OBJETIVOS Y CARACTERÍSTICAS GENERALES
Enviado por tltltlt • 26 de Diciembre de 2013 • 4.175 Palabras (17 Páginas) • 338 Visitas
OBJETIVOS Y CARACTERÍSTICAS GENERALES
La ciencia económica, a igual título que cualquier otra ciencia, se despliega en tres niveles que Corresponden a preocupaciones diferentes pero complementarias. El primero de estos niveles Proviene de la intención de saber cómo suceden los hechos que interesa investigar: es el de la Descripción. El segundo nivel es el que procura conocer porqué los hechos observados suceden así: es el de la explicación. Finalmente, ninguna ciencia se conforma con contemplar los hechos y sus determinaciones, sino que pretende modificarlos: es el nivel práctico.
La economía descriptiva tiene su lugar en el primero de estos tres niveles; la economía política se ubica en el segundo; la política económica en el tercero. Pero, lejos de ser disciplinas rigurosamente separadas, los tres niveles guardan entre sí relaciones que examinaremos a continuación. Como lo indica su nombre, el objetivo básico de la economía descriptiva consiste en describir la actividad económica en una situación histórica concreta, valiéndose de instrumentos metodológicos específicos, muchos de los cuales serán presentados en el curso que nos ocupa.
Mirado desde un punto de vista abstracto, parece lógico que esta disciplina se ubique al comienzo de la investigación, sirviendo como cimiento para la explicación y para las aplicaciones prácticas. Sin embargo, la ciencia no es una entidad abstracta, sino un trabajo bien concreto de hombres social e históricamente arraigados en un contexto específico, y organizados como una corporación con intereses, valores y normas de procedimiento propios.
Visto desde este punto de vista, el edificio de la ciencia resulta menos sencillo y ordenado de lo que aparece a primera vista. El proceso de investigación puede iniciarse en cualquiera de los tres niveles, cuando alguna laguna en el saber (acerca de lo que observamos, o en el tejido de las explicaciones que nos ayudan a ordenar nuestra visión del mundo, o en nuestra capacidad para modificarlo) se transforma en un problema que creemos necesario resolver. La ciencia es, al fin de cuentas, una actividad productiva de “saberes”, regulada por ciertas pautas que llamamos "método", y cuyo sentido es el de ayudarnos a encontrar soluciones para nuestros problemas. Lo que hemos dicho hasta aquí resulta particularmente interesante si tenemos en cuenta que tanto la elección del objeto de descripción como la de los instrumentos adecuados para realizarla dependen de cómo hayamos definido el problema que pretendemos investigar, incluso si nuestra intención no va más allá de la descripción. Supongamos un caso muy simple. Digamos que nos interesa describir la evolución del poder adquisitivo del salario en un período determinado. Para hacerlo tendremos que tomar un cierto número de decisiones, tales como definir qué tipo de remuneraciones consideraremos "salario", qué Sectores de la población incluiremos en el universo estudiado, qué base de comparación adoptaremos, etc. Ninguna de estas decisiones es indiferente desde el punto de vista teórico (el nivel "explicativo") ni desde el punto de vista práctico.
Distintas posiciones teóricas y distintos intereses prácticos nos pueden llevar a organizar nuestra investigación de diferente manera y, por lo tanto, a obtener resultados diferentes en mayor o menor medida. Más aún. Si publicamos el resultado de nuestra investigación, despojado de cualquier comentario, como si fuera una "fotografía" de la realidad, nos encontraremos con el hecho de que diferentes personas y grupos lo "leen" o interpretan de diferente manera: donde unos encuentran una perspectiva alentadora, otros ven un avance hacia situaciones críticas.
Los intereses juegan un papel: los datos no nos dicen nada por sí solos, y los interpretamos inevitablemente en el marco de nuestras creencias y de nuestros intereses. Desde este punto de vista, los tres niveles que diferenciamos se articulan, a veces de una manera extremadamente compleja. Interesa pues resaltar que la descripción, desde sus inicios, está influida por lo que en un momento determinado una población en general o un grupo dentro de ésta - sus gobernantes, la comunidad científica, un grupo de empresarios u otro de trabajadores - perciban que interesa "fotografiar". En esta perspectiva es que podemos afirmar que la descripción no es, no puede ser "neutral".
Daremos otro ejemplo a efectos de clarificar las ideas expuestas anteriormente. En un país puede existir la preocupación de diseñar un sistema de seguridad social que sea a la vez justo y viable.
Dicha preocupación surge como resultado de la percepción de un problema: el sistema de seguridad social vigente hasta el momento presenta algún tipo de dificultad o deficiencia en su funcionamiento. Para encontrar alternativas es necesario antes que nada realizar un diagnóstico, o sea, una descripción de dicho sistema. Se presenta pues un objeto a describir como resultado de la preocupación de la comunidad.
Los instrumentos y la estrategia que se han de utilizar dependerán en gran medida de las personas que la realicen. Si, por ejemplo, estamos preocupados por lo reducido de los montos percibidos por los sectores pasivos (jubilados y pensionistas), la descripción se centrará seguramente en este aspecto y utilizará instrumentos adecuados que muestren la pérdida de poder adquisitivo de los haberes respectivos, o la brecha existente entre dichas prestaciones y una canasta de consumo básica.
Si, en cambio, nos inquietan las dificultades del gobierno o del país en general para financiar el sistema de seguridad social, la descripción se centrará en las erogaciones que implica, en la asistencia que el gobierno debe dar para cubrirlas, en las consecuencias que la falta de disponibilidad de recursos pueda tener sobre la evolución de los precios internos (si por ejemplo se decide emitir dinero para cubrir los gastos resultantes) y como es su impacto sobre la capacidad adquisitiva de las remuneraciones. En este último caso los instrumentos descriptivos que se utilicen estarán sujetos también a los aspectos que importe resaltar. No necesariamente porque haya una deliberada intención de engañar: el sesgo proviene del marco en el cual se formula el problema, y este marco está dado por la posición y las preocupaciones de quienes (personas o grupos) se lo plantean.
Se aprecia entonces que tanto la elección del objeto de descripción como la de los instrumentos descriptivos están condicionados por determinados intereses subjetivos. Dichos intereses determinarán en definitiva cuáles son los problemas a los cuales importa dar una respuesta y por ende cuáles son los aspectos a los que la descripción deberá otorgar prioridad. Es en este doble sentido
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