Mercadotecnia

Los servicios se definen como “acciones, prestaciones, actos, esfuerzos”; todos esos términos si bien son adecuados pueden parecer abstractos. Lo que es claro es que los servicios pueden tener dos destinatarios: o las personas o las cosas. Las personas reúnen comportamientos tangibles e intangibles; es decir, hay servicios dirigidos a los cuerpos de las personas como un tratamiento de belleza, un corte de cabello o un traslado en taxi de un sitio a otro; pero también hay servicios dirigidos a sus mentes como puede ser una asesoría fiscal, una conferencia o una visita a un museo. En el caso de las cosas nos encontramos con el hecho de que los servicios pueden estar dirigidos a los bienes, sean propiedad nuestra o no. Por ejemplo: la limpieza de la ropa en la lavandería, el servicio de un sastre o la reparación del automóvil, pero, también, las personas poseemos activos intangibles como puede ser nuestro patrimonio, una cuenta bancaria o nuestros derechos como ciudadanos, que pueden ser destinatarios de servicios.

De tal modo, un servicio implica acciones, ya sean tangibles o intangibles que benefician a las personas, a sus derechos y/o activos intangibles y/o a las cosas de su propiedad.

El comportamiento de compra de los consumidores de servicios tiene similitudes con el comportamiento de compra de bienes; sin embargo es importante precisar las particularidades o diferencias del comportamiento que nos compete en el ámbito de nuestra materia, es decir, el de los servicios.

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