NO TIENE IMPORTANCIA

NO TIENE IMPORTANCIA

Voy a compartir con ustedes tres palabras que les ayudarán muchísimo en sus labores profesionales y en la vida, dijo una vez en el aula cierto sabio pedagogo ante una clase de futuros maestros, entre los que estaba KARINA . “Constituyen la fórmula mágica hacia la paz interior. Estas palabras son: NO TIENE IMPORTANCIA”.

¿NO TIENE IMPORTANCIA? El consejo parecía avalar la actitud de un “QUÉ ME IMPORTA?”, lo contrario de cuanto les había enseñado a valorar: la importancia de cada niño, la responsabilidad que implica ser maestro, etc.

¿QUE HABÍA QUERIDO DECIR EL MAESTRO?. Les explicó: El maestro se enfrenta cada día a muchas frustraciones que en realidad no son importantes. Si deja que lo venzan, los efectos pueden ser devastadores.

Les pondré un ejemplo. Supongan que ustedes, maestros, han planeado cuidadosamente su trabajo del día. Hay mucho que hacer; se acerca un programa especial, y pronto se atravesará un día festivo.

Un muchachito se enferma y vomita precisamente en el mural que los alumnos estaban a punto de terminar. Entonces pueden ustedes afligirse por haberse arruinado sus planes, o bien decir: NO TIENE IMPORTANCIA, y convencerse de que en realidad no es para tanto.

Por su puesto, deben ustedes preocuparse por lo que sí importa: lo que siente el escolar enfermo. Pero, en cuanto a los planes que ustedes tenían, tendrán que seguir con ellos a partir del punto en que los habían interrumpido.

KARINA, se convenció por la sabiduría del consejo y, como tendía ella a sentirse frustrada a menudo, escribió a lápiz en su cuaderno, con mayúsculas la frase NO TIENE IMPORTANCIA. Decidió no permitir que las frustraciones y decepciones dieran al traste con su paz interior.

¡SANTO REMEDIO! SE SINTIÓ MEJOR Y MÁS AUTORREALIZADA A MEDIDA QUE SE PREOCUPABA POR LO QUE DE VERAS TENÍA IMPORTANCIA Y SE DESENTENDÍA DE LO INTRASCENDENTE.

Entonces le salió al paso un reto a su nueva actitud: se enamoró de un hombre muy guapo, de nombre JUAN CARLOS. El sí importaba; estaba segura de que JUAN CARLOS, era su príncipe azul.

Una noche cuando salieron a pasear, y le dijo, con la mayor delicadeza, que sólo le consideraba una buena amiga. El mundo que había proyectado en torno de Juan se derrumbó. Estaba segura de no poder vivir sin él. Aquella noche, mientras lloraba en su alcoba, le parecieron irónicas las palabras escritas en su tablero: NO TIENE IMPORTANCIA.

- ¡Claro que sí la tiene!, musitó “Lo amo no puedo vivir sin él”. Más al despertar a la mañana siguiente, volvió a leer esas palabras con atención y empezó a analizar en serio la situación. ¿Qué importancia tenía, en realidad?. Importábamos Juan y yo y nuestra dicha, se preguntaba. ¿Pero desearía -casarse con alguien que no le amara?.

Al paso de los días descubrió que era posible vivir sin Juan. Podía ser feliz; con seguridad alguien más llegaría a su vida. Y aun cuando no fuera así, pues…. A pesar de todo sabía que sería feliz. Podía controlar sus sentimientos.

Años después alguien mucho más compatible con ella empezó a cortejarle. Para luego después de un tórrido romance JORGE ANTONIO, le propuso matrimonio; a la que ella acepto gustosa. En la emoción de los preparativos de boda, KARINA, se olvidó pronto de las palabras “NO TIENE IMPORTANCIA”. Ya no las necesitaba;

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