o primario denominado tejido muscular; este tejido se especializa para la contracción o movimiento del organismo humano, pero a su vez este tejido se clasifica en tres (3) tipos: esquelético, muscular y liso.

Una manera de diferenciar estos tejidos está basada en las acciones que realiza, al igual que sus características propias. El tejido muscular esquelético se le conoce también como voluntario, pues se le denomina así debido a que este tipo de tejido es controlado conscientemente; el tejido muscular cardiaco se identifica por la presencia de discos, compuestos de células cortas, además solo es encontrado en el corazón, por otra parte comparte una característica con el tejido muscular esquelético, es que ambos son musculos estriados, pero el tejido muscular cardiaco no es controlado conscientemente; el otro tipo de tejido muscular, el liso,  carece de estriaciones y su mecanismo de contracción es muy diferente a los anteriores. El tejido muscular esquelético está asociado al hueso porque permite su  movilidad, aunque este tipo de tejido se asocia a movimientos de huesos hay excepciones a este patrón, por ejemplo la lengua, parte del esófago, el esfínter anal, y diafragma, están compuestos por este tejido, pero cuando se contrae con causa ningún movimiento en el esqueleto, por eso se le conoce como voluntario, aunque también  hay una excepción, pues el diafragma constituido por este, no es voluntario, pues si se controlara conscientemente el ser humano debería estar consciente de que el diafragma se relajara y se contrajera de forma continua para poder generar el proceso de respiración, pues el pensar de que si olvidáramos por un minuto de realizar esta acción podríamos morir asfixiados por la falta de inspiración de oxígeno, elemento indispensables para la homeostasis corporal.  

El tejido muscular cardiaco ubicado solo en el corazón, forma la mayor parte de la pared de este órgano, a pesar de ser un músculo estriado (se denomina estriado debido a que bajo el microscopio se observan bandas oscuras y claras alternadas denominadas estriaciones), no comparte las mismas características del tejido muscular esquelético, debido a que sus células, son cortas, ramificadas y están interconectadas para formar tejido continuo (discos intercalados), debido a esta peculiaridad el tejido muscular del corazón, no puede producir una contracción graduada, al variar el número de célula estimuladas, el que una sola célula cardiaca (miocitos) sea estimulada, sucede un efecto en cadena en el que el resto del tejido es estimulado produciendo una contracción en masa unísona, de esta manera se genera la contracción del corazón o el denominado latido. El tejido muscular liso, es totalmente diferentes a los tejidos anteriores debido a que este carece de las denominadas estriaciones su estructura es homogéneas y se asocia a estructuras huecas como tubo digestivo, conductos urinarios y de reproducción, vasos sanguíneos y otros, su acción generalmente e involuntaria, que a veces se contraen como una acción de onda de forma circular y longitudinal caso del tubo digestivo, produciendo el peristaltismo.

Las funciones específicas del tejido muscular son: La producción de movimientos corporales, como el corres, saltar, hablar y demás acciones cotidianas que realice; también se especializa en la estabilización corporal como el mantener una postura adecuada o el mantener la cabeza erguida; almacenan y movilizan sustancias en el organismo, como por ejemplo es el tránsito intestinal,  el control de evacuación o mantenimiento de sustancias en órganos huecos a través de esfínteres, el controlar la orina para su respectiva expulsión y demás acciones asociadas a mantener y evacuar sustancias en el organismo humano y por último contribuya  a la generación de calor mediante el proceso de la termogénesis.

El tejido muscular contribuye a la homeostasis mediante cuatro (4) acciones: Excitabilidad eléctrica, o sea la respuesta a estímulos produciendo señales denominadas potenciales de acción; la contractibilidad, para el movimiento de cosas, como el levantar un ladrillo con la mano del suelo; la extensibilidad, pues mediante esta  el músculo se estira sin dañarse como el estirarnos cuando tenemos pereza o la mismos latidos de corazón para que haya flujo de sangre; y elasticidad, pues indispensable ya que esta característica permite al músculo volver a estar a su estado original.

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Figura No. 01. Esquema de las diferentes partes del musculo, detállese las diferentes fascias

El tejido muscular esquelético está compuesto por muchas células llamada fibras musculares, pues se le da este nombre debido a que son alargadas, pero esta están rodeadas por un tejido conectivo al igual que un músculo completo, este tejido que los rodea se llama fascia que una capa que envuelve y sostiene el tejido. Esta fascia se encuentra de manera superficial y profunda. La fascia superficial, básicamente separa el músculo de la piel, además permite el paso de nervios y vasos sanguíneos al músculo; la fascia profunda, permite le movimiento del músculo, rellena el espacio ente los músculos, y también transporta nervios, vasos sanguíneo y linfáticos. Las proteínas que se ubican en los tendones (tejido conectivo que une al músculo con el hueso), se extiende por encima del músculo, a esta capa se le llama epimisio, el tejido que se extiende y subdivide al músculo en fascículos, cubiertos por su propia capa denominada perimisio. Sucesivamente estos fascículos se dividen en fibras musculares en por medio de una capa denominada endomisio. Debido a que estas capas se encuentran unas dentro de otras y son sucesivas, las fibras musculares no se salen del tendón.

Cada una de estas células (fibras musculares), son provistas de orgánulos a pesar de su forma alargada, gracias a esta forma, algunos orgánulos se ubican de manera diferentes a la de una células normal. Básicamente una célula muscular se compone de un sarcolema que corresponde a la membrana plasmática, además de encuentra justamente por encima del núcleo de la fibra muscular, el sarcoplasma es citoplasma dentro del sarcolema de cada fibra, los túbulos transversos o túbulos T, son invaginaciones del sarcolema que penetran cada fibrilla de la fibra muscular.  Los túbulos T son de gran importancia debido a que estos se llenan de líquido intersticial del exterior que contribuye a la contracción muscular. El sarcoplasma está provisto de glucógeno, el cual mediante la ayuda de una proteína (mioglobina) se combina con el oxígeno del líquido intersticial, para generar ATP, para le generación de la contracción.

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