Medios De Comunicacion
Enviado por ANLO • 31 de Marzo de 2012 • 2.477 Palabras (10 Páginas) • 545 Visitas
MEDIOS DE COMUNICACIÓN (TELEVISION)
Tanto la radio como la televisión en México nacieron de la iniciativa privada y el estado puso poco interés en su reglamentación. Tales empresas hicieron lo que quisieron, siempre y cuando no entraran en confrontación con el Estado Mexicano, ya que el espectro radioeléctrico pertenece a la nación. El gobierno da concesiones para emitir radio y TV bajo ciertas reglas. Quien recibe permiso de trasmitir es llamado concesionario. Tal concesión debe renovarse cada cierto tiempo mediante la secretaria de comunicaciones y transportes.
A finales de la década de 1940 la televisión en México daba sus primeros pasos. Había dos modelos de transmisiones que México podía adoptar: el europeo, con una televisión estatal no comercial cuyos objetivos eran educar, difundir la cultura e informar. El otro modelo era el estadounidense, basado en la empresa privada y en el que lo importante era entretener y vender productos.
En 1974 el presidente mexicano Miguel Alemán formo una comisión que viajo a los Estados Unidos de America y a Europa para comprar los dos modelos de televisión y así decidir cual era más conveniente para México. Al final del viaje se hizo un reporte oficial con los pros y los contras de ambos modelos. Miguel Alemán escogió el modelo estadounidense de televisión privada. Era de esperarse esta decisión, ya que el mismo era un hombre de negocios y durante todo su sexenio beneficio a los empresarios. La televisión era una buena inversión con ganancias seguras. Alemán se convirtió en accionista de telesistemas Mexicanos (hoy Televisa) y estableció alianza estratégica entre empresarios, medios de comunicación y gobierno de la Republica.
Todo el apoyo gubernamental se destino a la televisión privada y pasarian décadas antes de que naciera el interés por crear una televisión publica (como hoy día lo son el canal 11 y el canal 22) en televisión abierta, es decir, libre de pago.
CONCESIÓN A INDUSTRIALES PRIVADOS
A mediados del siglo XX el Estado amplio el numero de concesiones para radio y televisión a los industriales privados. Se redacto la Ley Federal de Radio y Televisión, una legislación que estuvo vigente mas de 45 años. Aunque esta definía a la radio y a la televisión como medios de interés publico, al Estado no le importo que los consorcios fueran creciendo y se convirtieran en verdaderos monopolios. Unas cuantas familias impidieron con todo tipo de presiones y amenazas que se abrieran nuevas concesiones a otros interesados.
Hubo un pacto muy importante entre los dueños de los medios electrónicos y el gobierno: el Estado toleraba las ilegales prácticas monopólicas y daba todo tipo de facilidades y privilegios a cambio de que la radio y la televisión no criticaran al gobierno ni al presidente. Las televisoras hicieron virtudes nacionales de la sumisión y del proselitismo político a favor del PRI.
Fue hasta 1969, diez meses después de la masacre de estudiantes de Tlatelolco, cuando el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz recordó que había que pagar impuestos por las concesiones. En todos los países se hacia, menos en México. Entonces el secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena, se encargo de cambiar la ley para que las televisoras y radiodifusoras pagaran impuestos.
Se pensó en el 25 por ciento, pero los dueños y los industriales protestaron a tal grado que el gobierno tuvo que conformarse con cobrar la mitad, es decir el 12.5 por cierto, y en especie: la radio y la TV no pagarían con dinero sino con trasmisiones tiempo-aire de los mensajes gubernamentales. Esto seria bautizado como tiempos oficiales.
La relación entre los consorcios privados y el gobierno fue muy clara a lo largo de décadas: control y sumisión a cambio de prebendas y enormes ganancias. Emilio Azcarraga Milmo, apodado “El Tigre”, dueño de Televisa a la muerte de su padre Emilio Azcarraga Vidaurreta, dijo en alguna ocasión: “Soy un soldado del PRI y del presidente de la Republica”.
A finales de la década de 1970, la televisión privada se actualizo con la tecnología de la época y rápidamente adopto la transmisión satelital. Telesistemas Mexicanos cambio de nombre a Televisa. Hubo reacomodos entre los accionistas y los hijos tomaron los puestos que los padres dejaban por retiro o muerte.
La tecnología cambio pero la estructura de la televisión privada se mantuvo intacta. La TV se había convertido en uno de los poderes fácticos más importantes del país. Ningún político o funcionario quería enfrentarse a ese enorme monopolio que con la misma facilidad que podía lanzar a un don nadie al estrellato era capaz de acabar con la carrera, reputación y vida de cualquier persona. La televisión empezó a imponer las pautas a seguir. Televisa se volvió una especie de gobierno a la sombra, sin contrapesos ni limites.
LOS MONOPOLIOS TELEVISIVOS
La programación de lo que algunos intelectuales llamaron “La caja idiota” estaba sometida a una estricta censura de la Secretaria de Gobernación en cuanto a malas palabras, escenas eróticas o que “faltaran a la moral”; sin embargo, en lo político, lo que prevalecía era la autocensura.
Con el tiempo los contenidos de la programación televisiva se han ido degradando poco a poco, en especial los programas para niños. La mayor parte de la programación tiene muy mala calidad. En muchos de los programas de la televisión privada mexicana hay machismo y discriminación. En los noticieros falta rigor informativo y hay una clara unilateralidad. De hecho, desde el inicio de la década de 1990 los noticieros televisados no contienen casi información. Un noticiero contiene de promedio máximo 2 a 3 minutos de información. Nel resto esta constituido de reportajes anecdóticos, hechos diversos, micro-sondeos en la calle y reality shows sobre la visa cotidiana. Los programas son escaparates publicitarios, pues la publicidad es lo que garantiza el alto nivel de ganancia para los dueños. Es una lastima que ellos no adviertan que se pueden tener muy altas ganancias sin sacrificar la calidad de una emisión. La programación y los contenidos responden exclusivamente a los intereses económicos y políticos de los dueños, no a las necesidades del País.
Cada vez que hay un conflicto social, los noticieros televisivos dan la versión oficial de las cosas; la contraparte no puede dar la suya pues no tiene posibilidad de replica. Esta existe en la vieja ley de imprenta de 1917 y se incorporo a la Ley Federal de Radio y Televisión, pero nadie obliga a los concesionarios a respetarla y
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