NUESTRO MAESTRO
Enviado por eochoaescarcega • 25 de Febrero de 2013 • 451 Palabras (2 Páginas) • 281 Visitas
Me gusta mi nuevo maestro desde esta mañana.
Durante la entrada mientras él se colocaba en su sitio se iban asomando a la puerta de la clase de cuando en cuando varios de sus discípulos del año anterior para saludarle
Buenos días señor maestro buenos días señor Perbono
Algunos entraban le asían la mano y escapaban Se veía que lo querían mucho y que habrían deseado seguir col él
El les respondía
Buenos días y les apretaba la mano pero no miraba a ninguno a cada saludo permanecía serio con su arruga en la frente vuelto hacía la ventana y miraba al tejado de la casa vecina y en lugar de alegrarse de aquellos saludos parecía que le daban pena Luego nos miraba uno después del otro con mucha fijeza
Empezó a dictar paseando entre los bancos y al ver a un chico que tenía la cara muy encarnada y con unos granitos dejó de dictar le tomó la barba y le preguntó que tenía le tocó la frente para ver si sentía calor Mientras tanto un chico se puso de pie en el banco y empezó a hacer tonterías Se volvió de pronto como si lo hubiera adivinado el muchacho se sentó y esperó el castigo encarnado como la grana y con la cabeza baja El maestro se fue a él le colocó la mano sobre la cabeza y le dijo
No lo vuelvas a hacer
Ni una palabra más Se dirigió a la mesa y acabó de dictar Cuando concluyó nos miró un instante en silencio con voz lenta y aunque ronca agradable empezó a decir
Escuchad hemos de pasar juntos un año Procuraremos pasarlo lo mejor posible Estudiad y sed buenos Yo no tengo familia Vosotros sois mi familia El año pasado todavía tenía a mi madre se me ha muerto Me he quedado solo No tengo en el mundo más que a vosotros no tengo otro afecto ni otro pensamiento Debéis ser mis hijos Os quiero bien y es preciso que me paguéis en igual moneda Deseo no castigar a ninguno Demostrad que tenéis corazón nuestra escuela construirá una familia y vosotros seréis mi consuelo y mi orgullo No os pido promesas de palabra aunque estoy seguro que en el fondo de vuestras almas ya lo habéis prometido y os lo agradezco
En aquel momento apareció el bedel (en las instituciones educativas, empleado encargado de mantener el orden fuera de las clases, y señalar la entrada y salida de las mismas) a dar la hora Todos abandonamos los bancos despacio y silenciosos El muchacho que se había levantado de pie en el banco se acercó al maestro y le dijo con voz trémula
Perdóneme usted
El maestro lo besó en la frente y le contestó
Está bien anda hijo mío
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