Migración en Colombia.

Santiago Carcache         201630743                                        26 de Agosto, 2016

Turbo, la pesadilla del sueño americano

En el año 2016 Colombia se ha encontrado fuertemente golpeada por las grandes inmigraciones que ha recibido, ya sean de carácter legal o ilegal. Una de las zonas que más afectada se encuentra es Turbo, un pequeño municipio localizado en el departamento de Antioquia que a finales de mayo contaba con un total aproximado de 1800 inmigrantes ilegales provenientes de diferentes países como Cuba, Senegal y Haití, entre otros. Dichos inmigrantes tenían el propósito de llegar a Estados Unidos en busca de mejores posibilidades económicas. Debido a las salidas “voluntarias” promovidas por el gobierno colombiano, el número de inmigrantes se ha reducido drásticamente hasta llegar a 350 a comienzos del mes de agosto de este año  (Migración Colombia, 2016). Mediante este texto se busca demostrar que el gobierno no debería promover el abandono del territorio colombiano por parte de los inmigrantes, sin antes definir la situación actual de dichas personas, pues se estaría desconociendo las razones detrás de su desplazamiento.

Para empezar este texto, se considera indispensable definir y diferenciar el término refugiado de migrante económico, de acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Por un lado, los refugiados, según el artículo primero del Protocolo sobre el estatuto de los Refugiados (1967), son definidos como personas que

Debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quieran acogerse a la protección de tal país (ACNUR, 1951).

Por otro lado, la sección F del capítulo segundo de la Convención sobre el Estatuto de los refugiados (1951) declara que

 Un emigrante es aquella persona que, por motivos distintos de los enunciados en la definición, abandona voluntariamente su país a fin de establecer su residencia en otro lugar. Puede actuar así movido por un deseo de cambio o de aventura, por razones familiares o por otros motivos de carácter personal. Si obedece exclusivamente a consideraciones de tipo económico, es un emigrante y no un refugiado (ACNUR, 1951).

Esta definición es imprecisa, ya que razones políticas pueden inducir que un emigrante tenga que dejar su país en busca de una mejor condición económica y, en este caso, si se podría connotar a dicho ente como un refugiado.

A continuación se expondrán las fallas cometidas por parte del Estado Colombiano con los migrantes económicos. El gobierno colombiano otorgó dos oportunidades diferentes a los inmigrantes, la primera, una salida voluntaria y la segunda, una deportación. Para justificar esta decisión, el gobierno afirmó que ningún inmigrante solicitó ni ha solicitado que se evaluara su situación de refugiado. Ante esto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hizo un llamado de atención, pues esta afirma que el estado está en “obligación de identificar migrantes que tengan necesidades especiales de protección, tales como solicitantes de asilo y refugiados, personas sujetas a protección complementaria, víctimas de trata, entre otros, y adoptar medidas para su protección” (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2016). En este orden de ideas, se podría criticar que la manera de obrar por parte del gobierno no fue la correcta, ya que cada caso de estos debe ser estudiado de manera individual con el fin de descubrir posibles riesgos de los emigrantes y se debe evitar tomar una decisión colectiva. Al mismo tiempo el gobierno no debería forzar su salido bajo sus propios medios ya que los inmigrantes se encuentran bajo jurisdicción Colombiana y, mientras sigan bajo esta misma, el gobierno debe velar por sus derechos fundamentales y también por su condición de seres humanos proporcionándoles ayuda humanitaria de emergencia.

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