PALABRAS PARA NO OLVIDAR

PALABRAS PARA NO OLVIDA

Por generaciones, años, legados y cultura, toda persona que habita en cada metro cuadrado del territorio colombiano, cuenta en su interior con un ser más cómodo y facilista, que en ocasiones opina, ordena y domina alrededor de su mundo “la ley del mínimo esfuerzo”, y luego nos preguntamos ¿por qué la situación de hoy es tan difícil, tan complicada y cada vez peor? ¿Por qué el país está como esta? es tan grande nuestro pesimismo, que aflora ante nosotros un demonio pacifista, conformista y cómodo que invade nuestros pensamientos encerrándonos en una zona de confort.

Todo trasciende más allá de lo que podemos percibir, la idiosincrasia de cada colombiano, adopta dogmas, creencias y un estándar de pensamiento que siendo nuestra cultura,  mimetiza nuestra propia identidad.

Vamos a la escuela, colegio o universidad a aprender y profundizar conocimientos en todas las áreas, memorizamos fechas de la historia, pero no aprendemos la lección detrás de ella, la enseñanza básica no es suficiente, el conocimiento transmitido no afronta nuestras necesidades, nos venden cultura mediocre vacía y hueca, que sumado al demonio con que vivimos forman el equipo perfecto, así dominando el curso de la vida de cada habitante.

Somos tan cómodos y conformistas que usamos frases típicas del común que decimos “como esto nos es mío”, “necesitamos un buen líder”, “como no me afecta” “igual siempre van a robar”. Que olvidamos asumir toda situación que se desarrolle en el país, no reaccionamos ante tanto atropello cometido por el estado, la fuerza pública y cada persona, no ejercemos el derecho y deber de cambiar este entorno en que habitamos.

Aún más el pesimismo de cada quien, es tan grande que hacemos redención a quien no le debemos nada y agradecemos lo que es propiedad nuestra, y nos quejamos pero no hacemos nada, decimos y decimos cosas con o sin razón pero nunca nos atrevemos a dar el primer paso, paso que augura el cambio, cosa que todos necesitamos para un mejor existir en este lugar, basta con un grano de arena para construir un mega edificio, pero basta con un pequeño cambio de aceptación para lograr un mundo mejor.

 La conciencia colectiva la generamos todos, el cambio empieza por cada uno, por cada acción, cada gesto de cultura, aporta, brota y germina la semilla de la cual crecerá el árbol de la abundancia, adornado de valores y sociedades educadas para una excelente y mejor mañana.

Pensemos por un segundo y vivamos el fervor de la vida, la sensación de estar y sentirnos vivos, luchemos por un mañana para mí, para ti y para cada habitante de la bella Colombia que habitamos.  

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