ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Orientacion Sexual


Enviado por   •  23 de Marzo de 2015  •  3.525 Palabras (15 Páginas)  •  185 Visitas

Página 1 de 15

IDEAS EMANCIPADORAS

Simón Bolívar.

Bolívar, además de haber libertado a sus propios esclavos, dando el más digno ejemplo, dictó dos importantes decretos. Primero en Carúpano, al llegar del exilio haitiano, en cumplimiento de la promesa hecha a Petión por su extraordinaria ayuda, el 2 de junio de 1816 decreta "la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo español en los tres siglos pasados", e impone a los nuevos ciudadanos la necesidad de luchar por la República, por lo que debían alistarse en las filas patrióticas "todo hombre robusto, desde la edad de catorce hasta los sesenta años".

La preocupación por cohesionar a los venezolanos, sin distingos de ninguna naturaleza será una constante en la actitud de Bolívar. En tal sentido, su discurso en el Congreso de Angostura es determinante: "... Yo imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos, como imploraría mi vida, y la vida de la República", decía en esa oportunidad el 15 de febrero de 1819.

En los primeros meses de 1817, los patriotas, encabezados por Manuel Piar, sitiaron la ciudad de Angostura derrotando a Miguel de la Torre en la batalla de San Félix. Con este triunfo liberaron gran parte del territorio de Guayana.

Finalmente, Angostura quedó en manos de los patriotas el 17 de junio de 1817 y desde ese momento, Guayana se convirtió en capital de la República.

A partir de 1819, Bolívar cambia su estrategia militar y decide atacar a los realistas por la retaguardia, dirigiéndose a los llanos de Arauca y

penetrando en la Nueva Granada por los Llanos de Casanare. De allí avanzó por el paso de Los Andes a través del páramo de Pisba para sorprender al enemigo en el Puerto de Gámeza y más tarde en Pantano de Vargas.

Después de tantos sacrificios, el ejército patriota derrotó al realista en Boyacá con una aplastante victoria que marcó la liberación de la Nueva Granada y el Libertador entró triunfante en Bogotá.

En 1820, Simón Bolívar y Pablo Morillo firman el tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra en la ciudad de Santa Ana de Trujillo. Esa tregua se rompió en abril de 1821. Las tropas realistas, al mando de La Torre, se ubicaron en los Valles de Aragua mientras que los patriotas, al mando del Libertador, se concentraron en Caracas.

La batalla se decidió a favor del ejército patriota, gracias a la dirección del Libertador y la actuación de la caballería de Páez de la legión Británica. La batalla de Carabobo selló militarmente la Independencia de Venezuela el 24 de junio de 1821.

Luego Bolívar, acompañado por Antonio José de Sucre, se dirigió hacia el sur de Colombia y el 7 de abril de 1822 derrotó a los realistas en Bombona, mientras Sucre lograba la victoria en Pichincha el 24 de mayo.

Más tarde, el 6 de agosto de 1824, Bolívar logra su última hazaña militar en la batalla de Junín. Finalmente, Sucre derrota definitivamente a los españoles en Ayacucho el 9 de diciembre de 1824.

Simón Rodríguez.

En Concepción (Chile), el eclesiástico Reinaldo Muñoz Olave en una obra que escribiera en el año

1822, sobre el Instituto de Literatura de Concepción, donde trabajó algún tiempo Don Simón, proyecta una imagen racionalista y anarquista de Rodríguez. “…leyó algunos autores anarquistas, y tomó de ellos algunas ideas avanzadas en materias políticas”. Y luego continúa refiriéndose a: “La aversión que en los sectores eclesiásticos despierta Simón Rodríguez por su pensamiento e ideologías racionalistas”.

El filósofo chileno José Victorino Lastarria escribe: “Rodríguez, como los reformadores europeos, tomaba como palanca de su reforma social la educación”. Lastarria propone que el rechazo a las reformas educativas promovidas por Simón Rodríguez se debía, entre otras cosas, a la idea de unir conocimiento teórico y práctico, el cerebro y la mano. El educando, agrega Lastarria, tenía que participar en “fabricación de ladrillos, de adobes, de velas, y otras obras de economía doméstica”. Como a sus clases asistían clases altas, medias y bajas, entonces los padres de los niños de las clases altas resentían que la educación incluyera trabajos prácticos como ferretería, carpintería o agricultura. Me parece que la idea central de Simón Rodríguez al enfatizar la unidad del cerebro y la mano es superar la división social del trabajo y promover el amor al trabajo.

Si quisiéramos encontrar diferencias entre Simón Rodríguez y Paulo Freire, sin duda que las hay. El iluminismo con el que se inicia la modernidad tiene muy en alto el valor de la ciencia y de la técnica. Las reformas educativas prohijadas por la

revolución francesa ponían el énfasis en las ciencias y en los oficios como se dice la Enciclopedia. Era así porque la modernidad es laica y estaba en el esfuerzo de salir de la luz de la fe a la luz de la razón. Y esto mismo lo vemos en Simón Rodríguez. El énfasis en el trabajo manual conducía al aprendizaje de un oficio como la carpintería o la agricultura. Rodríguez aprovechó su larga estadía en Europa para aprender ciencias como la física o la química. También gustó del oficio de la imprenta. El afán de utilidad social era parte de la propuesta iluminista de la educación. Junto al aprecio por la ciencia va unida la secularización del pensamiento y el aprecio de valores humanísticos más que religiosos. Y aquí obviamente hay una diferencia grande entre Don Simón y Paulo Freire. El educador brasileño confesó que no había tenido necesidad de salirse del cristianismo para ser socialista o revolucionario. En cambio, Simón Rodríguez era agnóstico. Fue otro aspecto en el que chocó con la aristocracia y la burguesía andina de Chuquisaca. En los tiempos en que Simón Rodríguez vivió la ciencia era nueva y hasta revolucionaria y él participó de esa euforia. En la época de Freire, como diría Habermas, la ciencia y la técnica forman parte del sistema, e incluso de la infraestructura social de la producción tanto en el capitalismo como en el socialismo real. Hoy, agrega Habermas, la ciencia muestra explícitamente el a priori tecnológico que, sin embargo, estaba claro desde sus orígenes modernos, como lo expresó con

absoluta claridad Francis Bacon cuando afirmó que ‘el conocimiento es poder’. La ciencia sigue siendo necesaria porque está unida a la industria en que se sustentan las sociedades capitalistas y socialistas. Pero ya no tiene esa mística que otrora tenía en la revolución científica moderna. Sobre este aspecto escribe Freire: “Uno de los riesgos que necesariamente correríamos al superar el nivel del mero conocimiento conjetural, mediante la metodización rigurosa de la curiosidad,

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (21 Kb)
Leer 14 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com