Organizacion Y Gestion Mubicipal
Enviado por gustavogs • 27 de Septiembre de 2012 • 2.938 Palabras (12 Páginas) • 390 Visitas
Organización y gestión municipal
Hace poco tiempo era impensable que instituciones con un alto prestigio social como el municipio en México, vieran erosionada tan rápidamente su legitimidad como consecuencia de los abusos que se ha hecho de los recursos públicos a su disposición y por las insuficiencias en el tratamiento de sus asuntos estratégicos. La mítica e histórica figura del municipio ha iniciado un proceso acelerado de rendimientos decrecientes en lo que tiene que ver con su prestigio y reconocimiento social. Asistimos a una especie de crisis de la institucional municipal, resultado de la inmadurez con que se ha manejado la autonomía.
Al menos hay dos frentes sobre los que necesitamos trabajar si aspiramos a estar en sintonía con los cambios que operan a nivel mundial. Por un lado, tenemos el reto de poner al día las formas de organización municipal, que para el caso de los grandes municipios y zonas metropolitanas de México, han sido rebasadas desde cualquier ángulo que se les mire por los problemas y asuntos propios de cada territorio. Así también, dentro de la misma agenda del cambio, debemos tener presente el daño causado por la alta discrecionalidad con que las autoridades municipales han manejado sus recursos públicos, sobre todo los que tienen que ver con los gastos personales de los altos funcionarios, regidores y presidentes municipales. Con este tipo de distorsiones se ha puesto en tela de juicio a la reputación, que el municipio había acumulado a través de su historia.
Pongo como ejemplos los casos ampliamente ventilados en los medios de comunicación del estado de Jalisco y que se encuentran detrás del debilitamiento en sus niveles de legitimidad: bonos de fin de trienio, compensaciones extraordinarias, haberes de retiro, seguros dotales, sobresueldos, pluses, y vacaciones no registradas entre otros.
Sobre estos temas coexiste en México un doble discurso y una doble realidad. Por un lado, se encuentra un sector de académicos (últimamente también el de las autoridades, que están invirtiendo partidas significativas de recursos en programas de imagen en los medios de comunicación) que tienen como objeto de estudio y objetivos, recuperar las innovaciones y las buenas prácticas de las administraciones municipales, tomando distancia de las visiones pesimistas del municipio. El otro discurso, es el de la agenda para la Reforma Municipal, entre cuyos puntos se incluyen al de la modernización de los aparatos administrativos y la profesionalización de la gestión de los ayuntamientos.
Con tales referentes dialécticos, me permito apuntar en estas notas algunas ideas sobre los aspectos organizacionales y de gestión de los grandes municipios de México, teniendo como referente, el contexto específico que priva en el estado de Jalisco.
Organización municipal
Las grandes concentraciones urbanas de México, observan un acelerado déficit en los rendimientos de su gestión, como consecuencia de su debilidad para la concertación de acciones entre municipios vecinos y municipios que forman parte de las zonas metropolitanas. Aún en el hipotético caso de que cada uno de los gobiernos locales, tuviera un desempeño sobresaliente, la calificación de la gestión que obtendrían en conjunto sería baja, dado que la dimensión de los problemas que enfrentan, rebasan con mucho a las capacidades y esfuerzos de cada uno. Se requiere entonces, de una escala mayor de gobierno y administración para el tratamiento de sus problemas públicos; y que les permita a su vez, mejorar la posición competitiva de las ciudades
Cabe destacar que en las 32 zonas metropolitanas que existe n en México, se han desplegado diversos esfuerzos para atenuar este problema, habiéndose formado diversos consejos e instancias de coordinación metropolitana para atender tanto los problemas sectoriales (aseo, seguridad pública, transporte y agua potable), como aquellos otros que tienen un alcance más amplio en cada zona. Sin embargo estas buenas intenciones han resultado insuficientes para atender los problemas crecientes de las grandes concentraciones urbanas. A lo sumo se han concretado algunas obras públicas con financiamiento conjunto, o bien, se han concertado diversas acciones temporales para atender algunos servicios públicos prioritarios.
Hemos dejado pendiente la construcción de un diseño municipal consistente con los requerimientos de organización y gestión de los grandes municipios. De esta manera continuamos con los estilos casuísticos y muchas veces ocurrentes en las propuestas de iniciativas de políticas públicas y proyectos de gobierno, lo que en el fondo obedecen a la carencia de proyecto conjunto y de largo plazo. En la Zona Metropolitana de Guadalajara, se ha propuesto recientemente, la creación de un Instituto o Consejo de Planeación Metropolitana, por otra parte, los regidores electos del Partido Verde Ecologista de México PVEM, en Guadalajara, Tlaquepaque, Tonalá, Zapopan, y El Salto, acordaron la creación de la Coordinación Verde Metropolitana.
Existen también, áreas metropolitanas que tienen un acelerado proceso de expansión económica y demográfica, como sucede con la de Bahía de Banderas5. En esta región se formó en 1989 un municipio con el propósito de tener una plataforma institucional que permitiera atender adecuadamente los desafíos que el turismo estaba planteando al desarrollo de la región. Se esperaba con el nuevo municipio, disponer de con un aparato administrativo moderno, que atendiera en mejores términos los retos de una economía abierta y en rápido proceso de expansión (Villaseñor Palacios Bertha Alicia, 1997). Pero con todo y las grandes expectativas depositadas en la nueva organización municipal, la dinámica y la agenda de gobierno han estado enfocados a los asuntos domésticos tradicionales, y en menor escala a las cuestiones del desarrollo y la coordinación intergubernamental que les requiere la actividad turística. Lo trágico del asunto, es que no obstante que en el propio discurso oficial se acepta tal rezago en el diseño de la institución municipal, las medidas de política que se han implementado no se han orientado a resolverlo con la efectividad y eficiencia requerida. Podemos incluso afirmar que esta cuestión ha sido desbordada del ámbito puramente administrativo, para pasar a convertirse en un factor de riesgo y mayor vulnerabilidad para los municipios que conforman las zonas metroplitanas. Las explosiones en los drenajes de Guadalajara, acaecidas el 25 de marzo de 1983 y el 22 de abril de 1992 no lo han mostrado con mucha nitidez.
Si sumamos a tales desastres, los conflictos entre gobiernos municipales y estatales por el aprovechamiento de las aguas, además de las dificultades de municipios
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