Mi Abuelo

Siempre me llamó la atención un detalle que se ha repetido con cierta frecuencia a lo largo de mi vida, sobre todo en mi juventud, normalmente en las calles de mi propio pueblo: El respeto que las personas mostraban cuando alguien se refería a mi abuelo y el interés que se despertaba cuando se daban cuenta que yo era su nieto, lo que me convertía en “el nieto del profesor”.

Mi abuelo fue profesor, entre otros tantos lugares, en la escuela de un pequeño pueblo asturiano , y supongo que gracias a ello yo crecí y me crié en dicho pueblo.

¿Por qué la gente respetaba tanto a mi abuelo? Nunca llegué a saberlo personalmente, puesto que falleció cuando yo aun era pequeño, por los testimonios de los que le conocieron y me han hablado de él puedo deducir que era una persona extremadamente inteligente, sensata, paciente y buena persona, con esas características junto con que antes se debía respetar bastante más el trabajo de profesor (no es que sepa lo que ocurría años antes de mi nacimiento, es que es harto difícil que se respetara menos que ahora...) me puedo formar la idea de una persona respetada y querida por lo que aportaba al pequeño pueblo donde residía.

En el ámbito familiar y hasta donde mi memoria se quiere acordar, siempre me han dicho, tanto mi padre y su hermana (hijos de mi abuelo) como mi madre (su nuera) que me parezco mucho a mi abuelo. En que sentido me parezco a él no lo tengo claro, tal vez sea por la inteligencia, por la paciencia, por lo de ser buena persona... o tal vez sea solamente por lo que mi madre siempre me dice, que camino arrastrando las zapatillas por el suelo exactamente igual a como hacía él... como he dicho antes, no le conocí lo suficiente para tener mi propia opinión de nuestras similitudes aunque con certeza alguna tendremos, no olvidamos que mi padre es su hijo...

Sin embargo que no le llegara a conocer lo suficiente no significa que no tenga recuerdos de su persona, tengo, en concreto cuatro, y de vez en cuando, cuando no puedo dormir por la noche, me acuerdo de estos momentos y aunque tengo la certeza absoluta de que se quedaran en mi cabeza durante toda la vida siempre pienso que sería bonito escribirlos para poder compartirlos, en especial con mi padre, que me imagino que le gustará saber que su hijo todavía se acuerda de su padre y con mi hermana, porque ella llegó al mundo unos años después que yo y no pudo tener sus propios recuerdos sobre él.

El primero de ellos, es al mismo tiempo un recuerdo de una situación vivida en el antiguo piso del pueblo donde vivimos muchos años antes de mudarnos a las afueras (la vida en el centro puede ser muy agobiante) y una sensación, la que provocaba en mi la sola presencia de mi abuelo.

No se que hice para llegar a esa situación, sólo se lo que estoy haciendo, estoy corriendo por el pasillo con dirección al salón. Estoy corriendo y tengo miedo a que me alcancen antes de llegar, pero si lo consiguiera... ahí estaba la salvación, la seguridad, la tranquilidad... Consigo abrir la puerta y como sabía ahí estaba mi abuelo, tumbado en el sofá viendo la tele. Sin perder un segundo sigo corriendo y salto sobre el abrazándole con lagrimas en los ojos y en ese momento sentirme a salvo, nada me iba a pasar ya porque ya estaba con mi abuelo, y él no iba a dejar que nada malo me pasara a mi, su nieto mas pequeño... y efectivamente, lo que me estaba persiguiendo no me pudo hacer nada, mi señora madre no me pudo castigar por lo que yo había hecho... (que algo sería seguro), quien me iba a decir que eso se iba a convertir en recuerdo y esa sensación de seguridad y protección la iba a guardar en mi para siempre....

La segunda que recuerdo como si fuera ayer, es estar caminando con mis padres y mi abuelo por un laberinto de pasillos enorme y gente por todas partes empujando carritos de metal repletos de cosas.

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