Mario Vargas Llosa
Enviado por sumaqkay • 4 de Octubre de 2013 • 2.061 Palabras (9 Páginas) • 341 Visitas
“Vargas Llosa es un individualista. Pertenece al mundo que piensa en los derechos individuales; pertenece a Occidente; es un indio occidental nada accidental sino reflexivo y estudioso; es, en fin, un hombre que pertenece al mundo de la libertad. Es un hombre libre que entiende que la libertad es el bien supremo del ser humano; porque la vida es libertad y la libertad es la vida”. (J.J. Armas Marcelo. “El Inca Vargas Llosa”. En Revista Leer, No. 217, Nov. 2010)
Pocos meses antes de la merecida euforia que ha despertado el premio nobel de Literatura concedido a Mario Vargas Llosa, salía publicada una compilación de tres ensayos suyos. Se trata de una colección con menos pretensión publicitaria que la reciente novela de El Sueño del Celta y resulta apropiada difundirla para seguir mostrando la faceta de formidable ensayista que también posee el reciente galardonado.
La colección a que me refiero lleva por título Sueño y Realidad de América Latina. Ha sido publicada por Editorial Arcadia en mayo de 2010 y compila tres ensayos:
•El que da título a la compilación, y que corresponde a una conferencia impartida en octubre de 2008.
•Un ensayo más antiguo, “El Nacimiento del Perú”, difundido previamente en la revista Hispania, vol. 75, no. 4 de 1992, en plena conmemoración del quinto centenario del descubrimiento de América.
•Una reflexión en torno a la figura del escritor mestizo de origen peruano Gómez Suárez de Figueroa, conocido como el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616). Este último documento carece de fecha y lleva por título “El Inca Garcilaso y la Lengua General”.
Estos trabajos provocan la reflexión sobre varios temas.
Uno de ellos es la aproximación esencialmente utópica y cargada de mito con que están impregnados muchos relatos y escritos sobre la América Latina. Desde los primeros cronistas españoles, una buena dosis de fantasía invade el pensamiento de todo el que intenta aproximarse a lo latinoamericano. Y en ese sentido persisten aún hoy en día quienes quieren ver en América Latina un continente donde pueden ponerse a prueba los sueños y delirios que en las sociedades europeas y estadounidense han fracasado o chocado frontalmente con la realidad. Entre estos anhelos históricamente más recientes estaría la Revolución Cubana, con la cual se creyó y aún algunos persisten en el dislate, que sí es viable un comunismo marxista-leninista en suelo latinoamericano.
El deseo de ensayar fantasías en América Latina suele estar guiado más por especulaciones y utopías alimentadas por el exotismo de lo latinoamericano. El propio arte de América Latina hace volar tal imaginación. Ahora bien, Vargas Llosa exhorta a una aproximación reflexiva con los pies en el suelo sobre lo latinoamericano, especialmente cuando se trata de su dimensión política, social y económica:
“Tratemos de acercarnos, haciendo un esfuerzo de racionalidad – y a sabiendas de que es muy difícil, pues todos los latinoamericanos, querámoslo o no, estamos infectados de mitología y utopismo – a la realidad que yace debajo de la fosforescencia de imágenes con que la ideología, la religión y la literatura han revestido a América Latina”.
Ese esfuerzo por un estudio fundamentado en estadísticas, en hechos, en información e historia son decisivos para lograr traer la prosperidad material a los pueblos hispanoamericanos. Como el propio Vargas Llosa aspira, América Latina puede ser un suelo “…Donde la felicidad no sólo se alcance cerrando los ojos a la realidad circundante y refugiándose en el sueño y la ficción, sino también, a veces, en la vida de verdad”.
El acercamiento a lo latinoamericano puede despertar una idea según la cual habría una identidad característica de la América Latina. Vargas Llosa es contrario a emplear este término de “identidad latinoamericana”, primero porque la identidad es algo asociado al individuo, al ser humano más que a la sociedad y en segundo término porque en Latinoamérica se funden en más o menos armonía culturas muy divergentes. Un par de citas son pertinentes al respecto:
“·Una de las manías recurrentes de la cultura latinoamericana ha sido la de definir su identidad. Se trata de una pretensión inútil, peligrosa e imposible, pues la identidad es algo que tienen los individuos, no las colectividades una vez superan los condicionamientos tribales”.
Y agrega:
“No es exagerado decir que no hay tradición, cultura, lengua y raza que no haya aportado algo a ese fosforescente vértice de mezclas y alianzas que se dan en todos los órdenes de la vida en América Latina”.
En cualquier caso la idea de identidad tiene al menos el mérito de buscar los elementos comunes e integradores que existen entre las sociedades latinoamericanas y ve tales afinidades en lugar de apelar a nacionalismos y chovinismos los cuales carecen de sentido en este subcontinente. Una reflexión extensa sobre el peligro del aislamiento entre los pueblos latinoamericanos es hecha por Vargas Llosa:
“Tener conciencia de que las demarcaciones territoriales que dividen a nuestros países son artificiales, impuestas de manera arbitraria en los años coloniales y que los líderes de la emancipación y los gobiernos republicanos, en vez de reparar, legitimaron y agravaron, aislando a sociedades en las que el denominador común era más profundo que las diferencias particulares. Esta balcanización de América Latina, a diferencia de lo que ocurrió en América del Norte, donde las trece colonias se unieron y su unión disparó el despegue de los Estados Unidos, ha sido uno de los factores conspicuos de nuestro subdesarrollo, pues estimuló los nacionalismos, las guerras y los conflictos en que los países latinoamericanos se han desangrado, malgastando ingentes recursos que hubieran podido servir para la modernización. Sólo en el campo de la cultura la integración latinoamericana ha llegado a ser algo real, producto de la experiencia y la necesidad (…), en tanto que en otros dominios, la política y la economía sobre todo, los intentos de unificar acciones gubernativas y mercados se han visto siempre frenados por los reflejos nacionalistas, muy enraizados en el continente. Es la razón por la que todos los organismos concebidos para la región nunca han prosperado”.
Otra valiosa línea de pensamiento, que emerge del ensayo dedicado al Perú, es el elogio a la libertad individual. La caída del imperio inca tiene mucho que ver con la supresión del individuo en pos de la exaltación del Estado. Cuando la voluntad individual es sometida por un sistema de creencias en el cual se pretende colocar
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