Objetivos de movimiento

Este movimiento gestándose casi de manera espontánea en su versión ciudadana desde los jóvenes estudiantes contra el estado actual de cosas en el país, más allá de sus planteamientos o peticiones, es de llamar la atención en dónde se gesta y contra quién o qué se manifiesta. En otras palabras, lo que su “pliego petitorio” o “pancartazos” o “manifiesto” dilucida no otra cosa más allá de la misma demagogia de los políticos que es puntualmente lo que todos sabemos y requerimos que se atienda: pobreza, desempleo, corrupción, inseguridad, etc. Digamos que su toque distintivo es manifestarse contra los mismos políticos y sus alianzas o viejas prácticas que ahora se vuelven vigentes y de tajo oponerse a la cuestionable relación de Peña Nieto y Televisa que puede o está trayendo el lastre de los 70 años de esas obscuras y subterráneas complicidades de dominio ideológico y cultural que se apoyaban en el monopolio de la comunicación masiva que protege o suaviza o encuadra justamente toda actividad de los gobernantes en turno. Otra vez digamos, que no sería tan meritorio como otras manifestaciones, incluyendo a la de 1968 o a la de las marchas por la paz promovidas por personajes víctimas de la violencia o del desastre económico, sino fuera porque en la universidad donde nace (Iberoamericana), es un icono del poder económico de sus estudiantes, donde les enseñan a incrementar las fortunas de sus padres y donde les dan las herramientas para mantener el status del mismo poder financiero. Esto convierte a este movimiento en un parteaguas de la historia social y política del país porque son los ricos los que ya también se hartaron de los políticos y quizá hasta de ellos mismos y se está gestando una nueva conciencia al punto de manifestarse en contra de un monopolio que casi los representa a ellos. Eso si es alentador porque sin duda, lo sostengo, serán los jóvenes y los estudiantes en su caso, el eje motriz para que este país salga de donde unos tricolores y otros azules lo han mantenido.

Adhiriéndose los Pumas y los Burros más otras universidades, el movimiento se protege así mismo contra la reserva o especulación de que los “Iberos” que por su propio origen, pudiera ser un movimiento manipulado que igual fuera una estrategia para que de última hora se manifestaran a favor de algún partido o político en campaña. Bien entonces pareciera que este movimiento nace bajo la efervescencia electoral, pero creo que no, más bien es bajo un proceso en donde el sector más crítico, preparado y dinámico resiente el presente contra el futuro, futuro en el que por necesidad de supervivencia el reparto de la riqueza debe ser más justo para propia seguridad de los que actualmente la generan.

En este mundo globalizado y de cambio climático, México tiene en ciernes su propia Primavera.

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