Música Contemporanea

LA SUPERVIVIENCIA DE LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA

Desde tiempos inmemorables el hombre ha hecho de la música una herramienta para la expresión de sus ideas y sentimientos más profundos, llegando al punto de conmover a las masas y lograr, no solo una respuesta inmediata, si no un estimulo perpetuo capaz de generar movimientos mundiales.

La mayor expansión musical en cuanto a entendimiento y estructura se da con el surgimiento de la música clásica, prácticamente la única clasificación antes del siglo XX.

En las primeras décadas de este siglo surgen los primeros géneros musicales enriquecidos por la introducción de instrumentos eléctricos, pero es en este mismo siglo en que se comienzan a generar “productos” musicales.

Surgen las primeras disqueras como una forma de dar a conocer un estilo o artista especifico, lo que en realidad no representa un problema ya que se apoyaba la gran mayoría de estilos musicales desde el pop pre-fabricado hasta los excéntricos grupos experimentales, ese era el panorama entre los años 20 y 90, obviamente surgían y desaparecían nuevos géneros todos como un reflejo de los ambientes sociales que se vivían en diferentes partes del mundo.

En Estados Unidos surge el blues, en Europa el punk, en México, como la mayoría de las veces, se empapaba de todo un poco; luego se da el paso al reggae, al metal, música disco, etc.; todos y cada uno de ellos “conviviendo” entre sí, cada movimiento con sus seguidores y sus ideales; una muestra que la música al igual que la naturaleza busca el equilibrio.

Todo cambia a inicios del siglo XXI, se genera una fuerte lucha por generar negocios y explotar al máximo los ya existentes, el capitalismo en su máxima expresión y la globalización como catalizador, por lo que la música se erige como una de las opciones más rentables, lamentablemente no resulta lo mismo para los músicos.

Se genera un campo restringido donde la música pasa a segundo plano, se da mayor importancia a la imagen que al sonido, por lo que se vuelve cada vez más difícil, no digamos tener éxito, el simple hecho de darse a conocer.

La industria musical se vuelve elitista y convierte a la música en un producto más, cuyo valor radica solamente en el precio de venta.

Aun así los creadores de música y la misma naturaleza evolutiva de esta, se ve reflejado en la búsqueda de expresión sin necesidad de los grandes corporativos, la bandas se comienzan a dar en conocer por medios de comunicación alternativos, foros públicos y el ser independiente se convierte en un género.

La revolución tecnológica ofrece y abre un nuevo camino para todas las formas de arte, especialmente para los músicos permite la creación de piezas musicales de gran calidad sin necesidad de contar con un lujoso estudio de un reconocido sello discográfico. La publicidad junto con los patrocinadores ya no parecen necesarios,

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