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PEQUEÑOS GIGANTES


Enviado por   •  4 de Abril de 2013  •  1.744 Palabras (7 Páginas)  •  469 Visitas

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Clásicos

PEQUEÑOS GIGANTES

Historias de empresas que prefieren permanecer pequeñas y especiales en lugar de convertirse en grandes.

Al llegar allí, frente a ese inmenso paisaje, se siente como un estruendo en el interior, una voz que dice ¡Dios, esta vez me descrestaste! Los ojos simplemente parecen no captar la imagen en medio de la sensación de haber encontrado un tesoro en el camino. Un tesoro aun más brillante, pues allí están juntas unas manos enamoradas. En el municipio de Aquitania, Boyacá, a algunas horas en carro desde Bogotá, el Lago de Tota parece de otro mundo. Poco a poco, en la carretera, van apareciendo hoteles coloniales como si fueran adornos. Uno de estos hoteles, El Refugio Pozo Azul, es como una caja de sorpresas, llena de detalles y romanticismo. Desde sus cuartos en madera rústica se aprecia todo el panorama del lago azul verdoso. Allí es posible tomarse un canelazo frente a la hermosa chimenea circular llena de cojines tejidos por artesanos. Los jardines con arbustos típicos, como mortiños y arrayanes, el servicio inigualable de los boyacenses, las artesanías, la deliciosa trucha arco iris; cada detalle, solo puede ser el resultado de años de trabajo tras un sueño. El Refugio Pozo Azul fue fundado hace 34 años por Gary Clements, un norteamericano que se enamoró de la región y allí murió con una obsesión. "Los actuales dueños del hotel continuaron el sueño de crear un lugar distinto, sin tecnología, donde las personas se pudieran desconectar. Estamos enamorados del hotel tal como es, si fuera más grande perdería su autenticidad", asegura Martha Hernández, administradora de Pozo Azul hace 15 años.

Uno nunca sabe cuándo se va a topar en la carretera con historias de empresas y empresarios que desafían la sabiduría convencional de "entre más grande mejor" o "crecer o morir". Aunque parezca sospechoso, en medio de tantas fotos con señores jalándose los pocos pelos porque la bolsa subió o se desplomó, algunos emprendedores dedican sus vidas a propósitos distintos al dinero. Por supuesto, el dinero siempre será importante, pero en vez de estar sumergidos en un cuadro de Excel y la proyección trimestral, estos soñadores se desvelan por crear ambientes inigualables de trabajo, productos y servicios sin comparación, lugares para ir a trabajar con gusto, plenamente comprometidos con sus clientes, colaboradores y la comunidad. En otras palabras, estos visionarios no valoran sus empresas por su tamaño o utilidades, sino por su legado en este mundo y el karma que se siente alrededor. Gran parte de la crisis actual corresponde a un deseo desenfrenado por crecer y crecer sin límites. Es por esto que es refrescante retomar el fabuloso libro del autor Bo Burlingham (2005) Small Giants: companies that choose to be great instead of big, un reportaje a un grupo de compañías que decidieron por cuenta propia permanecer pequeñas con tal de proteger aquello que las hace especiales. "Sin saberlo, los emprendedores exitosos tarde o temprano van a tener que tomar una decisión sobre ¿qué tan grandes quieren que sean sus proyectos? Y la respuesta a esta pregunta suele tener un impacto mucho mayor sobre sus vidas y el propósito de sus empresas del que se imaginan", plantea Burlingham en su libro.

El mundo moderno de los negocios parece embelesado con el crecimiento. No solo los libros de gerencia, sino la prensa escrita, lo que se dicta en las escuelas de negocios o lo que dicen los expertos, siempre apuntan a identificar el secreto sobre cómo crear el próximo Microsoft o convertirse en el Carlos Slim del futuro. Tratando de seguir estos paradigmas, jóvenes y experimentados emprendedores aceleran sus proyectos hasta que literalmente se estrellan con la quiebra. Una especie de desafío interno les coloca determinada cifra en su mente que llega a ser más importante que su familia, amigos y la vida misma. Pero lo que muchas veces estos emprendedores no saben es que pueden elegir. Para su libro, el experto en emprendimiento, Bo Burlingham, se propuso identificar compañías que hayan tenido la oportunidad de crecer sorprendentemente pero que en una decisión consciente prefirieron permanecer pequeñas. Suele suceder que el tamaño aleja a las compañías y a sus gestores de los principios básicos con que arrancaron, como prestar un servicio formidable, crear un producto único o llevar una vida tranquila trabajando para sí mismos. Sorprendentemente, Burlingham identificó pequeños gigantes, como llama a estas maravillosas organizaciones, en todos los rincones de la vida empresarial, de los cuales destacó 14, en sectores tan variados como la música, servicios, alimentación e industria, entre otros.

Ya sea conservando la tradición de una excelente cerveza hecha en casa, la cara de agradecimiento de sus clientes, el restaurante que centímetro a centímetro se ha pensado como un regalo, el sonido de un grupo musical que nunca perdió su esencia, el aroma de un café gourmet colombiano, la agudeza y creatividad de una publicación independiente, la alegría de su gente al trabajar o la magia de un hotel en medio del frío boyacense, siempre habrá diversas formas de medir su éxito, diferentes a las ventas, y este puede ser el mejor negocio. Colombia también está llena de pequeños gigantes ¿vale la pena entender cómo funcionan?

Defender un sueño

Tal vez sin percatarse, gran parte de los libros más afamados en gerencia excluyen de tajo a los pequeños

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