PROSTITUCION MASCULINA EN MEXICO DF
Enviado por camtzr • 6 de Marzo de 2014 • 1.363 Palabras (6 Páginas) • 703 Visitas
LABIOS DE COLOR AZUL
PROSTITUCIÓN MASCULINA EN MÉXICO
Su apariencia completamente masculina, nada de brillitos ni falditas que esconden músculos de hombre. A ellos los buscan por su apariencia varonil. Su mercado en 70% es masculino, aunque a veces atienden a una que otra mujer.
Se concentran en quien les pague los 45 minutos que dura el servicio; dan caricias y besos por todo el cuerpo, menos en la boca, igual que sus compañeras de profesión. Se dejan embarrar de lo que su cliente quiera, nunca hacen sexo oral aunque por un dinero extra aceptan. Sus honorarios: entre 300 y 1,500 pesos.
Trabajan los siete días de la semana en las calles de la Zona Rosa, principalmente en Hamburgo, que está a espaldas de la avenida Reforma. Aquí se prostituyen en lo oscurito unos 30 jóvenes entre bugas (sólo con mujeres), inter (con parejas heterosexuales), activos (sólo dan sexo a hombres) y también pasivos (sólo reciben sexo de hombres).
El de la prostitución es un mundo pequeño. Así que todos los de la zona se conocen, unos incluso fueron invitados por sus amigos. El perfil se repite en cada esquina: entre 17 y 27 años, la mayoría en jeans, camisa y algunos hasta con gorrita de beisbolista, "nada de joterías, ni playeritas pegadas al cuerpo porque somos hombres y por eso nos buscan", dice uno de los sexoservidores.
El Centro Nacional para la Prevención del VIH/Sida (Censida) revela que el 73.2% de los sexo servidores son contratados por hombres y que en promedio tienen cuatro clientes por semana. La mayoría cobra en efectivo, pero algunos reciben regalos a cambio del servicio.
Se pasean entre las calles oscuras de la colonia Juárez, se desenvuelven entre hoteles, alcohol, viagra y drogas. De 30, sólo siete se dedican a vender placer a mujeres, el resto trabaja para hombres de todas las clases sociales y edades.
Los clientes son generalmente hombres mayores de 30 años, muchos con vida de "buga", casados, y otros que simplemente buscan sexo con jóvenes.
Estudios realizados por Censida señalan que la mayoría de los que contratan estos servicios solicita sexo anal insertivo (75.6%). De éstos, sólo siete de cada diez utilizan condón. Pocos de los clientes piden sexo receptivo (14.4%), pero en este caso, como los prostitutos tienen el control, el uso del preservativo sube a más de 90%.
LAS MUJERES QUE PAGAN POR SEXO
A ellas las describen entre 30 y 50 años de edad, casadas, "gordas" y "feas", al menos, eso dice Alejandro, un joven dedicado a la prostitución masculina. "Quien se lleva a una mujer fuera de esas características se gana el premio mayor, pero sí ocurre", según dice.
Alejandro dice ser "buga" y sólo trabajar para ellas. Llegó por un amigo al oficio. Viene de Tepito, mide 1.75 metros, tiene cuerpo de gimnasio, piel moreno y buen lejos. Sabe que podría ser la envidia de muchos hombres, pero la realidad es muy diferente. Las mujeres con las que se acuesta no son muy agraciadas, pero con sus billeteras le pagan la renta y sus gastos, así que debe pensar en otras para lograr una erección.
Presume que le han tocado chicas guapas y con cuerpazo. "La neta no sé por qué pagan y nunca les pregunto, me da pena", eso dice. Aunque el 90% está muy lejos de darle placer.
Cobra entre 400 y 500 pesos, según la clienta, dice. Nunca da besos en la boca ni tampoco hace sexo oral aunque hay sus excepciones, "si la chava me gusta o me da unos mil varos, sí la ando pensando". Según Alejandro, nunca practica sexo oral por protección, aunque señala que entre sus compañeros comparten un botiquín con condones, lubricantes y telas de látex para hacer sexo oral a mujeres y homosexuales.
CLIENTAS FRECUENTES
"Dejo a mis clientas felices; el 70% de las chicas me vuelve a contratar. En mi celular hay una lista de 50 mujeres, todas son mis clientas frecuentes", asegura.
Las de Polanco lo llevan de compras o a sus reuniones sociales para después tener sexo, lloran en su hombro o recostadas en su pecho. A las jóvenes,
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