MITOS EN LA ELECCIÓN DEL VINO

MITOS EN LA ELECCIÓN DEL VINO

1. ¿El picado o “potito” de la botella garantiza la calidad de un vino?

Recuerde que la calidad va por dentro, por lo que las características del envase, no garantizan la calidad de su contenido. Si bien es cierto, los vinos de alta gama “lucen un vestido” en concordancia a su categoría y precio, es posible encontrarse con una mar de botellas de precio modesto, que lucen un envase similar a los vinos más caros. Este “jurel tipo salmón” puede confundir a más de algún consumidor, que parado frente a la góndola de un supermercado no cuenta con más recursos que la vista para realizar una selección adecuada. Lo cierto es que existen bodegas que invierten más en la botella, etiqueta y cápsula que en el vino mismo. El picado, permite efectivamente mejorar la apariencia de la botella, la estiliza, le otorga peso y resistencia pero no es infalible al momento de seleccionar un vino.

1. ¿Qué diferencia a un vino Reserva y Gran Reserva en nuestro país?

En Chile la distinción entre estas categorías no es muy precisa, y aunque los precios pueden darnos ciertas referencias, no siempre un Gran reserva de una viña es mejor o más caro que un reserva de la competencia. Nuestra legislación no exige una cantidad mínima de tiempo en barrica o de permanencia en botella como en España.  Más bien se limita a especificar una graduación alcohólica mínima y cualidades de aromas y sabor distintivas. Los reserva pueden y los Gran Reservas deben tener tratamiento con madera. Claro que no especifica si es barrica americana o francesa, ni el porcentaje del vino que se someterá a crianza. Tampoco excluye el uso de alternativas como chips o duelas. Esta particular ambigüedad,  deja un amplio margen de interpretación, que permite a cada viña, clasificar, con total libertad, sus distintos vinos. Tal vez, esto podría explicar las enormes diferencias de precio y calidad entre vinos que lucen una misma clasificación o categoría.

1. ¿A qué corresponde un vino varietal?

El término acepta al menos dos definiciones. Técnicamente hablando, corresponde a vinos que destacan en su etiqueta la variedad o cepa con la que fueron elaborados, exigiendo un mínimo de un  75% de este. Sin hacer distinción entre categorías Reserva o superiores. Esta clasificación nace como alternativa a la clasificación de los vinos por Denominación de origen, tan propia de los países del viejo mundo. Sin embargo La acepción comercial del término -la más aceptada por el consumidor- los califica como vinos elaborados para un consumo rápido, que pertenecen a la gama más simple y accesible del mercado, que en muchos casos carece de paso por barrica.

1. ¿El corcho natural es el mejor aliado de los vinos?

Aunque hay una clara predilección de los consumidores chilenos por los corchos naturales, los tapones sintéticos o tapas roscas poco a poco ganan terreno debido a sus variadas ventajas: Son inertes e higiénicos y no alteran el gusto del vino, pues están libres del acorchado, ese olor a moho que obliga a desechar tantas buenas botellas. Son ideales para vinos que se consumirán en un corto plazo, pues preservan mejor toda la frescura y aroma del vino. Permite una guarda vertical de la botella, pues no le afecta la falta de humedad en la bodega. Facilitan el descorche, no se rompen, ni generan polvillo y en el caso de las roscas ni siquiera exige descorchador, es decir, la diferencia sólo está en el sonido de un click o un plop.

MITOS EN EL SERVICIO Y CONSERVACIÓN DE VINOS EN CASA

1. ¿Con cuanta antelación debe descorcharse una botella?

Muchos sugieren descorchar una botella de vino con suficiente anticipación para que “respire” u oxigene, lo que en muchos casos permite aumentar la intensidad de su aroma y suaviza la aspereza de los vinos con más cuerpo. Un amigo afirmaba que “lo único que podría ganar una botella descorchada con una hora de antelación es una mosca”, pues la estrechez del cuello impide la entrada de aire suficiente para airear el vino. La manera adecuada de hacerlo es simplemente sirviéndolo en la copa o decantándolo previamente.

1. ¿A qué temperatura deben servirse los vinos?

Muchos afirman que el vino tinto se bebe a temperatura ambiente y los blancos a la piedra, nada más alejado de la verdad, pues los vinos deben servirse a la temperatura que más le favorezca. Blancos muy fríos se sienten apagados, pierden aroma y sabor y tintos “chambreados” se tornan amargos, desequilibrados y ardientes, pues empieza a dominar el alcohol.

Recuerde, en vinos blancos manda su acidez, a mayor acidez, menor temperatura de servicio. Por ejemplo un Sauvignon Blanc costero, de notorio frescor lo serviremos a unos 7°C vs un Chardonnay clásico con barrica, de un estilo más cremoso y de acidez menos evidente, estará en plenitud a unos 9 u 11 grados Celsius.

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