NFLUENCIA DE LAS ÁREAS VERDES EN EL PAISAJE URBANO DE LAS CIUDADES CUBANAS.
Enviado por Melekh • 4 de Mayo de 2014 • 2.176 Palabras (9 Páginas) • 548 Visitas
GOÑIZ JAIME, ALAIN: INFLUENCIA DE LAS ÁREAS VERDES EN EL PAISAJE URBANO DE LAS CIUDADES CUBANAS.
El paisaje como ciencia
El paisaje es la expresión visual de nuestro medio en la que se conjuga la historia, la cultura y la acción del ser humano. Como elemento que caracteriza al medio ambiente tiene una doble funcionalidad para la ciudad: en primer lugar, por su influencia estética, en segundo lugar por su efecto e influencia en el carácter saludable del medio urbano.
"La jerarquía de los espacios urbanos y el uso de elementos arquitectónicos para ordenar y destacar ciertos aspectos funcionales, perceptivos y de significados varios, es crítico en el desarrollo de comunidades integras y permanentes, ya que, a través de la identificación y el sentido de pertenencia, se genera el ambiente propicio para establecer lazos y vínculos sociales comunitarios perdurables" (CÁRDENAS, 1996).
La calidad, potencialidad y fragilidad del paisaje determinan la belleza de un sitio y le atribuyen importancia como elemento vital para la acción planificadora y gestora del medio urbano. Su caracterización como un bien social y de disfrute público, no admiten cambios de imprevisto o improvisados, todo lo contrario, exige un estudio pormenorizado de cualquier actuación sobre el mismo.
Como parte del proceso de planificación el paisaje habrá de considerarse como un elemento vivo y cambiante, cuya actualización y desarrollo influye en la calidad de vida de los habitantes urbanos. La relación entre la arquitectura y paisaje adquiere mayor significado si el propósito de intervención es lograr un espacio armónico y cada vez más humanizado para la vida; si el propósito es crear espacios imaginativos que nos permitan estrechar la relación con la naturaleza, si el propósito es crear entornos vitales más agradable a la percepción humana.
La percepción del espacio urbano como paisaje
Los paisajes varían, tienen la propiedad de ser singulares, de estar en constante variabilidad. Al percibirlos uno expresa sus cualidades con mayor claridad y belleza que otros. Para el caso urbano, por las dimensiones que tienen las ciudades, su percepción no es instantánea como cuando miramos un objeto abarcable por nuestra visión de una sola vez. La percepción del espacio urbano se realiza a través de la suma de imágenes sucesivas contenidas en el medio físico durante un espacio de tiempo dado.
La imagen paisajística urbana se forma por medio de una serie de elementos que el hombre logra identificar y retener en su memoria, llegando a convertir ciertas imágenes en puntos reconocibles importantes para su vida, en puntos reconocibles importantes como lugares de orientación dentro del marco o los límites urbanos. Kevin Lych en su libro "La imagen de la ciudad" plantea: "parece haber una imagen pública de cada ciudad que es el resultado de la superposición de muchas imágenes individuales. O quizás, lo que hay es una serie de imágenes públicas, cada una de las cuales es mantenida por un número considerable de ciudadanos. Estas imágenes colectivas son necesarias para que el ser humano actué acertadamente dentro de su ambiente y para que coopere con sus ciudadanos. Cada representación individual es única y tiene cierto contenido que sólo varía rara vez o nunca se comunica, pese a lo cual se aproxima a la imagen pública que, en diferentes ambientes, es más o menos forzosa, más o menos comprensible" (LYNCH, 1998).
La ciudad como entorno creado por el ser humano, tiene un carácter bien diferente a otros ambientes. Su estructura visual está formada por un conjunto de formas que pueden ser leídas con facilidad y donde muchas de ellas forman parte del sistema de orientación de los habitantes. Kevin Lynch ha nombrado los signos que mejor representan la ciudad y mediante los cuales los pobladores y visitantes captan la imagen paisajística, ellos son: nodos, mojones, barrios, sectores, bordes y sendas.
Ahora bien, todas las ciudades no tienen el mismo grado de complejidad, existen varios aspectos que hacen que la imagen del paisaje urbano se capte por los habitantes y visitantes con mayor o menor dificultad. El tamaño es el primer obstáculo que dificulta conocer e interpretar la imagen urbana. Las ciudades pequeñas poseen una estructura morfológica más claras, los hitos son identificados y visualizados desde cualquier punto de la ciudad. El transeúnte puede instintivamente desplazarse por ellas sin mayores dificultades, pues son pocas las sendas y fácilmente reconocibles los nodos.
2.1.2. M. ISABEL PAVEZ R. Espacios Verdes urbano públicos en provincia de Quillota
Síntesis de constataciones en los núcleos urbanos de la Provincia de Quillota.
Los recorridos, abarcando una cifra cercana al 95 % del territorio urbano de cada centro poblado, han permitido constatar la existencia de Parques Urbano-Comunales, Plazas de Representación, y Plazuelas Vecinales, además de Secciones Verdes en el Perfil de Vías, cuya situación general se resume en las líneas siguientes.
Parques Urbanos Comunales.
En lo referido a Parques Urbano Comunales, ellos se justifican en las ciudades o comunas urbanas con más de 35.000 habitantes. Se constata en la provincia de Quillota que las ciudades con una población próxima o superior a esa cifra -Limache, Quillota y La Calera- tienen un espacio verde mayor, oscilando su dimensión entre 13 y 6,5 Hás., esto es, menor que la superficie mínima de 20 Hás recomendada en diversos estudios para posibilitar su multifuncionalidad.
Estos parques se encuentran en todos los casos junto a cauces de agua destacados, con lo cual aumentan, en principio, sus recursos paisajísticos y de mantención por el marco de humedad natural. En el caso de La Calera se observa sin embargo que, si bien el parque está junto al río Aconcagua, medidas asociadas a las defensas del río, han dispuesto enrocados y rellenos que se han traducido en el endurecimiento del borde del río teniendo como consecuencia el deterioro significativo del soporte de vegetación y con ello probablemente una cierta merma de la fauna característica de los terrenos húmedos.
Por otra parte, estos parques, por su localización periférica, especialmente en el caso de Quillota, están lejos de la mayor parte de la población. Se debe agregar a esta situación el hecho que la masa de población de menor movilidad (ancianos -que duplicarán su representación en la composición de la población chilena en el próximo futuro, niños y minusválidos) no podrá utilizar frecuentemente estos espacios por estar lejos, y por depender de otros para su traslado, sin olvidar la peligrosidad por su tamaño, por la falta de animación, y por la misma condición periférica.
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