PLAN DE ACCION PARA ESCUELAS NORMALES PLAN 2012

MODALIDAD: INFORME DE PRÁCTICAS PROFESIONALES

PLAN DE ACCIÓN

1. INTENCIÓN (NIVEL EXPLICATIVO)

Las prácticas profesionales como docente sin duda alguna, forman una parte esencial en el trayecto formativo dentro de las instituciones formadores de docentes. Es a través de éstas como los alumnos se empapan de innumerables y satisfactorias –aunque a veces no tanto- experiencias; cuando se sumerge en el mundo de una escuela de educación básica, cuando se tiene el contacto cercano con todos y cada uno de los actores de la educación, se alcanza de manera muy cercana la posibilidad de pasar de lo teórico a lo vivencial.

Y es que dentro de las instituciones formadoras podemos empaparnos enormemente de bases teóricas, conocer lo que el cúmulo de autores nos mencionan acerca del comportamiento, la convivencia e incluso las problemáticas que puedan presentarse durante la etapa educativa para la cual nos preparamos profesionalmente. Sin embargo, llegar al contexto real otorga un giro de 180 grados a la formación docente; es ahí donde podemos encontrarnos entre dos divergencias:

1) Contrastamos las bases teóricas con lo vivencial.

2) Conflictuamos al descubrir que todo aquello que aprendemos en las aulas formadoras, poco o nada se relaciona con la cotidianidad de la vida escolar básica.

He aquí la importancia y relevancia de una mejora y transformación de las prácticas profesionales. No bastará con dejar de lado los sustentos teóricos por dedicarnos a lo netamente empírico de la experiencia escolar, porque, siendo así, ¿qué o quién respaldaría lo que pudiésemos decir acerca de la práctica? Además, más allá de lo que uno u otro autor, e incluso nosotros mismos pudiésemos argumentar, recordemos que el trabajo siempre se encontrará basado en el componente fundamental de la educación: los alumnos, seguido del proceso de enseñanza que desde las aulas propiciamos hacia con ellos.

La importancia de una mejora en la práctica, radica entonces en contar con sustentos teóricos que respalden lo que hacemos e implementamos en las aulas; contar con el conocimiento, el tacto y la habilidad suficientes para identificar aquellas problemáticas que pudiesen representar un obstáculo en la práctica profesional, pero sobre todo planear e implementar metodologías y estrategias que coadyuven a la mejora y/o erradicación de dichas problemáticas. Además de contribuir efectivamente en el desarrollo personal y cognitivo de cada uno de los individuos que se encuentran bajo nuestro cargo en las aulas, y de cuyo aprendizaje somos enteramente responsables, claro está, siempre contando con la colaboración de actores como los padres de familia e incluso de la plantilla docente de las escuelas en las que laboramos.

Así pues, los practicantes normalistas que efectúan sus prácticas docentes en las diversas instituciones de educación primaria, deben adquirir un alto sentido de la responsabilidad al tener bajo su cargo casi total a grupos de alumnos, cuyo aprendizaje, como ya se mencionó anteriormente, depende del trabajo propio del practicante. Además de tal responsabilidad se involucra también con una serie de compromisos propios de la práctica, mismos que, en su mayoría, son expuestos y cotejados por las autoridades superiores de las escuelas de trabajo; dentro de éstos

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