Mi filosofia de enseñanza

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Mi filosofía de enseñanza va más allá de transmitir saberes y conocimientos a los niños, es tener vocación para llevar a cabo este trabajo tan bonito y significativo en la vida de las personas, ya que jugamos un papel muy importante siendo una guía y facilitadora de mis alumnos durante su proceso de enseñanza-aprendizaje. Crear ambientes en donde los educandos se motiven, se sientan cómodos, libres y relajados, una tarea compleja que requiere un gran compromiso por parte del profesor y los estudiantes.

Para realizar un trabajo de excelencia debe predominar en mí, valores y saberes que debo transmitir e inculcar a mis alumnos, el respeto hacia ellos y viceversa, pero sobre todo un gran compromiso con mi labor de docente.

Hoy en día la sociedad demanda formar seres humanos reflexivos y críticos, personas capaces de desarrollar todas sus capacidades e estimular su creatividad.

Uno de los principios que me rigen como docente es que antes de abordar una clase o contenido dentro del aula, tengo que darme a la tarea de conocer las diferencias individuales de mis educandos, aprovechando las diversidades que hay, es decir; saber sus estilos y ritmos de aprendizaje, que les gusta y que no les agrada, pero más allá de eso conocer cómo se encuentran emocionalmente ya que esto repercute en gran parte en su aprendizaje.

Además de conocer a nuestros alumnos, es de suma importancia el reconocer todas nuestras debilidades y fortalezas, para mejorar la enseñanza que impartimos, buscar la manera de mejorar profesionalmente. La manera de enseñar debe estar en constante cambio para no caer en una monotonía y así evitar clases tradicionalistas y aburridas, en la que el profesor es el encargado de transmitir conocimientos y el alumno solo escucha sin ser capaz de reflexionar y dar su opinión respecto a los temas abordados. Para eso debemos de ser animadores y creadores de materiales didácticos que despierten sus intereses.

En lo que respecta a la planificación, es necesario realizar adecuaciones curriculares acordes al nivel de cada alumno, estar abiertos a compartir entre pares, estrategias, fallas y dudas, pues esta será la mejor manera de mejorar y avanzar.

En la actualidad, se debe dejar de lado todo tipo de discriminaciones solo por tener otras costumbres, preferencias (religiosas), sexo y clases sociales, pues realmente esto no tiene nada que ver con su manera de aprender ni en su educación porque todos tienen el mismo derecho  sin importar sus gustos individuales.

El enseñar no es una tarea fácil, somos un modelo a seguir para nuestros educandos por ese motivo tenemos que prepararnos, saber que decir cuando estemos al frente de ellos, siendo buenas personas, ya que ellos son seres que repiten todo lo que ven, tenemos un rol muy importante en el cual siempre debe predominar en todo momento la responsabilidad ya que somos sembradores de consciencia no solo de conocimientos, por eso nuestro quehacer diario tiene que estar basado en nuestros principios como profesionales de la educación.

Todos los días al ir al trabajo, reflexiono sobre lo que estoy haciendo y sobre lo que me falta reforzar, ya que en un inicio muchas veces no me autocriticaba y me resultaba difícil decir: yo estoy haciendo las cosas mal y no son los niños quienes están fallando. Pero hoy me he dado cuenta que tanto ellos como yo somos piezas importantes para el logro de buenos resultados.

Hace muchos años un profesor me dijo: siempre debemos ponernos en el lugar del alumno, ustedes no saben que es lo que está pasando por su cabecita, ellos también tienen problemas que les impiden estar concentrado dentro del salón y hoy en día que diariamente convivo con mis alumnos, me doy cuenta que tenía toda la razón porque me hizo pensar en mis tiempos cuando solo era una estudiante y que a veces mi maestra (o) no me motivaba, no creía en mi o simplemente me rechazaba, me refiero que siempre a pesar de la circunstancia que sea, me debo poner en el lugar de los niños, preguntarle cuáles son sus expectativas, el como están, que es lo que más desean en la vida, como se siente fuera de la escuela y dentro de ella, etc. nunca dejarlos en ridículo, sino animarlos a luchar por sus sueños, guiarlos para que logren sus metas, alentarlos en todo momento, brindarles esa confianza que necesitan para creer en ellos.

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