PENSAMIENTO CREATIVO DE LA EMPRESA
Enviado por noryoljimpe • 21 de Julio de 2013 • 1.368 Palabras (6 Páginas) • 446 Visitas
El Pensamiento Creativo y Empresa
Las sociedades tradicionales, desde que la humanidad tiene memoria, se asemejan a las pirámides en las que el vértice estaba formado por 3 instituciones poderosas, simbólicas y sinérgicas: la nobleza, el clero y el ejército, encarnaciones respectivamente del poder civil, el poder religioso y el poder militar.
Desde finales del siglo XIX, pero sobre todo ahora, en el paso del segundo al tercer milenio, se ha firmado un cuarto poder, que resulta colosal: la empresa. Nadie, allá por los siglos XV y XVI, pudo imaginar la envergadura de las modernas transnacionales. Pensemos en General Motors, en Mercedes Benz, en Coca – Cola, en Kodadk, en Sony, etc.
La empresa moderna, que data de la era de la industrialización, ha dado muestras de gran creatividad: ha transformado al mundo en muchos aspectos: la comunicación, la economía, la política, la educación, la tecnología, las relaciones familiares.
Pero –dada la competencia cada día mayor- no puede dormirse en los laureles; está llamada a ser más y más creativa. Campo privilegiado del pensamiento creativo es y seguirá siendo la esfera empresarial.
La creatividad empresarial desborda el tema de este libro. Pero podemos anotar algunos postulados basilares: a diferencia de lo que sucede en las aulas escolare, en la empresa no bastan la ideas brillantes; hay que “ponerle pies a las ideas brillantes”,; es decir, hay que aterrizar en la realización y en la innovación.
Pero, como quiere que sea, el inicio de los progresos y de las conquistas es siempre creativa. La creatividad empresarial se supone más dinámica y más audaz no sólo porque, a diferencia de la creatividad académica o literaria, requiere realización , sino también porque la creatividad empresarial se suele dar dentro de estructuras bastantes complejas que, según el caso, pesan, inhiben, frenan, presionan y oprimen. Hace falta muchos elementos afectivos y volitivos para dar el salto de la libre invención del pensador/soñador al terreno del empresario y a las luchas contra las prisiones y trabas del sistema administrativo.
Si la creatividad empresarial no es entusiasta, fácilmente será sofocada. Se requiere lo que Edward de Bono llama “serious creativity”, el título de su libro más importante. Se requieren , en concreto:
• Valores y objetivos compartidos.
• Equipos abiertos y sinérgicos.
• Diseños novedosos, originales y atrevidos.
• Decisiones abiertas y audaces.
• Hábil manejo de los recursos materiales.
La palabra empresa, gemela de sorpresa, viene de las palabras latinas Inter. Y prenderé. (En Inglés dicen enter-prise, enter-preneur). Es afín a emprender, comprender, aprender, sorprender.
Esta familia de términos se refiere a actos que tienen un componente muy dinámico y tenaz.
La empresa es, en esencia, creativa. Una empresa que no es creativa se niega a sí misma.
En la empresa se maneja la creatividad grupal y de equipo, más que la creatividad individual. En el quinto congreso de la european Association for Creativity and Innovation (Vaalsbroek, Holanda,1996), preguntéa Sandra Dingil, la directora del programa de Bono para el desarrollo del pensamiento creativo: tú que estás tan inmersa en la obra de De Bono, ¿Cuál crees que es la aportación más significativa de este pensador al mundo de la creatividad? Ella me respondió sin titubear: el poner el énfasis en el “nosotros” en vez del “yo”.
Es un hecho que la creatividad de equipo ayuda al desarrollo empresarial, y que la creatividad individualista no lleva a grandes progresos.
En este libro, de acuerdo con nuestro tema, nos limitamos a ese primer motor de la empresa que es el pensamiento creativo. Dos son las palabras clave en este campo: visión y misión.
Dicen Peters y Waterman, los del best seller In search for excellence, que el empresario exitoso es “un maniático de la misión.”
Pero no caigamos en la en una trampa: pensar que al decir empresario, se refiere uno necesariamente al dueño o al fundador de una empresa. No. Ser empresario es en primer lugar una actitud y una disposición.
En cualquier puesto se puede ser empresario, lo mismo que en cualquier puesto se puede ser burócrata. El burócrata es el claroscuro del empresario.
He conocido directores generales de empresas importantes que son burócratas. Heredaron los negocios de sus padres, y se limitan a administrar mediocremente instituciones que son ya dueñas de un sector apreciable del mercado.
Un escritor puede ser más empresario que un director de una fábrica. Por citar un ejemplo, el premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela dice de su propio trabajo literario: “He procurado siempre
...