ORDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS. (Análisis).

Capitulo Segundo

ORDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS

(Análisis).

Llevando a un plano real lo que el autor quiere dar a entender, se debe tomar en cuenta dependiendo de las prioridades, responsabilidades de cada quien es que se toman las decisiones. Tomemos como ejemplo el siguiente fragmento. (Aquel aprendiz de aviador. Su profesor de vuelo le preguntó: «Va usted en un avión, se declara una tormenta y le inutiliza a usted el motor. ¿Qué debe hacer?» Y el estudiante contesta: «Seguiré con el otro motor.» «Bueno —dijo el profesor—, pero llega otra tormenta y le deja sin ese motor. ¿Cómo se las arregla entonces?» «Pues seguiré con el otro motor.» «También se lo destruye una tormenta. ¿Y entonces?» «Pues continúo con otro motor.» «Vamos a ver —se mosquea el Fernando Sabater Ética para Amador 15 profesor—, ¿se puede saber de dónde saca usted tantos motores?» Y el alumno, imperturbable: «Del mismo sitio del que saca usted tantas tormentas.»)

Si tu objetivo es llegar, conseguir, lograr o como lo quieran llamar eso que tanto deseas, por más obstáculos que se presenten debe ser superado y cada obstáculo nuevo será más complicado que el anterior pero que eso no nos quite las ganas de lograr aquello que tanto se anhela.

Ordenes, a nadie le gusta que le den ordenes por muy amable, respetuoso y servicial que sea, que pasen todo el ciertas horas del día diciéndote que hacer a cualquiera saca de sus casillas

Costumbres, actividades que normalmente hacemos por inercia dirían algunos, pero de alguna manera es una orden que ya asumimos por naturaleza. Levantarse cepillarse, y bañarse lo hacemos por costumbre, ¿pero no es una orden que nos han dado a lo largo de nuestras vidas? Porque no debemos

Caprichos, decisiones tomadas para buscar el beneficio de uno solo, en este caso de aquel que toma la decisión.

¿Un costumbre no sería una orden que asumimos como rutina pero en algún momento fue el capricho de alguno o algunos que tenían ideas en común?

Aristóteles, imaginó el siguiente ejemplo. Un barco lleva una importante carga de un puerto a otro. A medio trayecto, le sorprende una tremenda tempestad. Parece que la única forma de salvar el barco y la tripulación es arrojar por la borda el cargamento, que además de importante es pesado. El capitán del navío se plantea el problema siguiente: «¿Debo tirar la mercancía o arriesgarme a capear el temporal con ella en la bodega, esperando que el tiempo mejore o que la nave resista?»

Si la personalidad del capitán se identifica con una línea materialista y su único objetivo es llegar a puerto con la mercancía intacta arrojaría a la tripulación, pero imaginemos que la tripulación toma cartas en el asunto y no se dejan arrojar por la borda. Siempre que se toma una decisión y estamos en algún tipo de cargo que ejerce mando sobre alguien, se verá afectado no solo aquel que tomo la decisión sino también un tercero por muy personal que sea. ¿Y si el capitán es humanitario y decide arrojar por la borda todo el cargamento? Quedara mal frente aquellos que pagaron por su servicio.  Pero para él es más importante la vida de su tripulación. Son dos ideas, dos puntos de vista respetables desde cualquier perspectiva, pero personalmente se debe analizar cualquier escenario tomando en cuenta sus efectos tanto positivos como negativos y sacar la mejor conclusión, aunque hay situaciones que se deben tomar como arrojar la mercancía o arrojar la tripulación pero podemos hacer miles de análisis para cada situación pero llegaremos siempre la mismo punto, depende si nos encontramos entre la espada y la pared o simplemente decidiendo entre un camino que va a la derecha o izquierda.

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