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Manifiesto Transdiciplinario


Enviado por   •  2 de Mayo de 2013  •  19.347 Palabras (78 Páginas)  •  371 Visitas

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BASARAB NICOLESCU

LA

TRANSDISCIPLINARIEDAD

Manifiesto

transdisciplinariedad

Ediciones Du Rocher

Traducción al español,

revisada con el autor

Norma Núñez-Dentin

Gérard Dentin

Para evitar todo malentendido

Una palabra de una belleza virginal, que no ha sufrido todavía la usura del tiempo, se expande actualmente como una explosión de vida y de sentido, un poco por todas partes en el mundo.

Esa palabra difícilmente pronunciable -transdisciplinariedad- apenas conocida hace algunos años, ha sido y permanece frecuentemente confundida con otras dos palabras relativamente recientes: pluridisciplinariedad e interdisciplinariedad.

Aparecido hace tres décadas, casi simultáneamente, en los trabajos de investigadores tan diversos como Jean Piaget, Edgar Morin, Eric Jantsch y algunos otros, ese término fue inventado en su momento para expresar, sobretodo en el campo de la enseñanza, la necesidad de una feliz transgresión de las fronteras entre las disciplinas, de una superación de la pluri y de la interdisciplinariedad.

Hoy día, la perspectiva transdisciplinaria es redescubierta, develada, utilizada, a una velocidad fulminante, como consecuencia de un acuerdo de necesidad con los desafíos sin precedentes del mundo problematizado en que vivimos y que es el nuestro.

No hace mucho tiempo, se proclamaba la muerte del hombre y el fin de la Historia. La teoría transdisciplinaria nos hace descubrir la resurrección del sujeto y el comienzo de una nueva etapa en nuestra historia. Los investigadores transdisciplinarios aparecen cada vez más como encausadores de la esperanza.

Como en todo otro nuevo movimiento de ideas, ese desarrollo acelerado de la perspectiva transdisciplinaria naturalmente se ha acompañado del peligro de múltiples desviaciones: la desviación mercantil, la desviación de la búsqueda de nuevos modos de dominación del otro, cuando no simplemente la tentativa de vaciar la nada en el vacío por la adopción de un eslogan gracioso carente de todo contenido.

Habiendo contribuido yo mismo al desarrollo actual de la transdisciplinariedad, por la reflexión y por la acción, con mis propias competencias de físico cuántico apasionado por el papel de la ciencia en la cultura de hoy día, siento una necesidad urgente de testimoniar.

Si, siguiendo el consejo de numerosos amigos en Francia y en otros países, he elegido la forma de un manifiesto, no es para ceder a la tentación irrisoria de la elaboración de una nueva “tabla de mandamientos” o del anuncio del descubrimiento de un remedio milagroso para todos los males del mundo. La forma axiomática de un manifiesto a través de la extraordinaria diversidad cultural, histórica, religiosa y política de los diversos pueblos de esta Tierra permite la comprehensión intuitiva de eso que podría ser incomprehensible o inaccesible en miles de tratados eruditos sobre el mismo tema. Los dos o tres manifiestos que han tenido un impacto planetario han alcanzado a resistir la prueba del tiempo justamente gracias a su carácter axiomático. La transdisciplinariedad, teniendo por su propia naturaleza un carácter planetario, requiere, a su vez, la existencia de un manifiesto.

Se impone una última precisión. Es cierto que he contribuido plenamente a varias empresas transdisciplinarias colectivas como, por ejemplo, la fundación del Centro Internacional de Investigaciones y Estudios Transdisciplinarios (CIRET, París) la elaboración de la Carta de la Transdisciplinariedad, adoptada en el momento del Primer Congreso Mundial de la Transdisciplinariedad (Convento de Arrávida, Portugal, noviembre 1994). Sin embargo, el presente manifiesto es escrito en nombre propio y no compromete sino a mi propia conciencia.

Dedico este manifiesto a todos los hombres y a todas las mujeres que creen todavía, a pesar de todo y contra todo, más allá de todo dogma y de toda ideología, en un proyecto de porvenir.

Mañana será demasiado tarde

Dos verdaderas revoluciones han atravesado este siglo: la revolución cuántica y la revolución informática.

La revolución cuántica podría cambiar radical y definitivamente nuestra visión del mundo. Y, a pesar de ello, después del comienzo del siglo XX no pasa nada. Las masacres de humanos por humanos aumentan sin cesar. La antigua visión permanece dueña del mundo. De dónde esa ceguera? De dónde viene ese deseo perpetuo de hacer lo nuevo con lo antiguo? La novedad irreductible de la visión cuántica permanece como la posesión de toda una pequeña elite científica de avanzada. La dificultad de transmisión de un nuevo lenguaje hermético –el lenguaje matemático- es, ciertamente, un obstáculo considerable. Pero no es infranqueable. De dónde viene ese menosprecio de la Naturaleza, que uno supone, sin ningún argumento serio, muda e impotente con relación al sentido de nuestra vida?

La revolución informática, que sucede bajo nuestros ojos maravillados e inquietos, podría conducir a una gran liberación de tiempo, consagrado así a nuestra vida y no, como para la mayor parte de los seres de esta Tierra, a nuestra supervivencia. Podría conducirnos a un compartir de conocimientos entre todos los seres humanos, preludio de una riqueza planetaria compartida. Pero, allí también, no ocurre nada. Los comerciantes se apresuran a colonizar el ciberespacio e innumerables profetas no nos hablan sino de los peligros inminentes. Por qué somos tan inventivos en toda situación para desentrañar todos los posibles e inimaginables peligros, pero tan pobres cuando se trata de proponer, de construir, de hacer emerger lo que es nuevo y positivo, no en un porvenir lejano, sino en el presente, aquí y ahora?

El crecimiento contemporáneo del saber es un hecho sin precedente en la historia humana. Anteriormente habíamos explorado escalas inimaginables: de lo infinitamente pequeño a lo infinitamente grande, de lo infinitamente

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