Manejo De Plantas Forrajeras
Enviado por luis2811 • 21 de Octubre de 2014 • 5.564 Palabras (23 Páginas) • 225 Visitas
Las plantas forrajeras, son plantas, arbustos o árboles que forman parte de la vegetación natural o han sido introducidos por el hombre y que los animales consumen como parte de su dieta. Se distinguen de los pastos en que casi nunca están como cultivos solos, sino mezclados con otras plantas con los mismos pastos. Sin embargo, depende de un buen manejo adecuado para que el pasto adquiera todo su potencial y al ser utilizado, desarrolle las funciones de crecimiento, desarrollo, producción y reproducción de animales.
La pastura utilizada eficientemente, se ve reflejada en los altos rendimientos por Ha. Esto significa que el pasto tiene proteína de 10% y energía de 63% que son los óptimos, harán que el animal obtenga elevadas ganancias de peso. Es fundamental que los animales estén disponibles en cantidad y calidad suficientes, permitiendo al rumiante expresar toda su capacidad genética de producción.
El manejo de pastos y plantas forrajeras no solo implica el conocimiento biológico y productivo de estas, va de la mano con diversos factores que se deben tomar en cuenta para la máxima producción y rendimiento de un hato ganadero, el tener el conocimiento del animal y sus requerimientos, del potrero y su funcionalidad y de plantas y pastos forrajeros en conjunto es la clave de tener un buen manejo de especies con potencial forrajero.
Principales problemas de los agostaderos con relación a las plantas forrajeras:
Se define como sobrepastoreo al “pastoreo que supera la capacidad de renovación de los pastos del lugar. Los factores involucrados son:
Tipo de ganado: si se toma una unidad constante de comparación, como kg de ganado por hectárea, las distintas especies y variedades de ganado afectan en forma diferente a un campo; esto se debe, entre otros factores, a la forma en que come el ganado, al impacto de las pezuñas en el suelo y al peso de los animales.
Tipo de pastos: la composición florística de los pastos determinada la capacidad de pastoreo.
Tipo de clima: el régimen hídrico y las temperaturas determinan la capacidad de crecimiento de los pastos. Por otra parte, la presencia de una temperatura seca también afecta a la disponibilidad de los mismos.
Tipo de suelo: existen suelos más sensibles que otros al pisoteo del ganado. Por otro lado, el suelo afecta a la composición de pastos.
La metodología del pastoreo: la presencia permanente de animales en un lote, sin rotación del ganado a otros, impide que los pastos se repongan adecuadamente y favorece la compactación del suelo por el pisoteo del ganado. También, el pastoreo en épocas de muy baja disponibilidad de pastos, sin alimentación suplementada con rollos o fardos de pasto, genera un sobrepastoreo. Todos los factores mencionados determinan la densidad optima del ganado, es decir, la capacidad de carga e un campo, esto es cuantos animales puede haber por hectárea o cuantas hectáreas son necesarias por animal, para que no exista sobrepastoreo.
Se conoce que gran parte de los pastizales naturales del mundo se encuentran en condiciones considerablemente deterioradas debido a su uso inadecuado, habiéndose transformado algunos de ellos en desiertos.
En México hay 60 millones de hectáreas de tierra que sufren de degradación de suelo por causa del sobrepastoreo que existe en las mismas, debido a que se observa un número de unidades animales (UA) mayor que el que un pastizal con ciertas características puede sostener. En Jalisco se tenían registradas 2 millones 606 mil 116 cabezas de ganado bovino, con dicha cifra el estado se considera como el segundo en producción de carne.
En varios municipios se concentra una cantidad de ganado mayor a la que puede soportar el sistema ambiental, lo que ocasiona el sobrepastoreo, relacionada con la degradación física del suelo. Esto conlleva al deterioro de la producción de forraje en el pastizal al utilizarse cargas animales superiores a las que el terreno puede sostener, y esto a su vez se refleja en la menor producción animal (porcentajes de preñez, vacas con menor producción de leche, porcentajes de destete, peso al destete en kg, becerros destetados).
Importancia de la ganadería en nuestro país:
La ganadería bovina destaca por su importancia comercial. Se practica en forma extensiva predominante en el Norte del país, donde Chihuahua, Durango, Sonora, Zacatecas y Jalisco concentran una gran parte de las existencias nacionales, de las que una porción considerable se exporta como ganado en pie a Estados Unidos En el centro de la República Mexicana y en las llanuras tropicales de Veracruz, Tabasco y Chiapas, la ganadería se orienta fundamentalmente a satisfacer el mercado interno.
El manejo de bovinos de carne tiene como objetivos principales:
Lograr la mejor producción de carne sin deteriorar la composición y buena condición del pastizal.
Mantener, renovar y mejorar el hato (conjunto de cabezas de ganado) de producción para asegurar la continuidad de la población.
El consumo de los bovinos en pastoreo directo se encuentra limitado por una gran cantidad de variables, entre las cuales podemos destacar la disponibilidad y digestibilidad del forraje, así como también la carga, el peso vivo, la edad y el nivel productivo de los animales y el ambiente.
El agostadero como ecosistema:
El estudio de los agostaderos tiene su base en la ecología. De acuerdo con Dyksterhuis (1958), el primer principio que debe reconocerse es que el agostadero es un ecosistema, el cual involucra acumulación, circulación y transformación de energía y materia a través de procesos biológicos como fotosíntesis, apacentamiento y descomposición; el segundo principio involucra coacción entre organismos e interacción con partes no vivas como la evaporación, precipitación, erosión, etc. En cualquier agostadero, el grado de perfección del ecosistema deberá ser medido en términos de estabilidad relativa, del equilibrio entre los elementos clima, vegetación y suelo; un tercer tipo a ser conocido, es que en cualquier agostadero, habrá diverso grado de agrupamiento de las poblaciones, conformadas en respuesta a diferencias locales en el hábitat y procesos de reproducción y dispersión.
Walker (1986) confirma lo anterior y enfatiza que el agostadero es dinámico desde el punto de vista demográfico y sucesional, y que la interacción entre los factores autoecológicos, los procesos de la comunidad, el clima, el fuego, y ganado, son los determinantes del patrón de especies y dinámica de la biomasa que constituye el agostadero, donde el tiempo es otro elemento más para el alcance de las interacciones y donde el tipo de decisión humana para el uso del agostadero resulta ser de gran importancia, si realmente se desea lograr el procesos de optimización (logro
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