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PASIÓN POR ENSEÑAR Y COMPETENCIAS DOCENTES


Enviado por   •  2 de Octubre de 2013  •  3.254 Palabras (14 Páginas)  •  663 Visitas

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LA PASIÓN POR ENSEÑAR Y COMPETENCIAS DOCENTES.

¿Cuáles son las características de un buen docente?

Podemos decir que un docente es una persona docta.

Docto. , -ta adj./s. m. y f. Se aplica a la persona que posee muchos conocimientos adquiridos a fuerza de estudio: es una persona muy docta en la enseñanza

Docente tiene que desarrollar una serie de competencias profesionales pedagógicas para hacer posible que la escuela cumpla su función social, a tono con las exigencias de una generación que no está dispuesta a cambiar a los antiguos roles de la educación. Los nuevos ambientes de aprendizaje son una forma de organizar el proceso de enseñanza, sea esta de carácter presencial o a distancia que implica el empleo de tecnología.

Ahora bien, será la tecnología de la información el elemento capaz de lograr que la educación sea algo más que una simple transmisión de conocimientos. Namo de Mello sostiene que ante esta posibilidad habrá que enfrentar dos tipos de desafíos: practicar formas de gestión que fortalezcan el ejercicio de la iniciativa creadora de la escuela, incluyendo la gestión de la información y resignificar los instrumentos del trabajo pedagógico: currículo, contenidos de enseñanza, métodos y perfiles de los profesores

Ser competente es ser capaz de:

“Expresar e interpretar conceptos, pensamientos, hechos y opiniones (escuchar, leer, hablar y escribir) [e] interactuar lingüísticamente de una manera adecuada y creativa en todos los posibles contextos sociales y culturales, como la educación y la formación, la vida privada y profesional, y el ocio”.

Responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada

Definiciones

(Perrenoud, 1999)

“Movilizar conocimientos”

La manifestación de una competencia revela la puesta en práctica de conocimientos, habilidades, actitudes y valores para el logro de propósitos en contextos y situaciones diversas

Monereo y Pozo (2007)

Hablan de poseer un conocimiento funcional no inerte, utilizable y reutilizable.

Coll (2007)

Hace referencia a activar y utilizar los conocimientos relevantes para afrontar determinadas situaciones y problemas

 Las competencias no son en sí mismas conocimientos, habilidades, actitudes o valores, sino que movilizan e integran los recursos.

 La movilización solo resulta pertinente en situaciones únicas.

 El ejercicio de la competencia pasa por operaciones mentales complejas, sostenidas por esquemas de pensamiento, los cuales permiten realizar acciones adaptadas a las situaciones.

 Las competencias profesionales son producto de un proceso de formación.

El docente ahora actúa como un mediador del aprendizaje, y cuya tarea primordial será el diseño pedagógico de los contenidos, en los nuevos ambientes de aprendizaje que incluyen por supuesto las TIC, en donde a la vez que brinda información, estimula el desarrollo de habilidades, tanto cognitivas como afectivas, y fomenta en el estudiante valores y actitudes, donde se pueda hablar y comunicar en el mismo plano que la generación que ha tomado su turno en la historia.

El docente se presenta como un ser reflexivo que implica fundamentalmente compromiso con lo que hace, y que se combina en una serie de factores tales como:

El modelo crítico-reflexivo forma parte de un movimiento de renovación curricular y de la enseñanza más amplio que asume la idea del “profesor como investigador” como eje fundamental de dicho movimiento. Una de las manifestaciones más significativas de esta corriente innovadora tuvo lugar en Inglaterra a principios de la década de los sesenta. El modelo se apoya en un conjunto interrelacionado de ideas, valores y conceptos acerca de la naturaleza de la educación, el conocimiento, aprendizaje, currículo y enseñanza. Estas ideas se articulan y clarifican en el proceso. Apoyándose en la psicología constructivista el modelo crítico reflexivo considera que los sistemas de pensamiento se aprehenden según construcciones particulares que conducen a la diversidad y a la divergencia, dado el carácter singular que tiene la construcción de conocimiento en cada individuo y grupo.

Dentro del modelo crítico reflexivo la función docente constituye una compleja práctica profesional que demanda un proceso permanente de investigación. “Diagnosticar los diferentes estados y movimientos de la compleja vida del aula, desde la perspectiva de quienes intervienen en ella, elaborar, experimentar, evaluar y redefinir los modos de intervención en virtud de los principios educativos que justifican y validan la práctica y de la propia evolución individual y colectiva de los alumnos, es claramente un proceso de investigación en el medio natural” (Pérez Gómez, 1990).

La formación del educador reflexivo surge de su propia necesidad de repasar y volver a pensar su práctica pedagógica, cuestionarse sobre las dimensiones de su propio conocimiento y disponerse para aprender, día tras día, que la realidad en el aula es única y por esta razón pide “miradas” específicas sobre su totalidad, porque es de esta manera que el hombre se construye, tornándose sujeto, mientras se va integrando en su contexto, va reflexionando acerca de él y con él se va comprometiendo, tomando conciencia de su historicidad.

“La formación del educador reflexivo es muy importante, no sólo para recuperar su propia identidad como educador, sino también para enriquecer la práctica pedagógica a través de «la reflexión sobre su propia experiencia», no reflejando la experiencia de otro, pero sí, la de su mundo vivido” (Zeichner; 1993). Igualmente, “la formación reflexiva de los educadores tiene que estar allí con el entender político que éstos se permiten, y la comprensión de ésta lleva al esclarecimiento de las dimensiones oscuras que resultan del acercamiento del hombre al mundo, posibilitándoles una lectura siempre crítica de su realidad dinamizada por la transformación de su práctica pedagógica en otra reelaborada, repensada” (Freire; 1980).

• Un conjunto claro y duradero de valores e ideologías que informan la práctica con independencia del contexto social. El rechazo activo de los enfoques minimalistas de la enseñanza. Una disposición permanente a adaptarse y a reflexionar sobre la experiencia y el contexto en el que se desarrolla la práctica. Un sentido sostenido de la identidad y la finalidad, y la capacidad de controlar las tensiones causadas por las presiones externas para cambiar. (Day, 2006).

Se proponen nuevas formas de enseñar, donde los recursos didácticos de que se dispone estén orientados a los diferentes estilos y modos de aprender, donde se estimulen todos

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