PARA VIVIR HAY QUE TENER UN SENTIDO
Enviado por AngieHc23 • 18 de Febrero de 2014 • 603 Palabras (3 Páginas) • 402 Visitas
PARA VIVIR HAY QUE TENER UN SENTIDO
La soledad, no hay nada peor que tener a la soledad como nuestra compañera y aceptarla como tal. A pesar de las vicisitudes que la vida le depare al hombre, si éste posee un motor que lo impulse a seguir adelante, éstas no serán obstáculo para lograr sus sueños o sus metas.
Es intrínseco en el hombre buscar los mecanismos para su supervivencia, puede que muchas veces, en múltiples ocasiones se pregunte cuál es el propósito de su vida, si son necesarios todos los sacrificios que se hace en ella, es allí donde se habla del sentido de la vida.
El sentido de la vida se relaciona más con lo espiritual y personal que con lo material, puesto que, cuando el ser humano tiene un por qué para vivir, hallará siempre la forma de cómo hacerlo. Al respecto, Yépes Stork, plantea que: “Descubrir el sentido de la propia vida es, alcanzar a ver, a donde lleva, tener una percepción de su orientación general y de su destino final. Si se ven las cosas a largo plazo, lo importante es el final, el destino. Pero normalmente, como se ha dicho antes, la vida tiene sentido cuando tenemos una tarea que cumplir en ella.”1
El ser humano afronta infinitas situaciones siniestras, pero más allá de éstas, encuentra las razones por las que las enfrenta, defendiendo su vida y aferrándose a ella. Es por esto que la supervivencia está íntimamente relacionada con el sentido de la vida.
A la hora de citar ejemplos acerca de la supervivencia y el sentido de la vida el libro del Psiquiatra Viktor Frankl “El hombre en busca de sentido” y la película “El
1. YEPES, R. Fundamentos de antropología “El sentido de la vida”, Pamplona 1996.
náufrago” son los más precisos. Las situaciones presentadas en cada uno son distintas, pero presentan similitudes puesto que en ambos casos, se lucha por cambiar la realidad adversa que se está viviendo.
El libro del Dr. Frankl presenta las mil y una atrocidades por las que pasaron cada uno de los prisioneros que se encontraban en los campos de concentración, la forma despiadada e infrahumana con la que eran tratados, ya que dejaron de ser personas para convertirse en sólo números. ¿Quién no perdería cualquier signo de esperanza y ganas de vivir en dichas situaciones? Cabe resaltar que algunas o muchas de las personas que estaban en ese campo de concentración posiblemente hubiesen perdido toda esperanza, a Frankl, por el contrario, lo dominaba el poder de la mente y la razón, como decía “el hombre privado de libertad física sigue siendo libre, ya que conserva la libertad psicológica”. Este poder de la mente y la razón es el que le dio la capacidad, en su condición de médico, de ayudar a cuanta persona estaba en peor situación que él.
Por otro lado, El náufrago, que se encontraba a la deriva y solo, con el cielo como techo, sufría la angustia
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