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Mota Blanca


Enviado por   •  28 de Enero de 2014  •  13.468 Palabras (54 Páginas)  •  392 Visitas

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CAPITULO 1

EL PROBLEMA.

1.1 Planteamiento del problema.

La Fruta del guayabo (Psidium guajava L.), es una baya que varía en peso, tamaño, aroma y color, el sabor de la fruta completamente madura es dulce o ligeramente ácida, esta especie es la más difundida y pertenece a la familia de las Myrtaciae (Avilan, y col., 1992). A nivel mundial, los principales países productores de guayaba son India, Brasil, México y Perú ya que la guayaba (planta) es un árbol originario de América Tropical donde se cultiva en forma silvestre. Sin embargo, se consiguen plantaciones de guayabo en Sur África, Kenia, Jamaica, U.S.A., Haití, Taiwán, Egipto, Filipinas, Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Guyana, Colombia y Venezuela (Tong y Khay, 1990).

En Venezuela, los estados que presentan áreas con mayor potencial para el desarrollo del cultivo son Cojedes, Portuguesa, Lara, Carabobo, Aragua, Miranda, Zulia, Trujillo y Mérida (Avilán, 1988).En el Estado Zulia existen zonas de gran producción como lo son los Municipios Mara, Sucre y Obispo Ramos de Lora (Avilan, 1988).

Para el año 2008, el área estimada de guayaba (Psydium. guajava L.) fue de 3.500 Ha con una producción de 55.650 TM, con un rendimiento anual de 15,9 TM.Ha-1. Esta fruta se ubica entre las diez más populares, ya que presenta gran aceptación como fruta fresca y procesada. En el país hay pocos cultivares y los principales son: 'Criolla Roja', 'San Miguel' y 'Rio Chiquito'; el único porta injerto es la 'Criolla Roja', (AULAR y ECHEVERRÍA, 2009)

El guayabo es uno de los rubros frutícolas que constituyó en las décadas de los 80 y 90 uno de los cultivos más importantes en la región noroccidental del estado Zulia, municipio Mara, llegó a constituir el 80% de la producción a nivel nacional, calculándose un rendimiento entre 25.000 a 35.000 Kg/ha en 3.500 ha aproximadamente (Molero, 2003).

A principios de 1993 se observó una escama cubierta de abundante cera algodonosa blanca, formando densas colonias, principalmente sobre troncos y ramas de guayabo, (Psidium guajava L). En plantaciones del estado Aragua y de la Planicie de Maracaibo, estado Zulia, donde está ubicada la mayor zona productora de este frutal en Venezuela (más de 3000 ha). Con las primeras observaciones, se determinó que se trataba de una especie diferente a las ya conocidas sobre este frutal en el país (cermeli y Geraud, 1996).

En el caso de la especie aquí reseñada, la hembra adulta es de color amarillo claro, algo opaco, de forma ovoidal, con antenas cortas de tres segmentos, patas atrofiadas y un par de apéndices cortos en la parte posterior del abdomen. Su cuerpo está recubierto por hilos rizados de cera blanca, que le dan un aspecto de mota de algodón, de donde deriva el nombre común que se le ha dado en el Zulia "mota blanca del guayabo" (MBG). El macho tiene el aspecto de "mosquito", característico de los machos del orden Homoptera, con un solo par de alas ya que las posteriores están reducidas y terminadas en forma de gancho, pudiendo considerarse como unos haltéres. Las antenas, conspicuas, son filiformes, con 10 segmentos. No tiene aparato bucal y en la parte caudal del abdomen tiene dos filamentos prominentes, cerosos de color blanco. Su cuerpo es de color amarillento, con el tórax esclerotizado y está recubierto de polvillo ceroso blanquecino (cermeli y Geraud, 1996).

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Los plaguicidas son productos químicos usados para controlar plagas (insectos, ácaros, hongos, omicetos, bacterias, virus, nematodos, caracoles, roedores y malezas) que afectan los cultivos. En muchas ocasiones el uso de plaguicidas no es indispensable, pudiéndose reemplazar por otras formas de control, basadas en técnicas de manejo integrado de plagas. En la agricultura convencional juegan un papel clave para alcanzar y mantener niveles altos de productividad y rentabilidad. Sin embargo el uso de plaguicidas genera daños muy grandes para la salud y el medio ambiente (Orozco, 2005).

La nueva generación de una sociedad que vive con la amenaza latente de la contaminación, el calentamiento global y la necesidad de crear una conciencia amigable con el medio ambiente, ha despertado la irrupción de un consumidor nuevo urbano, preocupado por la salud, el bienestar y el ambiente lo que explica el despegue vertiginoso del consumo de productos “bio”. No obstante, esto no se da sólo por iniciativas independientes, sino con la difusión social de una política llevada por campañas efectivas de concientización, apoyo al micro empresario verde, estímulo a la producción ecológica, al ecoturismo y en fin a todas las vertientes ambientales, que debe con énfasis impulsar el gobierno de un país (CIODSA, 2013).

Asimismo, existen otros factores que han incidido en el auge de la producción de productos ecológicos, y es el hecho de que se hayan ampliado la gama de artículos disponibles; en el que la oferta se ha acercado a los hábitos de los consumidores, por lo que ya no existen tantos productos extraños, es decir, en muchos países se está volviendo común este término y su masificación es la alternativa para contribuir con el resguardo ambiental. En Venezuela es necesario impulsar estas alternativas, y masificarlas para generar, de igual modo, todo este cúmulo de beneficios descritos anteriormente (CIODSA, 2013).

La actualidad tecnológica está enfocada principalmente a la protección del medio ambiente evitando al máximo la contaminación con agroquímicos sintéticos tóxicos. Por otra parte, se debe tomar en cuenta que la aplicación de esos químicos importados para el control de plagas, es uno de los factores que elevan los costos de producción. Se requiere de alternativas para la reducción de gastos y hacer rentable las explotaciones agrícolas (Chávez, 2008).

El uso de extractos vegetales que actúan contra hongos, insectos, nematodos o bacterias, y en algunos casos con efecto conjunto contra una o más plagas, viene a ser un recurso importante para la protección de cultivos. Una ventaja es que la materia prima se puede obtener en la propia finca y el mismo agricultor puede elaborar los extractos; además, al ser un producto natural es degradado con mayor rapidez, evitando de esta manera contaminación de suelos y aguas (Chávez 2008).

Por eso nace esta iniciativa de evaluar los extractos líquidos de de Noni (Morinda sitrifolia), Guanábana (Anona moricata), Nim (Azadirachta indica), Orégano (Oreganum vulgare), en el control de la Mota Blanca (Capulinea sp) en el cultivo de la Guayaba, para utilizar como alternativa el extracto que de mejores resultados, teniendo en cuenta de no sobre pasar el umbral económico y ecológico que perjudique al productor y trabajar de la mano con el medio ambiente y así impulsar la

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